Convocado por ONU Mujeres y organizado conjuntamente por los Gobiernos de México y Francia, junto con la sociedad civil y la juventud, el Foro Generación Igualdad tendrá lugar en París del 30 de junio al 2 de julio. Tal como se explica a continuación, se trata de un evento orientado a la acción y concebido para funcionar como un catalizador, que prevé el anuncio de importantes inversiones, programas y políticas destinados a acelerar el progreso de los derechos de las mujeres.
Igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, de todos los géneros, en todos los lugares. Esta es una visión que, si bien no es nueva, sigue siendo audaz, dado que ningún país del mundo ha logrado la igualdad de género en todos los aspectos de la vida.
Desde el año 2020, la pandemia de COVID-19 ha cobrado más de 3,7 millones de vidas en todo el mundo, y ha provocado y agudizado una crisis de desigualdad de género. Incluso antes de la irrupción de la COVID-19, casi una de cada tres mujeres en el mundo era víctima de maltratos; durante la pandemia, en algunos países, las llamadas a las líneas de ayuda se quintuplicaron. Según estimaciones del Foro Económico Mundial, al ritmo de progreso actual, las mujeres seguirán sin igualar a los hombres en términos de salario y liderazgo por otros 135,6 años como mínimo.
El Foro Generación Igualdad que tendrá lugar en París del 30 de junio al 2 de julio representa un punto de inflexión para hacer frente a la crisis de desigualdad de género y fomentar grandes inversiones, políticas y programas para promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Convocado por ONU Mujeres y organizado conjuntamente por los Gobiernos de México y Francia, en colaboración con la juventud y la sociedad civil, este Foro congregará a gobiernos, líderes feministas, jóvenes y agentes de cambio de todos los sectores, con el fin de anunciar inversiones, programas y políticas de carácter innovador en favor de la igualdad de género. Este evento será el punto de partida de un itinerario de actuación que durará cinco años y estará encabezado por seis Coaliciones para la Acción, y de un Pacto para las Mujeres, la Paz y la Seguridad y la Acción Humanitaria.
Conjuntamente, estas Coaliciones para la Acción y el Pacto han identificado las medidas con mayor impulso y los objetivos que se necesitan para alcanzar un progreso irreversible de aquí al año 2026. Por ejemplo, políticas que reconozcan, reduzcan y redistribuyan el trabajo de cuidado y que generen 80 millones adicionales de puestos de trabajo dignos en dicha labor; leyes que protejan de la violencia de género a 550 millones más de mujeres y niñas; y duplicar la proporción de mujeres que trabajan en tecnología e innovación, aumentando, a su vez, la inversión en soluciones climáticas con perspectiva de género.
Mientras esperamos el inicio del Foro de París, a continuación podrá encontrar siete modos de cambiar el mundo y conocer cómo puede #ActuarPorLaIgualdad.
1. Poner fin a la violencia de género
Poner fin a la violencia de género es fundamental a efectos de materializar la visión de un mundo con igualdad de género. Se estima que 736 millones de mujeres —casi una de cada tres— han sufrido violencia por parte de su pareja, violencia sexual no conyugal, o ambas formas de violencia al menos una vez en sus vidas.
¿Qué debe cambiar? Se necesita que más gobiernos ratifiquen convenios internacionales y regionales que prohíban toda forma de violencia de género, y que fortalezcan, implementen y financien leyes, políticas y planes de actuación orientados por pruebas.
“Todo el mundo está de acuerdo en que las organizaciones por los derechos de las mujeres deben recibir más financiamiento”, afirma Céline Bonnaire, directora ejecutiva de la Fundación Kering e integrante de la Coalición para la Acción en materia de Violencia de Género. “Sin embargo, si se analiza a dónde va a parar el dinero, se observa que las organizaciones dirigidas por mujeres y niñas están recibiendo sólo el siete por ciento del financiamiento filantrópico mundial”. Es por ello que la Coalición para la Acción creada para poner fin a la violencia de género apunta a incrementar la cantidad de financiamiento de calidad y flexible que las organizaciones dirigidas por mujeres y niñas reciben de los gobiernos, el sector privado y demás donantes, así como a la necesidad más amplia de expandir y mejorar los servicios centrados en las sobrevivientes.
“Todo el mundo tiene una función que cumplir a fin de terminar con la violencia contra las mujeres”, explica Bonnaire. “Anhelo un futuro en el que ninguna otra mujer tenga que encontrarse en la situación de ser una sobreviviente de violencia”.
2. Garantizar la justicia y los derechos económicos
Las mujeres y las niñas se encuentran particularmente desfavorecidas en los sistemas de protección social. La brecha de género en la participación en la fuerza laboral no ha cambiado en 30 años, y se encuentra estancada en 31 por ciento. Las mujeres jóvenes, de entre 15 y 29 años, tienen tres veces más probabilidades que los hombres jóvenes de estar fuera de la fuerza laboral y el sistema escolar.
Transformar la economía del cuidado es un elemento clave en la misión de garantizar la justicia y los derechos económicos en favor de las mujeres y niñas de todo el mundo. En promedio, las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres a realizar labores domésticas y de cuidado no remuneradas, por lo cual es fundamental que los derechos laborales recompensen y representen a quienes llevan a cabo dicho trabajo. La igualdad salarial y el trabajo digno deben convertirse en la regla general.
Diane Ndarbawa, presidenta de la asociación de niñas madres de Camerún “Manki Maroua” e integrante de la Coalición para la Acción en materia de Justicia y Derechos Económicos, asegura que: “Se necesita urgentemente un cambio jurídico, porque acelerará significativamente el progreso en la igualdad de género y contribuirá a la justicia económica, además de salvaguardar este progreso a largo plazo”.
Según explica Ndarbawa, apoyar a las organizaciones que trabajan con las comunidades locales (por ejemplo, aquellas que ofrecen sus conocimientos especializados y respaldo financiero a las niñas y mujeres emprendedoras) es otra medida fundamental para impulsar el progreso.
“Queremos hacer oír nuestra voz […] para que [las mujeres] tengan acceso a un trabajo decente, una carrera profesional, un negocio y que, de esta forma, no se queden atrás”, enfatiza.
3. Garantizar la autonomía sobre el cuerpo y la salud y los derechos sexuales y reproductivos
Empoderar a las mujeres y niñas para que ejerzan su salud y derechos sexuales y reproductivos y para que tomen decisiones autónomas sobre sus propios cuerpos sin coerción, violencia ni discriminación es una necesidad urgente y una labor vital para lograr un mundo con igualdad de género.
En el mundo, el 45 por ciento de las niñas y mujeres de entre 15 y 49 años que están casadas o unidas de algún otro modo se ven imposibilitadas de tomar decisiones sobre sus propios cuerpos, por ejemplo, con respecto al uso de anticonceptivos o a negarse a tener relaciones sexuales. Las mujeres y niñas que viven en contextos de emergencia humanitaria, además, se enfrentan a dificultades específicas y magnificadas; es así que el 60 por ciento de las muertes maternas ocurre en países golpeados por crisis humanitarias o condiciones frágiles.
En el Foro Generación Igualdad próximo a celebrarse en París se debatirán soluciones clave, como, por ejemplo, ampliar la educación sexual integral y aumentar la calidad y accesibilidad de los servicios anticonceptivos para más millones de mujeres y niñas adolescentes de aquí al año 2026. La Coalición para la Acción en materia de Autonomía sobre el Cuerpo y Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos también busca garantizar que, de aquí a cinco años, haya 50 millones más de mujeres y niñas adolescentes que residan en jurisdicciones donde puedan acceder al aborto legal y seguro.
“Para nosotras y nosotros, la autonomía corporal no consiste sólo en la eliminación de la fricción individual en la prestación de los servicios, sino también en el cambio en los sistemas de mercado más amplios dentro de los cuales se toman decisiones sobre qué servicios proporcionar para quién y dónde”, sostiene Kate Hampton, directora ejecutiva de la Fundación del Fondo de Inversión para la Infancia (Children’s Investment Fund Foundation) e integrante de la Coalición para la Acción. En este esfuerzo es fundamental situar las perspectivas y necesidades de las mujeres y las niñas en el centro de la toma de decisiones, en lugar de tratarlas como un planteamiento a posteriori, según explica Hampton.
4. Acciones feministas por la justicia climática
El cambio climático es una cuestión que afecta a toda la humanidad. Sin embargo, las personas más pobres del mundo y aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad (especialmente las mujeres y niñas) son las más castigadas por las perturbaciones ambientales, económicas y sociales, y están expuestas a mayores riesgos de salud y seguridad.
Pese a ello, las mujeres y niñas se encuentran subrepresentadas en la promoción de la justicia climática en todos los niveles y sectores. Además, las intervenciones en dicha materia no reflejan adecuadamente sus realidades durante las crisis climáticas, como, por ejemplo, la violencia, las necesidades de atención sanitaria, la tensa resiliencia económica, y el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Joanita Babirye, de Uganda, es la cofundadora de Niñas por la Acción Climática (Girls for Climate Action) y miembro de la Coalición para la Acción en materia de Acciones Feministas por la Justicia Climática, y conoce esta realidad de primera mano. “Crecí en una comunidad en la que las mujeres y las niñas interactúan con el medio ambiente todos los días para obtener alimentos, ingresos y cuidar de sus hogares”, nos cuenta. “Empezamos a tener que recorrer distancias más largas para buscar agua. Nos dimos cuenta de que los cambios en las estaciones tenían un impacto negativo en la agricultura, lo que nos preocupaba cada vez más”.
Babirye sentía que había que hacer algo para impulsar acciones feministas por la justicia climática. Así, decidió aunar sus fuerzas con otras integrantes de la Coalición para la Acción de diferentes lugares del mundo, con miras a mejorar el acceso directo al financiamiento de soluciones climáticas con justicia de género, propiciar que las mujeres y niñas lideren una transición justa hacia una economía verde, e incrementar la recolección y el uso de datos sobre género y el medio ambiente.
“Las mujeres y las niñas deben ser capaces de exigir justicia climática, pero esto sólo es posible cuando se les proporcionan las herramientas y los conocimientos necesarios para hacer que todas las personas rindan cuentas”, asegura Babirye. “La transformación necesaria es que las mujeres y las niñas sean plenamente conscientes de los problemas y que sean líderes de las soluciones”.
5. Fomentar la tecnología e innovación en favor de la igualdad de género
¿Cómo sería el mundo si las mujeres y las niñas gozaran de igualdad de oportunidades para acceder, utilizar, liderar y diseñar desarrollos tecnológicos e innovadores? Esta pregunta es esencial a los fines de la Coalición para la Acción en materia de Tecnología e Innovación en favor de la Igualdad de Género del Foro Generación Igualdad, que aspira a cerrar la brecha digital de género entre generaciones, duplicar la proporción de mujeres que trabajan en el campo de la tecnología y la innovación, y erradicar la violencia de género en Internet.
Kyzzhibek Batyrkanova, referente de las mujeres y niñas en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (CTIM) y líder del primer Programa Espacial de Kirguistán, considera que invertir en tecnología e innovación con perspectiva feminista es un factor clave a efectos de construir un futuro inclusivo y sujeto a rendición de cuentas. “Nos encontramos con muchos comentarios negativos que afirman que el programa fracasará porque incluye la participación de niñas y mujeres. La gente ni siquiera considera otros factores como, por ejemplo, la falta de financiamiento e infraestructura”, señala.
Con el objetivo de nivelar las condiciones para las mujeres y niñas, las diversas partes asociadas que integran la Coalición para la Acción en materia de Tecnología e Innovación propondrán medidas concretas para ampliar los ecosistemas de innovación, incorporar la transparencia y la rendición de cuentas en la tecnología digital, y expandir las economías digitales inclusivas.
“Debemos […] romper el techo de cristal y ampliar las oportunidades para las mujeres y niñas en la ciencia”, señala Batyrkanova, que trabaja para promover la educación en CTIM de las niñas y mujeres jóvenes, incluido el dictado de cursos sobre soldadura, modelado en 3D e impresión en 3D. “Queremos demostrar con el ejemplo que las niñas son capaces de todo, incluso de llegar hasta las estrellas”, comenta.
6. Invertir en movimientos y el liderazgo feministas
Sin un mayor nivel de acciones para promover los movimientos y el liderazgo feministas, estamos lejos de poder alcanzar la paridad de género en la vida política. Al ritmo de progreso actual, los órganos legislativos nacionales no alcanzarán la igualdad de género en términos de representación hasta 2063. Las líderes feministas, incluidas las personas transgénero, intersexuales y no binarias, así como las mujeres indígenas, las jóvenes feministas y demás personas históricamente excluidas tienen valiosísimos aportes que realizar en la actualidad.
“Me parece problemático que, estando en el año 2021, todavía tengamos que justificar por qué las mujeres pueden y deberían ser líderes”, señala Bogolo Joy Kenewendo, economista de Botsuana, líder y miembro del Consejo Asesor para la Igualdad de Género del G7 y el Panel de Alto Nivel del Secretario General sobre la Cooperación Digital de las Naciones Unidas. “Se ha trabajado muchísimo desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995. ¿Por qué hoy, 26 años más tarde, todavía debo verme en la necesidad de tener que justificar mi posición de liderazgo?” pregunta.
“Las organizaciones feministas trabajan en la primera línea de asistencia dentro de sus comunidades, tal como hemos visto a lo largo de la pandemia de COVID-19. Han estado ayudando a las personas más pobres y vulnerables, luchando y promoviendo causas para garantizar que las personas que dependen de ciertos servicios, como los refugios para mujeres, puedan seguir teniendo acceso a ellos. Son ellas las personas que trabajan directamente sobre el terreno y que producen cambios en el día a día, y debemos apoyarlas”, sostiene Karina Gould, ministra de Desarrollo Internacional del Gobierno de Canadá e integrante de la Coalición para la Acción en materia de Movimientos y Liderazgo Feministas del Foro Generación Igualdad.
“Canadá se ha alistado para codirigir la Coalición para la Acción porque es consciente de que invertir en los movimientos y líderes feministas es crucial a los fines de promover la igualdad de género”, señala la ministra Gould. “Vemos que existen dificultades y obstáculos que afectan a los movimientos y el liderazgo feministas, y queremos ayudar a reducirlos”, agregó. “Uno de los grandes desafíos es el financiamiento. Las organizaciones feministas reciben menos del uno por ciento de la asistencia para el desarrollo. La cuestión es simple: se necesita más”.
Inspirada por las mismas motivaciones que la ministra Gould, la Coalición para la Acción en materia de Promoción de los Movimientos y Liderazgo Feministas planteará acciones para financiar y apoyar a diversas organizaciones, activistas y espacios cívicos con vistas a desarrollar acciones feministas. Para el 2026, la Coalición aspira a promover el liderazgo y el poder de decisión de las mujeres, niñas y personas no binarias del mundo.
7. Poner a las mujeres en el centro y al frente de la paz, la seguridad y la acción humanitaria
Han pasado dos décadas desde la adopción de la histórica resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que consagró el papel de las mujeres en la consecución y mantenimiento de la paz. Un contexto pacífico y la equidad en las respuestas a las crisis y la prevención de desastres son condiciones necesarias para la salud, la seguridad humana y el desarrollo sostenible.
Mientras nos preparamos para el Foro de París, unos dos mil millones de personas viven en países afectados por conflictos, a las cuales se suman mil millones de seres humanos que son víctimas de crisis prolongadas y millones de personas que conviven con la amenaza cada vez mayor del cambio climático. Ni siquiera la pandemia de COVID-19 ha logrado silenciar las armas, y las mujeres han seguido adelante con sus esfuerzos por mantener la paz o brindar primeros auxilios, a menudo sin mucho reconocimiento o recursos.
En los países afectados por conflictos, la participación femenina en las fuerzas especiales contra la COVID-19 se mantiene en un nivel bajo: 18 por ciento. Si bien hay pruebas que demuestran que cuando las mujeres participan en las mesas de negociación, se vuelve más probable que los acuerdos de paz duren 15 años o más, en promedio, apenas el 13 por ciento de los negociadores, el seis por ciento de los mediadores y el seis por ciento de los signatarios de los principales procesos de paz desarrollados entre 1992 y 2019 fueron mujeres.
Las políticas y medidas para revertir esta tendencia ya existen, pero la implementación y la inversión resultan insuficientes a los fines de la participación de las mujeres como constructoras de la paz, trabajadoras humanitarias de primera línea y defensoras de los derechos humanos. Durante la celebración del Foro Generación Igualdad en París, una coalición diversa anunciará los modos en que planea acelerar la implementación de la agenda.
“Las mujeres y la juventud […] tienen una profunda comprensión de la situación de paz y seguridad en sus países, del género y las relaciones de poder y de sus necesidades humanitarias porque viven esta realidad todos los días”, manifestó Mavic Cabrera Balleza, fundadora y directora ejecutiva de la Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz (Global Network of Women Peacebuilders), que es parte del Pacto para las Mujeres, la Paz y la Seguridad y la Acción Humanitaria.
Balleza y el nutrido conjunto de diversos socios involucrados en la elaboración del Pacto se servirán de los marcos humanitarios y de paz y seguridad actualmente vigentes para desmantelar las barreras discriminatorias y promover la protección de los derechos de las mujeres y el trabajo de aquellas que se desempeñan como constructoras de la paz, socorristas de primera línea, y defensoras de los derechos humanos.
Luego de que más de 30 gobiernos, entidades de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil global firmen el Pacto en el Foro, las partes firmantes deberán poner en práctica estas acciones y presentar informes sobre su progreso durante los próximos cinco años.
“Cuando las poblaciones locales pueden definir las agendas humanitarias y en materia de paz, seguridad y mujeres, estas se vuelven inclusivas, participativas, interseccionales, y fomentan una sólida implicación”, afirma Balleza. “Esto es lo que debemos priorizar para responder eficazmente frente a los conflictos violentos, la pandemia y otras crisis humanitarias”.
Usted también puede #ActuarPorLaIgualdad
El 2021 puede ser un año histórico para la igualdad de género si nos comprometemos a #ActuarPorLaIgualdad y damos un paso al frente en la lucha por la igualdad de género. Inscríbase al Foro Generación Igualdad hasta el 27 de junio de 2021 para formar parte de este encuentro multipartícipe e intergeneracional y siga a ONU Mujeres en las redes sociales para mantenerse al tanto de las novedades del Foro.
Para conocer más sobre los compromisos de cada una de las Coaliciones para la Acción, visite el micrositio del Foro dedicado a ello.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: ONU Mujeres
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