Liderazgo educativo para la calidad y la equidad

Por: Profesor David Gurr, Universidad de Melbourne

En 2020 tuve la oportunidad de editar cuatro números especiales de International Studies in Educational Administration centrados en las respuestas educativas a la pandemia. Publiqué 59 artículos que abordaban 29 países. Estos artículos mostraron claramente la importancia de un estilo de liderazgo más colaborativo, relacional y adaptativo, centrado tanto en el aprendizaje como en el bienestar. Reforzaron mi creencia en la importancia de seguir entendiendo y desarrollando el liderazgo educativo como aportación fundamental para mejorar los resultados del aprendizaje en todo el mundo. Recopilé algunas de estas teorías en un artículo de reflexión para ayudar a enmarcar la nota conceptual del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2024/5 sobre el liderazgo y la educación. Este blog incluye un resumen de las ideas clave.

Las escuelas controlan varios factores importantes para el aprendizaje. El elemento más importante y con mayor repercusión en los resultados de las y los estudiantes y de las escuelas es el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por eso es esencial centrarse en formar docentes excelentes y proporcionarles los recursos que necesitan. Sin embargo, es la labor de las y los líderes educativos la que facilita el proceso de enseñanza y aprendizaje, por lo que ahora se está de acuerdo en que el liderazgo educativo tiene el segundo mayor impacto en el aprendizaje, lo que incluye tanto a las y los líderes de alto nivel como a las y los líderes intermedios y de la docencia. Si el liderazgo educativo es tan importante, debemos tener claro qué es el liderazgo educativo. Afortunadamente, es mucho lo que sabemos al respecto.

Hay cuatro áreas principales en la investigación sobre liderazgo

La investigación sobre el liderazgo educativo se ha centrado recientemente en cuatro grandes áreas importantes para el liderazgo: el liderazgo instructivo, el liderazgo transformacional, el liderazgo distribuido y los líderes docentes o intermedios.

Esto significa que investigamos cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje (liderazgo pedagógico) y cómo establecer orientaciones valiosas – así como motivar, inspirar y apoyar a las personas para que trabajen a un alto nivel con el fin de alcanzar dichas orientaciones (liderazgo transformacional).

Gran parte de la investigación sobre instrucción y transformación se ha centrado en el trabajo de las y los directores de escuela. Aunque los directores siguen siendo importantes, las escuelas se están volviendo demasiado complejas para un líder único, por lo que en las últimas tres décadas se ha investigado sobre las visiones colaborativas de cómo la docencia y los líderes educativos trabajan juntos, por ejemplo las comunidades de aprendizaje profesional (liderazgo distribuido), y sobre el trabajo de otros líderes en las escuelas (líderes docentes e intermedios).

Hay muchos puntos de vista sobre el liderazgo individual y, como algunos han dicho, quizá tantos como los que escriben sobre él. Pero si adoptamos una perspectiva práctica, hay acuerdo sobre unas pocas áreas centrales de liderazgo que parecen ser aplicables en la mayoría de los entornos. Éstas son:

  • establecer metas y orientaciones ampliamente compartidas y motivar a las personas para que trabajen en su consecución;
  • desarrollar a las personas;
  • rediseñar las organizaciones para crear una cultura solidaria, colaborativa, segura y centrada en la comunidad;
  • mejorar la enseñanza y el aprendizaje.

Los resultados de los principales proyectos internacionales de liderazgo educativo demuestran que estas áreas centrales de liderazgo pueden aplicarse de manera útil al trabajo de los líderes educativos en la mayoría de los contextos. Si bien estas áreas pueden considerarse fundamentales para la práctica, las personas y las organizaciones educativas deben contextualizar su trabajo y modificarlas o ampliarlas. Por ejemplo, en la enseñanza utilizo un marco conceptual que tiene estas cuatro, y luego añade otras tres áreas: el liderazgo como influencia; la respuesta recíproca al contexto; y el autodesarrollo.

Para aclarar aún más la comprensión del liderazgo, en muchas jurisdicciones habrá declaraciones sobre normas, competencias y capacidades de liderazgo. A menudo, incluirán aspectos relacionados con las cuatro prácticas básicas de liderazgo. Sin embargo, es casi seguro que estarán contextualizadas e incluirán otros elementos, como las dimensiones personal, colectivista y comunitaria, que son evidentes, por ejemplo, en las perspectivas indígenas, que adquieren importancia en algunos contextos.


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Imagen cortesía de Sicha Pongjivanich en FreeDigitalPhotos.net


Algunas verdades sobre el liderazgo

Lo que está claro es que no existe una visión única del liderazgo educativo que funcione para todas las personas en todas las situaciones. Quienes trabajan en la educación deben entender la literatura sobre liderazgo educativo y desarrollar una visión del liderazgo que funcione para ellos en el contexto actual en el que se encuentren.

Igualmente claro es que en muchas jurisdicciones se espera cada vez más del liderazgo. A las y los docentes que inician su carrera se les puede pedir que asuman funciones formales de liderazgo desde su primer año de docencia y, desde luego, a mitad de carrera se espera que hagan algo más que enseñar. De ahí el aumento de la investigación sobre la docencia y el liderazgo intermedio, y la conclusión de que las organizaciones educativas deben apoyar el desarrollo del liderazgo de estas personas. Para ello, es necesario identificarlas con antelación, ofrecerles un aprendizaje profesional adecuado, brindarles el apoyo de líderes de más alto nivel y ser claros en cuanto a las expectativas y los apoyos que se les ofrecen (como la liberación de tiempo).

Hay una última complejidad que cabe mencionar. Las instituciones educativas suelen formar parte de sistemas y siempre están sujetas a las exigencias de distintos niveles de gobierno. Por lo tanto, también es necesario reflexionar sobre las estructuras de gobierno, la labor de los sistemas y los líderes políticos, y las tensiones sistémicas, como la tensión entre la autonomía organizativa y el control gubernamental.

Concluí la reflexión para el Informe GEM 2024/5 con siete afirmaciones declarativas, que parafraseo aquí:

1.-No existe una visión única del liderazgo

No existe una sola visión del liderazgo que sea suficiente para describir el trabajo de las y los líderes educativos. Aunque se señaló el liderazgo transformacional, instructivo y distribuido, las visiones que combinan estos y otros elementos son probablemente una mejor representación de la complejidad del trabajo de liderazgo. Están surgiendo visiones del liderazgo que tienen más en cuenta la complejidad y la crisis.

2.-Pero hay visiones del liderazgo que funcionan en muchos contextos

Hay algunas ideas que parecen ser ampliamente aplicables y el marco para establecer la dirección, desarrollar a las personas, desarrollar la organización y mejorar la enseñanza y el aprendizaje, parece ser particularmente útil para entender las acciones de liderazgo en una amplia variedad de contextos.

3.-Se necesita el liderazgo de muchos

Dirigir escuelas con éxito es cada vez más complejo y se necesita el liderazgo de muchos. Esto significa incluir a la docencia y al liderazgo intermedio, así como a las y los líderes superiores y a las y los directores. Dependiendo del contexto, también puede incluir a los consejos escolares y a los líderes del sistema. El liderazgo estudiantil, de los padres y de la comunidad son áreas emergentes a tener en cuenta.

4.-El liderazgo importa

El liderazgo puede influir sustancialmente en los resultados de las y los estudiantes y de las escuelas; de hecho, hay evidencia reciente de que el impacto es mayor de lo que se creía. Aprovechar deliberadamente el liderazgo es importante: un liderazgo que marque la diferencia se convierte en una expectativa, una obligación y una oportunidad.

5.-Las prácticas de liderazgo importan

Todas las ideas sobre el liderazgo educativo no significan nada si no se ponen de manifiesto en la práctica. Se sabe mucho al respecto, como se evidencia en los diversos marcos y estándares de liderazgo y en las listas de competencias y capacidades de liderazgo. Mediante la comprensión y descripción de buenas prácticas, podemos ayudar a los líderes a adoptar prácticas que se sabe que ayudan.

6.-La preparación y el desarrollo del liderazgo importan

Si bien conocemos las características de los buenos programas de preparación y desarrollo del liderazgo, es necesario mejorar la ayuda a las escuelas y los sistemas escolares para identificar y apoyar a las personas para que sean líderes educativos. Aunque la preparación y el desarrollo de calidad requieren muchos recursos, también deben considerarse un derecho (para el individuo), una obligación (por parte de las escuelas y los sistemas) y una necesidad (para fomentar la educación de calidad).

7.-El contexto importa

Los líderes educativos trabajan en entornos que tienen muchos contextos. Al exterior de las organizaciones educativas existen fuerzas sistémicas, institucionales, educativas, políticas, económicas, tecnológicas y socioculturales. Internamente, hay múltiples contextos que tienen que ver con la naturaleza de la organización, del personal y de los estudiantes/las familias. Este complejo entorno requiere un liderazgo educativo contextualmente relevante y sensible.


Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización


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