WaPOR, una herramienta de teledetección de la FAO, realiza un seguimiento de la repercusión de los conflictos en la agricultura y contribuye a una distribución equitativa del agua.
El agua ocupa un lugar central en toda forma de vida y, por tanto, en todas las economías. Por ello, no es de extrañar que el agua y los conflictos también puedan estar vinculados entre sí.
El acceso al agua se puede ver afectado por los conflictos, pero también puede provocarlos. El aumento de la escasez de agua y los efectos del cambio climático hacen que el riesgo de conflictos se acentúe.
En este contexto, gestionar los recursos hídricos de manera eficaz y sostenible es fundamental para disminuir la competencia y contribuir a la paz local. Y esto empieza por hacer un seguimiento de los recursos hídricos.
Con satélites que orbitan la Tierra y recopilan un gran volumen de datos a diario, incluidos datos relativos al agua, la teledetección desempeña una función central para subsanar la falta de datos en zonas de difícil acceso.
La Base de datos de acceso libre sobre la productividad del agua (WaPOR, por sus siglas en inglés) es una herramienta creada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que utiliza datos por satélite de acceso libre para realizar el seguimiento de zonas agrícolas, en particular zonas afectadas por conflictos. Estos datos son de libre acceso y la FAO e instituciones nacionales los utilizan para apoyar iniciativas cuyo objetivo es evitar los conflictos entre diferentes usuarios del agua y detectar infraestructuras dañadas debido a ello.
A continuación se presentan cuatro ejemplos en los que los datos de WaPOR han ayudado a hacer un seguimiento de los recursos hídricos a fin de reducir los conflictos y restaurar el acceso a este preciado recurso en los casos en que se había visto interrumpido por estos.
1) República Árabe Siria
En 2019, la FAO ayudó al Ministerio de Recursos Hídricos y la Organización General de Teledetección de la República Árabe Siria a utilizar datos de WaPOR con el fin de evaluar los daños provocados en las infraestructuras de riego del país por el conflicto en curso. Presas, estaciones de bombeo, estaciones depuradoras de aguas residuales, sistemas de riego del campo y otros tipos de infraestructuras fueron destruidos o se vieron gravemente dañados.
Mediante el uso de datos de WaPOR, técnicos del Ministerio de Recursos Hídricos analizaron zonas en las que existían infraestructuras de riego rastreando el crecimiento de las plantas y haciendo un seguimiento del agua utilizada por estas. Dado que la República Árabe Siria es un país semiárido, si se detectaba que las plantas estaban utilizando agua, esto indicaba que la agricultura bajo riego había permanecido intacta.
La posibilidad de hacer balance de hasta qué punto las inversiones nacionales en agricultura se habían visto afectadas por el conflicto suponía un paso decisivo en la planificación de la rehabilitación. El Ministerio de Recursos Hídricos empleó estas estimaciones para orientar sus planes de reconstrucción y las necesidades de recaudación de fondos.
2. Sudán
En abril de 2023, se desencadenó un conflicto armado en el Sudán, que sigue en curso. Las condiciones generalizadas de inseguridad y peligro han interrumpido la agricultura, lo que incluye la distribución de semillas, la preparación de los campos y el cultivo.
En este contexto, la FAO utilizó datos de WaPOR para comparar el promedio del período vegetativo de 2023 con los de los últimos cinco años a fin de calcular la repercusión que el conflicto estaba teniendo en la producción agrícola.
“Dar seguimiento al rendimiento de la campaña agrícola resultó útil para evaluar la situación de la seguridad alimentaria en el país, así como para actualizar las cifras de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases, que se emplean para planificar y programar intervenciones en materia de seguridad alimentaria”, señaló el Sr. Elwathig Mukhtar Hamid, entonces Asistente del Representante de la FAO en el Sudán.
La evaluación mostró que se había producido una disminución del 51 % en las superficies cultivadas a comienzos de la campaña en comparación con años anteriores. Esto se debió en gran medida a perturbaciones en los mercados y los mecanismos de financiación que permitían a los agricultores la compra de insumos agrícolas. La FAO planificó la distribución de semillas de alta calidad en agosto, que mejoró la situación y permitió que más agricultores plantaran a tiempo para la campaña agrícola.
Esto viene a demostrar que los datos de teledetección se pueden utilizar para dar seguimiento a la repercusión de los conflictos en la agricultura, pero pueden también apoyar la respuesta humanitaria y mostrar los resultados de las intervenciones.
3. Malí
En Malí, la FAO está colaborando con el Ministerio de Desarrollo Rural y el Programa Mundial de Alimentos para evaluar la repercusión del conflicto actual en el sector agrícola del país. El proyecto utiliza herramientas y datos de WaPOR para elaborar un método de realización sistemática de estas evaluaciones, sobre todo en zonas que no son seguras para hacer un seguimiento local.
Además del clima constante de inseguridad, la escasez de agua está provocando un aumento de la competencia entre los usuarios locales. Los estanques, los ríos y los pozos se están secando a raíz de la sequía y la desertificación.
La alianza Water, Peace and Security (Agua, paz y seguridad) (WPS) utiliza datos de WaPOR como parte de su herramienta de alerta temprana de alcance mundial para generar predicciones de conflictos basándose en factores relacionados con el agua, la agricultura y las tensiones subyacentes.
En Djenné (Malí), WPS está utilizando estos datos para aplicar medidas de resolución de conflictos, por ejemplo, diálogos comunitarios en zonas donde tradicionalmente ha habido competencia por el uso de los recursos hídricos.
4. Sri Lanka
En Sri Lanka, el proyecto de la FAO Conocer mejor el agua (Knowat) sirvió para aclarar cuestiones relativas a la tenencia del agua, otra potencial fuente de conflicto. Los datos de WaPOR contribuyeron a realizar la contabilidad del agua, que permite la catalogación del acceso y el derecho al agua y las relaciones en torno a este recurso. Se trata del primer paso para entender la distribución del agua y sus usuarios. Para velar por una distribución equitativa de los recursos hídricos es necesario saber quién puede acceder al agua, pero también cuánta agua hay y qué cantidad están utilizando las distintas partes interesadas.
En la cuenca del río Malwathu Oya se alternan las inundaciones con la escasez de agua, lo que se ve agravado por el cambio climático y una deficiente gestión del agua, como la tendencia a regar los cultivos en exceso. Los datos de WaPOR ayudaron a gestores del riego en la cuenca fluvial a evaluar la campaña agrícola y planificar la siguiente, en colaboración con los agricultores locales. Al ser capaces de rastrear la productividad del agua, los extensionistas sobre el terreno pueden asesorar a los agricultores acerca del peligro del exceso de riego, tanto para los recursos de la cuenca como para la productividad de la explotación.
Las prácticas de riego mejores y el proceso participativo han llevado a aumentar la disponibilidad de agua para todos y obtener mejores rendimientos, reduciendo con ello los factores de estrés y la competencia por los recursos hídricos.
Los datos son el punto de partida de la actuación. Mediante el aprovechamiento de herramientas como WaPOR, conocer el estado de los recursos hídricos ayuda a planificar las intervenciones y orientar las decisiones para reducir las posibilidades de conflicto y favorecer la prevalencia de la paz.
Nota publicada en FAO, reproducida en PCNPost con autorización
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