Por: Andrés Manrique León.

A pocos meses de dar inicio a los procesos de admisión a pregrados en las diferentes Instituciones de Educación Superior (IES) del país, resulta importante reconocer las diversas maniobras que existen o que deben realizar los jóvenes para acceder al “privilegio” de ser un estudiante activo de estas instituciones.

En algunos casos, las posibilidades básicamente se limitan a la posibilidad de cubrir los costos del proceso de admisión y las respectivas matrículas en las IES públicas o privadas. Es una situación que en últimas demarca la ruta de miles de jóvenes en nuestro país para alcanzar su sueño de ser un profesional universitario. Además, en algunas de las universidades del país, especialmente las públicas, resulta necesario superar una serie de procesos de admisión que varían entre exámenes de admisión que suponen puntajes sobresalientes en pruebas de alto impacto (saber 11), pruebas específicas a carreras universitarias, como es el caso de Artes, Cine y Televisión o Música y, finalmente, entrevistas semiestructuradas en algunas ocasiones.

Jóvenes universitarios generan propuestas de educación – Foto: Cortesía Andrés Manrique.

Es necesario resaltar que las universidades públicas del país son las que reciben una mayor demanda por parte de los egresados de la educación media; sin embargo, su capacidad de oferta no alcanza a generar ni la mitad de cupos para todos sus aspirantes.

Para dar un ejemplo de las cifras con respecto a la tasa de tránsito inmediato a educación superior en Colombia, el Ministerio de Educación Nacional realizó en el año 2013 un seguimiento a los jóvenes que finalizaban sus estudios de educación media e ingresaban de manera inmediata a un programa de educación superior (técnico, tecnológico o universitario) y encontró que de cada 100 estudiantes que culminaron grado 11 en el año 2013, aproximadamente 35 hicieron tránsito inmediato a la educación superior. En otras palabras, sólo 174.600 de aproximadamente 504 mil estudiantes bachilleres accedieron a la educación superior para inicios de 2014.

En correspondencia, un 65% de los bachilleres quedaron fuera del sistema educativo superior sin tener mayor claridad sobre un posible futuro que a la par se vuelve incierto. Es decir, un futuro que en la mayoría de los casos deriva en posibles vinculaciones a organizaciones armadas legales o ilegales, explotación laboral o trabajos informales, drogas entre otros.

Actualmente no hay un documento oficial emitido por el Ministerio de Educación, que permitan identificar si la situación de tránsito a la vida universitaria en el país ha mejorado o si por el contrario continua igual, en consecuencia aún se desconoce la situación o destino final de miles de estudiantes bachilleres en el país , ahora, se requiere ahondar esfuerzos para posibilitar y ampliar mayores oportunidades para jóvenes y adultos en el país con respecto a los procesos de formación académica, específicamente en los aspectos relacionados con la educación superior pues allí es donde persiste un vacío latente en la cotidianidad.

Cabe resaltar la labor realizada por el Ministerio de Educación Nacional, por medio de programas como “Ser Pilo Paga”, becas (Quiero Estudiar, Distinción Andrés Bello), convocatorias para cursar estudios en otros países, créditos condonables y junto con otras organizaciones se encuentran adelantando formas de facilitar y promover este tránsito e ingreso de más personas a IES públicas y privadas, siendo así una condición necesaria pero no suficiente para dar solución a la alta demanda de estudiantes que son aspirantes a programas de formación profesional y de esa manera comenzar a cumplir sus sueños llegando a ser personas que logran acceder a un “privilegio” o mejor una oportunidad llamada educación superior.

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