Urbanismo táctico: 3 ventajas en la ejecución de proyectos en las ciudades

Por: David Razu Aznar.

Con cada vez mayor frecuencia en los últimos diez años, proyectos de urbanismo y gestión del espacio público utilizan tácticas a pequeña escala, bajo una lógica experimental, gradual, y de socialización constante. Este modelo de intervención—conocido como urbanismo táctico—ha cobrado popularidad porque presenta, al menos, tres grandes ventajas sobre modelos convencionales de planeación y ejecución de proyectos: es de bajo costo, es de ágil implementación y pone en el centro a las comunidades a las que pretende servir.


urbanismo BID


Existen numerosos ejemplos de intervenciones exitosas de urbanismo táctico en distintas partes del mundo, todos ellos de gran impacto social, cultural y económico. La transformación de Times Square en Nueva York de una ruidosa y contaminada intersección vehicular en una zona completamente peatonal dedicada a la cultura, la convivencia y el comercio; la ocupación de puestos de estacionamiento en las calles de San Francisco para colocar parques de bolsillo (parklets); y la transformación de la calle Madero en el Centro Histórico de la Ciudad de México en un corredor peatonal, son algunos de ellos. En todos estos casos, el común denominador es la búsqueda de la mejoría en la experiencia humana del espacio público.

Otro elemento en común de estas intervenciones es que los costos asociados a su ejecución en etapa experimental están muy por debajo de los habituales para un proyecto convencional. La recuperación de Times Square comenzó a partir de intervenciones temporales los fines de semana utilizando un poco de pintura y mobiliario plegable que la gente ocupaba de manera espontánea. La peatonalización de la calle Madero, en su etapa inicial de pruebas intermitentes, sólo requirió señalizadores de tránsito y agentes de policía que orientaban a los automovilistas hacia vías alternas. Los parklets de San Francisco no implicaron más que la estructura y acabados del pequeño parque y las monedas necesarias para pagar el parquímetro durante sus horas de operación.

Además del bajo costo, el urbanismo táctico permite una mayor velocidad de ejecución. Dado que las intervenciones son diseñadas y ejecutadas en pequeña escala y con la lógica de la experimentación, es posible ver y evaluar el impacto y resultados en tiempos muy breves y reaccionar en consecuencia, perfeccionando la intervención. Esta agilidad se adapta al dinamismo de la vida en la ciudad y garantiza la vigencia y relevancia de las intervenciones para las comunidades a las que están dirigidas.

Más importante que las ventajas anteriores es, quizás, la lógica horizontal y comunitaria que el urbanismo táctico puede cobrar. A diferencia de modelos más convencionales, el urbanismo táctico está fundado en un modelo de planeación participativa en donde la comunidad debe apropiarse de las intervenciones desde para que éstas cobren sentido. De hecho, no es raro que proyectos exitosos de urbanismo táctico hayan sido originalmente ideados por activistas o habitantes comunes de la ciudad y no por agencias gubernamentales.

Desde luego, rara vez la comunidad en su conjunto está de acuerdo con todas las intervenciones. Puede que las propuestas sean inherentemente inconvenientes y sean rechazadas. También puede ser que aun siendo convenientes haya vecinos que por resistencia al cambio o por mantener privilegios particulares, se opongan a las mismas. Pero la lógica detrás del urbanismo táctico es que si un proyecto es genuinamente benéfico, la posibilidad de socialización, demostración y adaptación a las necesidades del público, hará más viable tratar con estas resistencias para lograr su apropiación comunitaria y eventual escalamiento.

Con todo esto en mente, durante la pasada Reunión Anual de Alcaldes de la Red de Ciudades en Medellín, tuvo lugar un taller de innovación y urbanismo táctico a cargo del LAB Ciudades del BID. Bajo el nombre “La ciudad como un laboratorio”, el taller inició con exposiciones por parte de Marieke Götsch, consultora para la División de Ciencia y Tecnología del BID, Andrés Blanco, coordinador del LAB Ciudades del BID, y Tony García, socio fundador de Street Plans y coautor del libro Tactical Urbanism. Los ponentes aportaron elementos y conceptos sobre innovación social y urbana, así como sobre mecanismos para ponerlos en práctica. Posteriormente, los participantes se dividieron en mesas temáticas para el desarrollo del taller de innovación.

Conforme a los ejes definidos por la Red de Ciudades para la reunión anual, los temas de las mesas fueron: seguridad ciudadana y participación comunitaria, inclusión social en los barrios, y movilidad urbana y transporte sostenible. Para el desarrollo del taller se contó con la participación de los alcaldes de Temuco, Chile; Palpalá, Argentina; y Cartago, Costa Rica. Estas ciudades fueron preseleccionadas por el LAB Ciudades a partir de una convocatoria lanzada 45 días antes de la celebración de la reunión anual y su elección obedeció a que presentaron las problemáticas más adecuadas para ser trabajadas en taller.

La intención del trabajo en mesas fue aplicar la metodología de urbanismo táctico a la solución de problemas reales, y la participación y trabajo colaborativo de todos los presentes—en su mayoría alcaldes—llevó a soluciones innovadoras para cada una de las ciudades. En el caso de Temuco, se propusieron intervenciones para para la creación de un espacio verde; en el caso de Palpalá, se diseñó un modelo de camino seguro a una zona escolar; y en el caso de Cartago se planteó el desarrollo de un parque lineal.

Además de aportar a los alcaldes herramientas de innovación urbana que les permitan mejorar sus respectivas gestiones, el taller permitió al BID identificar oportunidades para el desarrollo de proyectos con potencial de escalamiento. Uno de los resultados será el diseño e implementación de pilotos en la línea de lo propuesto por las mesas en cada una de las ciudades trabajadas. Además, el proceso de convocatoria previa ha permitido identificar potenciales piloto en varias ciudades más, mismos que se encuentran en consideración. Los pilotos son proyectos de implementación ágil y presupuesto limitado que permiten demostrar el impacto que una intervención posterior de mayor alcance podría tener.

El LAB Ciudades del BID ha venido desarrollando ya interesantes proyectos de urbanismo táctico tales como los ejecutados en São Luis, Maranhão, Brasil, o en Santo Domingo, República Dominicana. La intención en esos casos y en los muchos otros actualmente en desarrollo o exploración, es utilizar, de manera cada vez más eficaz, las herramientas del urbanismo táctico para llegar a soluciones innovadoras. Ello, además de ayudar a resolver desafíos concretos de alguna ciudad en particular, permitirá construir conocimiento y capacidades para mejorar la experiencia humana del espacio público en cualquier ciudad de nuestra región.


Nota publicada en el blog “Ciudades sostenibles” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Los Blogs del BID

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