Los niños de nuestro planeta: ¿qué tiene que ver su educación con el cambio climático?

Por: Christopher Thomas.

Nuestro mundo es muy diferente del de nuestros abuelos. En 1950, la población mundial era de alrededor de 2500 millones de habitantes; en la actualidad, llega a más de 7000 millones. En general, las personas tienen mejor salud, mayores ingresos y más seguridad.

Pero esto ha implicado un costo. La presión sobre nuestro planeta ha sido enorme. Los seres humanos hemos alterado el clima de manera dramática, cambiado la química de los océanos y causado extinciones masivas. El impacto es tan grande que se ha planteado que se inició una nueva era geológica, la Era Antropócena, impulsada por un “aumento acelerado” de la población, del crecimiento económico y del uso de los recursos naturales desde la década de 1950.


niños Banco Mundial


Entonces, ¿cómo será el mundo para nuestros niños? Se estima que la población superará los 9000 millones de habitantes en 2050. Es probable que las personas vivirán mejor y por más tiempo. Posiblemente, el PIB mundial se triplicará y el uso de los recursos naturales se duplicará. Y los efectos del cambio climático —algunos de ellos ya son inevitables— serán más graves que en la actualidad. Los niveles del mar serán más elevados y el clima más variable, habrá menos biodiversidad, y probablemente se registrará escasez de recursos naturales e hídricos. Las personas que viven en situación de pobreza serán especialmente vulnerables a los desastres naturales, la degradación del suelo, la escasez de agua y las crisis alimentarias.

¿La próxima generación puede obtener los beneficios del crecimiento sin verse afectada por los males? ¿La tecnología nos permitirá desvincular el crecimiento del uso de los recursos naturales? No podemos decirlo a ciencia cierta. Sin embargo, podemos decir que nuestras mejores opciones son el ingenio humano, la racionalidad y los valores. Esto es esencialmente la educación y las medidas que adoptamos ahora para asegurar que todos los niños se eduquen y conversen sobre la importancia de respetar el planeta.

Ayudar en esta transición es un desafío especialmente importante para el Banco Mundial porque la mayoría del crecimiento demográfico en las próximas décadas tendrá lugar en los países en desarrollo. Para 2050, casi la mitad de todos los jóvenes del mundo vivirá en África, y otro 40 % en Asia. ¿Los sistemas educativos de estas regiones prepararán a la próxima generación para combatir y adaptarse al cambio climático? ¿Pueden promover una generación de ciudadanos y encargados de formular políticas que tengan los valores y las habilidades para gestionar los recursos naturales de manera sostenible? ¿Sus escuelas y universidades apoyarán la ciencia, la tecnología, la investigación y las sociedades innovadoras que se necesitarán para afrontar el cambio climático?

El cambio climático es un problema de origen humano,  y en gran parte se produce en función de la cantidad de personas en el planeta, sus valores y habilidades, y la tecnología. ¿Los programas educativos pueden modificar la trayectoria? He aquí algunas ideas de cómo hacerlo:

En primer lugar, hacer que la educación universal sea una cuestión urgente. Los cambios en la educación determinan el cambio demográfico. Alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 podría dar como resultado una población mundial de 8500 millones en 2050 en vez de 9100 millones. Esto debido a que las mujeres con mayor nivel de educación tienden a tener menos niños y sus hijos son más sanos y reciben una mejor educación. La educación también ayuda a las personas a adaptarse al cambio climático porque mejora las habilidades para asimilar información, calcular los riesgos, prepararse para las crisis climáticas y recuperarse de sus efectos.

Segundo, reforzar la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Esto ayudará a los jóvenes a entender los cambios físicos en su entorno y proporcionarles las herramientas que necesitan para crear, innovar y adoptar la tecnología. Tengamos como objetivo promover una generación de egresados de la educación secundaria con conocimientos científicos. Apoyemos sistemas de capacitación y de enseñanza técnica y profesional que formen a profesionales cualificados para desempeñarse en una “economía verde”, y universidades para formar líderes en los campos de la climatología, la ingeniería, la gestión de los recursos naturales y los estudios ambientales.

Tercero, apoyar la educación ambiental como una materia independiente o un tema transversal en el currículo escolar y en los programas de capacitación docente. Cultivar los valores y los conocimientos que los jóvenes pueden usar para vivir vidas más sostenibles, y tener interés en los animales, las plantas y la naturaleza. Estimular su curiosidad acerca del mundo natural y su preocupación por la salud del planeta.

Cuarto, construir escuelas que reflejen los principios ambientales. Es decir, escuelas que usan la energía de manera eficiente y que fomentan la imaginación infantil, el uso de energía renovable, el uso eficiente de agua limpia y oportunidades para interactuar con el medio ambiente. Las escuelas deberían ser lo suficientemente sólidas para soportar fenómenos meteorológicos extremos, y en las zonas de alto riesgo servir como albergues de emergencia.

En las últimas décadas, Corea ha llegado a ser uno de los líderes en materia de sostenibilidad. Fue uno de los primeros países en adoptar una estrategia nacional de desarrollo de crecimiento verde. Ha sido una voz destacada en el sector de la energía limpia. Y en la actualidad es sede de instituciones importantes, tales como el Fondo Verde para el Clima y una comunidad vibrante de ONG ambientales. Todo esto al tiempo que ha mantenido el “milagro económico”. Me gusta pensar que el apoyo de Corea a la sostenibilidad fue facilitado en parte por los programas de educación ambiental respaldados por el Banco Mundial en los años noventa. Podemos ayudar a otros países a tener éxito también…


¿Quiere saber más sobre este tema?

Inspírese leyendo sobre medio ambiente. Algunos de mis libros favoritos son:

Entérese de las últimas proyecciones y compromisos de acción de nuestros países miembros:

Explore escenarios demográficos y de nivel educativo de países miembros o regiones.
Conozca y entienda mejor los vínculos entre la educación y la adaptación al cambio climático:

Usted puede también ponerse en contacto con centros de estudios locales que se dediquen a cuestiones relacionadas con el cambio climático y el medio ambiente. Estos pueden ayudar a aumentar la comprensión a nivel nacional de los desafíos ambientales y climáticos y brindar opciones acerca de cómo asociarse con los sistemas educativos.


Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización


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SOURCE: Voces, Perspectivas del desarrollo

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