Por: Dr. David Moinina Sengeh
Empecé mi educación en una escuela no estatal preescolar y primaria antes de matricularme en una escuela estatal secundaria en Sierra Leona, a continuación, becado, fui a universidades no estatales de categoría mundial en Estados Unidos y luego trabajé en una empresa multinacional como científico investigador en Kenya. Ahora estoy canalizando todo lo que aprendí durante esta mezcla de educación privada y pública y de elecciones de vida en las funciones combinadas que tengo en el gobierno de Sierra Leona en materia de educación e innovación.
Como Ministro de Gabinete, tengo la responsabilidad de supervisar una mezcla de actores estatales y no estatales que trabajan conmigo en la educación de las niñas y los niños de nuestro país. Aunque algunos parecen actuar como si los actores no estatales no desempeñaran o no debieran desempeñar un papel en la educación actual, lo cierto es que ya lo hacen y seguirán haciéndolo mañana. En Sierra Leona, por ejemplo, el 60% de las escuelas son propiedad de misiones religiosas, y el 15% son propiedad del sector privado. El nuevo Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2021/2 sobre los actores no estatales en la educación, que acaba de publicarse sobre este tema, muestra claramente que no hay ninguna parte de la educación en la que no participen los actores no estatales. Si, por alguna razón, los actores no estatales desaparecieran mañana, la educación de no menos de 350 millones de niños recaería en la responsabilidad del Estado.
Se puede intentar, pero hoy en día también es muy difícil distinguir claramente entre lo público y lo privado. Mientras que la mayoría de las estadísticas al respecto tienden a fijarse en la gestión y la propiedad, el nuevo informe muestra lo entrelazados que están ambos en la financiación. Los gobiernos apoyan financieramente a las escuelas no estatales en 171 de 204 países: esto incluye escuelas privadas en 115 países, escuelas confesionales en 120 países y las escuelas de organizaciones no gubernamentales y comunitarias en 81 países. Por ello, los argumentos que se apoyan en dicotomías claras entre lo privado o lo público son cada vez más irrelevantes.
En este contexto, nuestro papel es garantizar que nuestra gobernanza y reglamentación se diseñen de forma que se garantice que todos estos actores trabajen juntos. Esto implica una supervisión estricta de los valores fundamentales a los que nos comprometimos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular la equidad y la calidad. Sin embargo, el sitio web PEER del Informe GEM muestra que en lo que es menos probable que se centren las reglamentaciones de los países es en la calidad o la equidad: el 67% regula como se establecen las tarifas, el 55% impide los procedimientos de admisión selectiva de estudiantes en las escuelas no estatales, el 27% prohíbe el lucro y solo el 7% tiene cuotas que apoyan el acceso de los grupos desfavorecidos.
Además de establecer normas y reglamentaciones explícitas que presenten claramente nuestra visión a todos los actores, estoy de acuerdo con el informe cuando dice que la colaboración es clave para asegurar que cumplamos esta agenda. Esto significa crear espacios y establecer condiciones para que interactúen diversos actores. Hay mucho que ganar si se aprovechan los conocimientos de todos. Una de las primeras cosas que hicimos cuando dejé el sector privado para venir a esta oficina, por ejemplo, fue elaborar un nuevo marco curricular relevante para el siglo XXI. Creamos módulos de formación docente basados en necesidades reales. Este informe hace un llamamiento para que todos los países adopten este tipo de prácticas. Los sistemas de desarrollo de competencias que se nutren de las contribuciones de los gobiernos, los empleadores y las y los trabajadores tienen muchas más posibilidades de seguir el ritmo de las necesidades del mercado laboral.
Cualquiera que esté en el gobierno sabe que la educación pública no es fácil de reformar. Pero los sistemas educativos deben mantener el paso de los rápidos y furiosos cambios que se producen en el mundo. Además, tienen mucho que ganar si lo hacen. Las asociaciones con el sector privado pueden ayudar a aportar recursos y experiencia y fomentar iniciativas a un ritmo que los gobiernos difícilmente podrían alcanzar por sí solos. Recientemente entregamos tabletas al personal de administración para ayudarle a hacer un seguimiento de las calificaciones, la matriculación, la asistencia y los presupuestos. Disponemos de datos del censo escolar totalmente digitalizados que se remontan a 2015 y que ahora consultamos para hacer un seguimiento de los que se quedan atrás. Todo esto mejora nuestra capacidad de lograr un impacto a escala en el sector público.
La sociedad civil es un importante observador del trabajo que realizamos a nivel gubernamental, aportando ideas a través de sus investigaciones. La sociedad civil también ha sido fundamental para ayudarnos a implementar nuestra agenda. Un consorcio de organizaciones no gubernamentales fue contratado para ayudarnos a distribuir una subvención de COVID-19 de la Asociación Mundial para la Educación, que implementamos nivel de distrito. También hemos trabajado con muchas empresas privadas para construir escuelas, decenas de aulas de educación de la primera infancia y centros de innovación para mejorar el aprendizaje.
Pero también agradezco la advertencia que se hace en el nuevo Informe GEM a los gobiernos al tiempo que gestionan estas asociaciones. ¿Qué intereses estratégicos anteponen nuestros socios? ¿Su apoyo está en consonancia con las prioridades del gobierno, evita la duplicación o la distracción, y se adaptará a nuestras necesidades cambiantes? Las preguntas que plantea el informe son importantes para que todos las tengamos en cuenta. “¿Quién elige?”, nos pregunta. A veces no está claro. “¿Quién pierde?”, pregunta igualmente. ¿Por qué son siempre los mismos grupos?
A un ministro de educación no debería importarle dónde se educan los niños y las niñas. Los gobiernos deben demostrar que se preocupan por igual de la educación de todos los niños y todas las niñas, independientemente de las opciones que elijan, y deben aplicar los mismos estándares de calidad, el mismo seguimiento y los mismos mecanismos de rendición de cuentas a todos los proveedores. En Sierra Leona, por ejemplo, el gobierno paga las cuotas de los exámenes de todos los niños y todas las niñas, incluyendo los de las escuelas privadas. También proporcionamos formación y asistencia sobre las respuestas de emergencia en todas las escuelas, y estamos trabajando para aumentar nuestro apoyo a la formación docente en las escuelas privadas. A todos nos corresponde contribuir a que nuestro sistema educativo funcione para todos y todas. Tanto si pertenece al sector privado como al público, le animo a que lea las recomendaciones del Informe GEM 2021/2 para asegurarse de que no se quede atrás en la visión que tiene del cambio.
El Dr. David Moinina Sengeh es Ministro de Educación del Primer y Segundo Ciclo de Secundaria y Director en Jefe de Innovación, Sierra Leona, y Presidente del Consejo Asesor del Informe GEM
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