¿Qué tienen que ver los murciélagos, los ecosistemas de alta montaña, y la adaptación al cambio climático?

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Por: Diego Delgado y Maricarmen Esquivel.

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A primera vista, nos puede parecer extraño ver un estudio sobre murciélagos en el marco de un proyecto de adaptación al cambio climático. ¿Qué tienen que ver los murciélagos con la adaptación?

Sabemos que en un ecosistema existe un conjunto de especies en un área determinada que interactúan entre sí, pero nos puede parecer muy remota la conexión con el cambio climático. Sin embargo, resulta que estudiar los patrones de distribución altitudinal de los murciélagos es vital para entender la adaptación en ecosistemas forestales donde este grupo de especies ejerce un rol clave mediante la polinización y la dispersión de semillas. La movilización de semillas es un mecanismo fundamental en la dinámica de los ecosistemas y, en el caso de los murciélagos, se han identificado al menos 549 especies de plantas en el neotrópico que dependen de ellos para movilizarse. Son organismos clave en la gestión de paisajes y su diversidad ante el cambio climático.

Los ecosistemas forestales de alta montaña poseen una biodiversidad única y proveen servicios eco-sistémicos que son imprescindibles para el bienestar humano, como por ejemplo la regulación climática mediante la captura y almacenamiento de carbono y la captación y regulación del recurso hídrico .

Estos ecosistemas son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, y el impacto en la biodiversidad  y en los servicios ecosistémicos es aún poco entendida. Estudiar el impacto en los procesos eco-sistémicos como ciclaje de nutrientes y la producción y dispersión de semillas nos ayuda a comprender mejor la vulnerabilidad de un ecosistema, los procesos de cambio, y a proponer posibles medidas de adaptación. Este es uno de los objetivos del proyecto Impactos Potenciales del Cambio Climático en Ecosistemas Forestales en Cordilleras Iberoamericanas y Herramientas para la Adaptación de la Gestión” (CLIMIFORAD).


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El Proyecto CLIMIFORAD, financiado por el BID a través de la iniciativa SECCI y ejecutado por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), tuvo como objetivo contribuir al proceso de adaptación regional al cambio climático por medio de un mayor conocimiento de sus impactos sobre ecosistemas forestales de alta montaña y a través del desarrollo de herramientas que permitan una mejor gestión forestal en el contexto del cambio climático. El apoyo del BID se centró en cuatro componentes:

  1. la definición de indicadores para la evaluación de los impactos del cambio climático en ecosistemas de montaña y su vulnerabilidad;
  2. desarrollo de escenarios regionales consistentes y comparables para cada una de las zonas de interés identificadas en el marco del proyecto;
  3. evaluación del impacto potencial a escala de rodal a través del monitoreo de indicadores ecológicos y ambientales en parcelas permanentes; y
  4. capacitación y desarrollo de propuestas para la gestión forestal adaptativa.

El proyecto priorizó zonas que ejercen un rol muy importante para la captación y abastecimiento de agua potable a poblaciones, como fuente de energía hidroeléctrica, y/o como recursos importante para la producción forestal, agricultura y turismo. La variedad de ecosistemas, de servicios ecológicos y de condiciones climáticas y sociales en los territorios permite abarcar una amplia gama de necesidades y de grados de vulnerabilidad al cambio climático.

Los territorios elegidos constituyen una plataforma idónea para el desarrollo y la ejecución de propuestas de adaptación, monitoreo y evaluación de resultados; además, servirán de ejemplo en la aplicación de enfoques y herramientas pioneras para catalizar la adaptación en el resto de la región. Un análisis de vulnerabilidad a nivel de tipos de bosque desarrollado por CLIMIFORAD en los territorios muestra que los bosques tropicales son particularmente vulnerables al cambio climático y, entre estos, los bosques más vulnerables tienden a estar ubicados en las partes bajas y altas en las cordilleras.

Estudios como los de  CLIMIFORAD nos ayudan a tomar conciencia sobre el valor de estas zonas, y sobre los posibles impactos que el cambio climático pueda tener sobre sus especies y por ende sobre los ecosistemas y sus servicios.


Diego Delgado estudió Agronomía con énfasis en Fitotecnia en la Universidad de Costa Rica y realizó sus estudios de Postgrado en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), en la maestría de Manejo de Bosques Tropicales y Biodiversidad.

Maricarmen Esquivel es especialista en Cambio Climático.


Nota publicada en el blog “Hablemos de cambio climático y sostenibilidad” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Los Blogs del BID

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