“Más allá de aprender música, despertó algo más grande en mí. Es lo que siempre he buscado, el espacio para que me tomen en serio como artista”. Merily Ajcip, violonchelista, Orquesta Alaíde Foppa, Antigua, Guatemala

La evidencia internacional demuestra que la educación musical puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la infancia y la juventud.

Foto: BID

¿Qué es la educación musical?

La música ofrece una salida creativa a las emociones, un puente entre las personas y una forma de experimentar el poder de la perseverancia. Desde Alemania hasta la República de Corea, los estudios han puesto a prueba la “teoría del cambio” basada en la educación musical, según la cual la formación musical mejora la función cerebral, la colaboración creativa fomenta las habilidades socioemocionales y los estudiantes de música asisten a la escuela con más regularidad, tienen conductas menos arriesgadas y más probabilidades de encontrar un empleo.

La evidencia de algunos evaluaciones experimentales en Perú y Venezuela muestra que la educación musical puede mejorar las habilidades interpersonales y emocionales de los estudiantes vulnerables. Los resultados son mejores cuando los programas se diseñan teniendo en cuenta las necesidades específicas de las poblaciones vulnerables. Por ejemplo, los programas que pueden proporcionar servicios de salud mental o cubrir los costos asociados a la educación musical, como instrumentos y viajes, tienen un mayor impacto.

El BID apoya el empoderamiento de los jóvenes a través de la educación musical en América Latina y el Caribe.

América Latina tiene tanto talento, pero pocas oportunidades en la industria musical

La denominada economía naranja, impulsada por artistas, músicos, diseñadores y otros innovadores creativos, es un motor crucial del desarrollo social y económico de América Latina. La industria musical es una fuerza importante dentro de esta economía, que fomenta el intercambio internacional dentro y fuera de la región. Los jóvenes de toda América Latina tienen un gran talento que podría contribuir a la economía naranja si vieran en ella un futuro. La región es rica en historias culturales diversas, así como en poderosos movimientos artísticos modernos. Sin embargo, existen muy pocas oportunidades para que los jóvenes se beneficien de la capacitación, el apoyo y la libertad imaginativa que necesitan para desarrollarse en los sectores creativos.

Los formuladores de políticas, los educadores y los profesionales del desarrollo internacional creen a veces que invertir en música y artes es una frivolidad, sobre todo para las comunidades vulnerables que se enfrentan a graves problemas sociales y económicos. Cuando esta actitud persiste, la economía naranja se convierte en un espacio elitista que no refleja la rica diversidad de experiencias humanas de América Latina. En consecuencia, el arte se resiente. El crecimiento económico también se estanca.

Apoyo a la economía naranja con emprendedores de música

Un área emergente es el emprendedurismo musical. En 2018, el BID entrevistó a emprendedorescreativos de toda la región sobre cómo generan empleo, construyen prosperidad y enfrentan la adversidad en sus comunidades. Identificaron a la digitalización y al emprendedurismo como los dos impulsores principales del intercambio intercultural en las artes.

Con más inversiones y evaluaciones, deberíamos ser capaces de descubrir cómo ayudar a los jóvenes a convertirse en emprendedores creativos podría mejorar su crecimiento personal y la economía naranja de la región.

“No hay mejor terapia que la música”

Te invitamos a leer una nueva publicación que se basa en conversaciones con beneficiarios, jefes de equipo de proyectos y organizaciones asociadas sobre la música como motor de inclusión social y desarrollo económico.

Destaca iniciativas de éxito, como:

• Muévete: un programa centrado en el emprendedurismo musical entre los jóvenes de Colombia. El trabajo del BID en el programa de Educación Musical Muevete es posible gracias a nuestros socios, entre ellos el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), DNA Music, Focusrite, Activoca, Rafael Sandina y Carlos Vives.
• El Sistema de Coros y Orquestas de El Salvador
• La Orquesta Sinfónica Juvenil Femenina, una orquesta exclusivamente femenina y el coro Alaíde Foppa, por los derechos de la mujer, en Guatemala
• Prevención de la violencia a través de la música, un programa de prevención de la violencia mediante la educación musical para niños y sus familias en Nicaragua.
• Sinfonía por el Perú: jóvenes luthiers que fabrican instrumentos de cuerda en Perú.

En palabras de Cairo Amador Arrieta, presidente del Foro Nicaragüense de Cultura: “para remendar el alma, no hay mejor terapia que la música”.