Ansiedad, miedo e incertidumbre en América Latina y el Caribe

41.000 personas en 9 países* respondieron a una encuesta remota sobre cómo la COVID-19 ha afectado sus medios de vida, seguridad alimentaria y acceso a mercados.


ansiedad

Entrega de raciones para llevar a casa en La Guajira, Colombia. Foto: WFP


Las principales preocupaciones de las personas que aceptaron completar la encuesta realizada en línea fueron: incapacidad para cubrir sus necesidades alimentarias, pérdida parcial o total de ingresos debido a la crisis generada por la pandemia, y miedo a la propagación del virus.

“Tratamos de consumir menos cantidad de alimentos y luz eléctrica. Tratamos de conseguir fruta de temporada para poder evitar el consumo de comida normal, y así poder tener un poco más para la quincena”.

Siete de cada 10 personas encuestadas manifestaron sentir preocupación por no tener suficiente alimento. Esto lo expresaron particularmente personas en el área rural, y en su mayoría mujeres.El 84% se asegura de poder consumir entre dos y tres comidas al día. Sin embargo, existe un preocupante 17% de encuestados en áreas urbanas que no consumió ningún alimento o tal vez consumió una sola comida al día.

“Yo tengo un pequeño taller donde arreglo motos, pero con la emergencia, lastimosamente el trabajo ha disminuido casi en su totalidad. No hay dinero que alcance. No he podido pagar dos meses de arriendo y el poco dinero que se hace, es para comprar algo de comida”.

El análisis encontró que el 69% experimentó una disminución de los ingresos debido al brote de COVID-19. Para las mujeres encuestadas, la baja fue mayor comparada con los hombres. También registraron tasas de desempleo significativamente más altas.En general, el 35% de las personas entrevistadas dependen de fuentes de ingresos insostenibles, como actividades informales y asistencia. Un 16% adicional está desempleado.

“En casa, solo una persona se encarga de las compras. Vivo en un municipio sin comercio y hay riesgo de que los productos básicos e higiene se agoten”.

Ocho de cada diez personas encuestadas reportaron un incremento en el precio de los alimentos comparado con precios antes de la pandemia.Cerca de la mitad de encuestados reportó que encontraban parcial disponibilidad de alimentos. Las áreas rurales mostraron considerablemente menor disponibilidad de productos alimenticios comparado con las ciudades.Las personas mencionaron que encuentran varias limitaciones en sus comunidades: Miedo a salir debido al brote de la enfermedad; preocupación por la seguridad y restricción de movimiento. Es probable que, debido a estas limitaciones, el 74% de los encuestados se aseguró de tener una reserva de alimentos. Estos suministros duran, en la mayoría de los casos, una semana o menos.

“Ya me quedé casi sin dinero. No tengo ingresos. Tengo muchas deudas y estoy muy limitado para salir porque soy diabético”.

Los datos muestran que el 90% de los encuestados pusieron en práctica medidas de protección para contener el esparcimiento del virus. En zonas rurales una mayor proporción de encuestados reportó falta de artículos de higiene en las tiendas. Alrededor de la mitad de los encuestados afirmó que los artículos de higiene solo están disponibles parcialmente.El acceso a los servicios de salud también ha cambiado como resultado de la pandemia. Los datos muestran que alrededor de la mitad de los encuestados (52%) pueden acceder a las instalaciones de salud solo para emergencias, con solo el 30% de las estructuras funcionando como de costumbre. En el 7% de los casos, las instalaciones de salud no funcionan en absoluto, mientras que el 11% informó una ausencia total de servicios de salud.

“Salgo de casa solo si es necesario. Mientras tanto, enseñamos a los niños algo de los temas vistos en la escuela, ya que los maestros no han enviado ni una sola tarea”.

Para frenar la propagación de la COVID-19, en muchos países los gobiernos han ordenado el cierre de las escuelas, dejando así una cifra récord de niños fuera de ellas. Alrededor de la mitad de las escuelas han activado el aprendizaje electrónico, mientras que una de cada cinco ha dejado de enseñar por completo. El aprendizaje electrónico es menos probable en las zonas rurales que en las ciudades.


*Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú, República Dominicana.

WFP completó la encuesta en mayo de 2020. El informe está en inglés pero los comentarios de los participantes en español. Informes de encuestas realizadas en abril en otros países de la región están disponibles aquí.


Nota publicada en WFP – Programa Mundial de Alimentos, reproducida en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Programa Mundial de Alimentos

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