Por: Ana Isabel Arenas y Laura Gómez
Si el trabajo de cuidado fuera reconocido y remunerado, sería una de las líneas de la actividad económica más relevantes de la economía mundial y del país. Pese a su importancia, nuestras sociedades aún tienen un largo camino por recorrer para lograr que se reconozca el cuidado como un derecho, se garantice su universalidad para toda la población y se logre que los diferentes actores involucrados en su provisión asuman responsabilidades, de tal manera que no se descargue sobre las mujeres.
El desarrollo de estrategias para el reconocimiento, reducción y redistribución del trabajo de cuidado y la remuneración a las personas cuidadoras requiere la implementación de medidas y estrategias que aborden claramente el trabajo de cuidado no remunerado y la atención a personas que requieren apoyo como la niñez y las personas mayores enfermas o en situación de discapacidad. Estos sistemas deben tener en cuenta la provisión de servicios y el tipo de atención requerido, y responder a la complejidad de contextos diversos. Para ello, se requiere la acción articulada de distintos actores responsables, lo cual es posible con la creación de sistemas de cuidado. Para que estos sistemas sean viables, es necesario garantizar su financiación.
Por ello, la Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado realiza una investigación sobre la financiación de sistemas de cuidado, especialmente sobre el trabajo de cuidado no remunerado, tanto a nivel nacional como en las regiones. Los resultados de este trabajo servirán para impulsar procesos de incidencia orientados a la creación de sistemas de cuidado como política pública, que permitan:
- desfamiliarizar el cuidado, para transformar dinámicas que sobreresponsabilizan del cuidado a las familias
- despatriarcalizarlo, de tal manera que dentro de las familias el trabajo del cuidado no sea atribuido mayoritariamente a las mujeres como sucede debido a las dinámicas de la actual división sexual del trabajo y
- desmercantilizarlo, es decir, lograr que no sólo las personas con capacidad de pago puedan acceder a servicios de cuidado.
Así, se busca que el Estado garantice la universalidad del cuidado para toda la población. Como Colombia es un país pluriétnico y multicultural, se plantea la necesidad de políticas públicas tanto a nivel nacional como regional. Los resultados de la investigación sobre posibles alternativas de financiación del trabajo de cuidado no remunerado en el sistema de cuidado podrán ser utilizados en las regiones por las mesas de economía del cuidado y economía feminista que están siendo fortalecidas en varios departamentos, así como por organizaciones de mujeres y feministas que tienen una agenda de incidencia en torno al cuidado.
Nota publicada en Oxfam, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: Oxfam
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