Por: Muhammad Ali Pate y Elena Sterlin
En septiembre pasado, los líderes mundiales realizaron una declaración política histórica en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se comprometieron a alcanzar la cobertura sanitaria universal para todos los ciudadanos a más tardar en 2030. A fin de lograr esta meta tan necesaria, los países están trabajando para ampliar el acceso a la atención médica pública y privada, sobre todo en las regiones remotas y desatendidas, y garantizar que los servicios prestados sean asequibles y de buena calidad. En este contexto, sin embargo,
Prestadores de atención de salud privados bajo presión
La pandemia de COVID-19 ha sometido a la infraestructura sanitaria mundial a una enorme presión. Los prestadores de servicios de salud se enfrentan a desafíos particulares. Algunos han llegado a su punto de saturación debido al aumento de las hospitalizaciones de pacientes con COVID-19. Además, muchas clínicas y hospitales se han visto afectados por graves problemas de liquidez, dado que los pacientes suspenden las cirugías electivas, lo que redunda en una marcada caída de los ingresos. En el caso de los proveedores privados en particular, la fuerte desaceleración económica amenaza los ingresos, lo que afecta su capacidad para mantener las operaciones y atender a los pacientes.
Al operar en condiciones tan adversas, pueden verse tentados a recortar gastos; por ejemplo, aquellos relacionados con la calidad de la atención que reciben los pacientes o con la manera de proteger a los trabajadores de la salud en las primeras líneas de acción contra la pandemia. Los administradores y profesionales están habituados a tomar decisiones cruciales con poca anticipación. En tales circunstancias, sería sumamente útil contar con un conjunto de principios que los ayude a cumplir estándares éticos elevados mientras toman esas decisiones.
Los Principios Éticos en la Atención de la Salud
Este es el momento más oportuno para dar a conocer los Principios Éticos en la Atención de la Salud del Grupo Banco Mundial. Se trata de 10 principios que instamos a los inversionistas y prestadores de la salud privados a adoptar públicamente, respaldar y citar en su labor. Estos principios brindan orientaciones en diversas esferas, como el respeto de los derechos del paciente, la preservación de la información y el uso responsable de los datos, y la protección y el empoderamiento del personal. Los principios fueron formulados por la Corporación Financiera Internacional (IFC) en colaboración con el Banco Mundial luego de consultar con prestadores, inversionistas, compañías de seguros médicos y expertos del sector.
En los distintos mercados emergentes, el sector privado es un importante proveedor de servicios de salud, y en algunos países es incluso el proveedor principal. Se trate de una pequeña clínica comunitaria, una farmacia familiar, una cadena nacional de hospitales o un fabricante local de determinado equipamiento hospitalario, el sector privado es omnipresente. Desafortunadamente, algunos aspectos del sector pueden incentivar prácticas que están reñidas con la ética.
Durante el año pasado, 20 empresas de salud, incluidos muchos de los clientes destinatarios de las inversiones de IFC en salud que conforman una cartera de USD 2000 millones, se convirtieron en los signatarios fundadores de los mencionados principios. Actualmente, estamos ampliando la red para persuadir a operadores de salud privados de todo el mundo para que suscriban los principios. Se prevén actividades de seguimiento, como seminarios web, para ayudar a los signatarios a comprender en mayor profundidad cómo integrar los principios en las operaciones diarias.
Promoción de los estándares éticos en materia de salud
Consideramos que los estándares éticos y la atención de calidad son dos caras de la misma moneda. Por este motivo, el diagnóstico de la calidad del sistema de salud, un servicio de asesoría que IFC puso en marcha en 2018, será una herramienta complementaria para implementar los Principios Éticos en la Atención de la Salud. Este servicio de asesoría ya se ha puesto a disposición de más de 30 empresas de salud de 15 países, y actualmente genera una demanda sólida y creciente.
En última instancia, la adopción de decisiones éticas promueve una atención de mejor calidad a los pacientes, brinda mayor protección a los trabajadores de la salud y sienta las bases para desarrollar empresas prósperas y sostenibles.
Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: Voces
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