El Director General interviene en el 60.º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas
Los sistemas de protección social han desempeñado un papel fundamental para ayudar a las personas pobres del mundo a recuperarse de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y deberían ampliarse, según declaró el Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el 60.º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas, que se celebró en Nueva York.
Incluso antes de que la pandemia irrumpiera, el mundo estaba lejos de cumplir su compromiso de poner fin al hambre y la malnutrición para 2030. Desde que se notificó el primer caso de COVID-19, hace dos años, los avances para reducir la pobreza han retrocedido, en tanto que el hambre ha aumentado con rapidez en todas las regiones.
En la actualidad hay en torno a 3 000 millones de personas que no se pueden permitir una alimentación saludable y la FAO estima que otros 1 000 millones de personas se sumarían a estos si alguna perturbación redujera sus ingresos en un tercio.
La experiencia de más de 200 países ha demostrado que los países con sistemas de protección social sólidos estaban en mejores condiciones de responder a las crecientes demandas de asistencia inmediata.
Algunos ejemplos de sistemas de protección social que han funcionado son, entre otros, las transferencias de efectivo, los programas de alimentación escolar e infantil, la venta de cestas de alimentos básicos a precios rebajados, así como el alivio tributario o de carga de la deuda para empresas y hogares vulnerables.
“Debemos reconocer, compartir y ampliar estas medidas eficaces y basarnos en ellas”, señaló el Sr. QU.
Asimismo, el Director General pidió que se adoptaran medidas dirigidas específicamente a los sistemas agroalimentarios, que resultan esenciales para los medios de vida de 4 500 millones de personas, y para la población que habita en las zonas rurales en particular, donde vive más del 80 % de las personas del mundo que sufren pobreza extrema.
Entre estas medidas figuran la creación de empleos no agrícolas, el fomento de la iniciativa empresarial y la diversificación económica, así como las inversiones en capital humano e infraestructura rural para aumentar la productividad de los productores en pequeña escala.
“Para recuperarse de la pandemia será necesario aumentar las inversiones y orientarlas al desarrollo rural. Para ello, es fundamental que nuestros sistemas agroalimentarios se transformen a fin de que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles”, afirmó el Sr. QU.
La Comisión de Desarrollo Social, que se reúne anualmente en Nueva York, es el órgano de las Naciones Unidas encargado del seguimiento y la aplicación de la Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social y Programa de Acción, que se acordó en 1995 a fin de establecer un nuevo consenso para que las personas ocupen un lugar central en el desarrollo sostenible.
El tema principal de la reunión de este año es “Recuperación inclusiva y resiliente de la COVID-19 para lograr medios de vida sostenibles, bienestar y dignidad para todos: erradicar la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones para conseguir la Agenda 2030”.
Nota publicada en FAO, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: FAO
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