Por:Tamara Díaz Fouz
Directora de educación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI)
Nos encontramos en un momento decisivo. Nunca ha existido mayor consenso acerca de la importancia que tiene la educación como derecho individual pero también como herramienta colectiva para el desarrollo de las naciones. Muestra de ello, es la celebración de la Cumbre sobre la transformación de la educación, que acaba de tener lugar en Nueva York, convocada por el Secretario General de Naciones Unidas, y que ha situado a la educación en lo más alto de la agenda política mundial con propuestas generadas a través del diálogo de políticas, y de distintos actores incluyendo la juventud, que invitan a coordinar esfuerzos a favor de una profunda transformación.
Este blog presenta tres ideas sobre lo que significa esta transformación para América Latina:
1. Se está produciendo una reflexión a nivel mundial en torno a la educación y a su necesaria transformación, y nuestra región no puede quedarse atrás.
La educación está en la base de la triple transición (social, ecológica y digital) hacia modelos de desarrollo, de producción y de consumo más sostenibles que contribuyan a favorecer el bien común; sin embargo, tiene por delante enormes desafíos. Ya antes de la COVID-19, la educación en América Latina presentaba una grave falta de calidad, equidad e inclusión como bien lo demostró el Informe GEM 2020 sobre inclusión y educación en la región. La pandemia mostró esas deficiencias y profundizó muchas de las brechas e inequidades del sistema, evidenciando que no estaba preparado para los desafíos actuales. El cierre de las escuelas y la interrupción prolongada de los aprendizajes está teniendo un gran impacto sobre nuestros niños, niñas, jóvenes y sobre su futuro, y al mismo tiempo pone en graves dificultades el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la educación, especialmente el ODS4.
En el escenario actual, superado el momento inicial de emergencia, es necesario la construcción de una estrategia educativa poscovid que articule la recuperación educativa con el desarrollo, la transformación y mejora del sistema. Es el momento de llamar a la acción, de impulsar estrategias que permitan llevar a cabo una verdadera transformación de nuestros modelos educativos. No podemos permitir que ningún niño o niña se quede fuera de la escuela, tenemos que garantizar la educación como derecho, como espacio de nivelación social y de construcción de ciudadanía.
2. La concreción de esta agenda educativa mundial en América Latina se presenta como oportunidad y va a requerir de la construcción de un pacto educativo global.
Todo ello, en el marco del nuevo contrato social para la educación que el informe de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación de la UNESCO reconoce como necesario para reparar las injusticias y transformar el futuro. Finalizada la Cumbre, tenemos el deber de traducir los acuerdos políticos en propuestas educativas que se alcancen a partir de consensos entre los distintos actores educativos y el conjunto de agentes sociales.
Cuando trasladamos al contexto latinoamericano la Agenda de educación 2030 y las iniciativas lanzadas en la Cumbre, encontramos un espacio especialmente propicio para adaptar estas conclusiones y recomendaciones, apoyándonos de las capacidades institucionales existentes y a sus prácticas avanzadas en el terreno de la cooperación educativa (multilateral, horizontal, etc.). Lo que necesitamos ahora es saber qué iniciativas se están llevando a cabo, compartir conocimientos y experiencias exitosas y movilizar a la acción; instar a los países a comprometerse con la recuperación de la educación a través de la inversión y del fomento de acciones claras y bien definidas.
Necesitamos fortalecer la responsabilidad política para transformar y financiar la educación, y al mismo tiempo, concretar estas declaraciones políticas en un espacio de encuentros que posibiliten una transformación real del sistema. En el ámbito de la educación, se trata de aprovechar esta crisis para revisar el modelo educativo, que promueva una formación a lo largo de la vida y para todos, con escuelas en las que los niños, niñas y jóvenes desarrollen habilidades y competencias para su crecimiento personal y su futura inserción profesional. Tenemos que apostar por sistemas educativos que cuenten con mecanismos flexibles que permitan incorporar a los alumnos que se han perdido durante la pandemia y a los grupos más vulnerables que están en situación de riesgo de exclusión y/o abandono.
3. Es un momento importante para la colaboración, el trabajo inter agencial y la construcción de alianzas. Es momento de hacer efectivo lo que recoge el ODS17 que promueve la promoción de alianzas para el logro de la agenda de desarrollo sostenible: promover la articulación entre sectores y actores e incentivar el desarrollo de acuerdos público-privados.
Si bien, este tipo de propuestas no son nuevas y durante mucho tiempo se han venido planteando, aunque con diferente intensidad, la realidad actual nos interpela a avanzar hacia estrategias colaborativas de actuación. Y, en este escenario, la cooperación avanzada es un instrumento de enorme utilidad. Se trata de impulsar un tipo de cooperación mucho más orientada a promover el diálogo de políticas, que se basa en fortalecer capacidades e instituciones, y que nos lleve a repensar prácticas y modelos, en un momento de mayor necesidad que nunca.
Hacer realidad estos compromisos educativos no es tarea sencilla. Esta agenda requiere que llevemos a cabo un seguimiento efectivo de las iniciativas y de los acuerdos alcanzados. Para este cometido, el Comité Directivo de Alto Nivel del ODS4 ha reafirmado su compromiso para garantizar la continuidad de estos acuerdos derivados de la Cumbre, fortalecer la cooperación a nivel mundial, regional y nacional, la alineación de acciones entre socios e instituciones, y la prestación de apoyo para su desarrollo. De forma específica, este Comité, coordinado por la UNESCO, con el apoyo del Instituto de Estadística de la UNESCO y el Informe de seguimiento de la educación en el mundo, asume la importante tarea de dar seguimiento a las Iniciativas Globales lanzadas en la Cumbremonitoreando su progreso tomando como referencia el proceso de establecimiento de puntos de referencia nacionales del ODS 4 facilitando el intercambio de conocimientos y prácticas, involucrando a los jóvenes y promoviendo, como mecanismo especializado, la cooperación intersectorial y multilateral.
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización
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