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Como se muestra en el Informe GEM 2019, a pesar del estancamiento en África Subsahariana, el progreso en la alfabetización juvenil ha sido lo suficientemente rápido en los últimos años como para contribuir a una disminución absoluta en el número total de jóvenes de 15 a 24 años analfabetos, impulsado en gran medida por Asia. Pero el número de personas mayores analfabetas, de 65 años o más, sigue creciendo; ahora hay casi un 40% más de analfabetos mayores que jóvenes analfabetos.

Y como lo demostró nuestro reciente informe conjunto con el UIS, Cumplir los compromisos: ¿van los países por el buen camino para alcanzar el ODS 4?, se anticipa que la tasa de alfabetización seguirá creciendo de manera constante en los países, de todos los grupos de ingresos, de ahora hasta la fecha límite del ODS 4 de 2030. A nivel mundial, se espera que la tasa de alfabetización juvenil alcance el 94% y la tasa de alfabetización de adultos el 90% para 2030. Pero en los países de bajos ingresos, se estima que menos del 70% de los adultos y un poco más del 80% de los jóvenes tendrán habilidades básicas de alfabetización para 2030.

Las nuevas estimaciones de costos publicadas ayer estimaron la brecha de financiamiento para mejorar estas tasas a fin de alcanzar la Meta 4.6 del ODS sobre alfabetización. Las nuevas cifras ayudarán a facilitar una discusión sobre la importancia de invertir en la alfabetización como base del aprendizaje a lo largo de la vida.

La brecha de financiamiento para la alfabetización universal de US$14 mil millones no puede ser cubierta exclusivamente por los países, especialmente los 20 países con las tasas de alfabetización más bajas. La UNESCO ha recomendado desde hace mucho tiempo que el 3% de los presupuestos de educación de los gobiernos se asignen a la alfabetización. Sin embargo, incluso si, según lo recomendado, el 5% del PIB se asignara a la educación, y el 3% correspondiente a la alfabetización, no se superaría la brecha en los países más pobres del grupo.

Los cálculos del Informe GEM muestran que, si bien los países de la GAL y el E-9 reciben más de un tercio de la ayuda a la educación (37%), solo reciben el 0,5% de la ayuda de los donantes para los programas de alfabetización de adultos. Un financiamiento efectivo necesitaría reflejar este desequilibrio.

¿Cómo se hicieron los cálculos?

Estas estimaciones suponen que se necesitan 200-250 horas de instrucción para dominar los conceptos básicos, aumentando a 500 horas para aquellos que requieren formación adicional, con grupos de no más de 20 personas. Los salarios de los docentes se estimaron a tiempo parcial, y en relación con el PIB per cápita.

Pero la Meta 4.6 no es muy precisa. Establece que “todos los jóvenes” y “al menos una proporción sustancial de los adultos” tengan competencias de lectura, escritura y aritmética para 2030. Pero el cálculo de la brecha de financiamiento de US$ 14 mil millones se refiere a la consecución de un 100% de alfabetización tanto de jóvenes como de adultos. Esto significa que la brecha de financiamiento para alcanzar la Meta 4.6 no es tan grande. Una cantidad relativamente pequeña de apoyo externo podría marcar una gran diferencia. ¡Qué gran oportunidad para que los donantes se involucren!