La amenaza del cambio climático para el turismo caribeño

Por: Steven Ambrus.

Cuando los residentes del Caribe piensan en huracanes, como Irma y María, que azotaron a la región el otoño pasado, no solo piensan en la pérdida de cientos de viviendas y vidas humanas, sino en la destrucción generalizada de los recursos turísticos como hoteles, yates y arrecifes de coral; temiendo que la devastación sea solo un anticipo de lo que está por venir.

El turismo es el sustento del Caribe y representa mayor empleo que todos los demás sectores, aparte del sector público, y cerca del 41% de la exportación de bienes y servicios de la región. También está bajo la creciente amenaza del cambio climático, que ha aumentado la intensidad de los huracanes y las tormentas y, con ellos, las amenazas para playas, arrecifes de coral e infraestructura turística.


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AFP PHOTO / Ricardo ARDUENGO


Los riesgos para el turismo aumentarán:

Lo más probable es que las cosas empeoren. Según prevé el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, entre 2025 y 2050 el Caribe se convertirá en el destino turístico con mayor riesgo en el mundo. Según lo estima el BID, el cambio climático podría costarle a la región más de US$22 mil millones a mediados de siglo, o aproximadamente el 10% del PIB actual del Caribe.

La pregunta entonces es, ¿qué se puede hacer al respecto? La planificación a largo plazo y una prudente gestión macroeconómica son dos medidas fundamentales, ya que permiten a los países vulnerables ahorrar y emplear recursos en la construcción de malecones, sistemas de alerta anticipada, así como en la readaptación de la infraestructura necesaria para sobrevivir fenómenos meteorológicos extremos para luego reconstruir lo que haya quedado destruido.

Otra herramienta potencialmente importante es un tipo particular de seguro contra desastres, conocido como bono de catástrofes (o cat), que puede ser emitido por gobiernos o empresas reaseguradoras y respaldado por letras del Tesoro de Estados Unidos. A pesar de ser caro, este seguro ofrece beneficios palpables. Porque se basa en la gravedad del evento, más que en estimaciones de daños, los pagos se pueden realizar con rapidez y poca disputa, permitiendo que los fondos puedan fluir hacia la mayoría de las partes afectadas de la economía—una cuerda de salvamento esencial tras el paso de un huracán o una tormenta.

Seguro contra desastres para los arrecifes de coral:

En marzo, el estado mexicano de Quintana Roo, junto con la industria de turismo local y la organización no gubernamental Nature Conservancy, crearon un fondo fiduciario para la compra de un tipo de seguro similar, estrictamente para los arrecifes de coral de la península de Yucatán. La idea de centrarse en un ecosistema en particular es única y podría ser determinante.  Los arrecifes de coral protegen las costas contra las tormentas, y generan miles de millones de dólares al año en ingresos por buceo, esnórquel y pesca para las comunidades del Caribe.  Los arrecifes de coral también pueden verse perjudicados por condiciones meteorológicas extremas.  El seguro para un rápido proceso de recuperación de los arrecifes podría ayudar a la recuperación de la industria turística así como a la restauración de los arrecifes para que sirvan de protección para playas y hoteles contra futuros fenómenos meteorológicos extremos.

Está claro que ninguno de estos esfuerzos será suficiente por sí solo. Se requerirá una mejor supervisión para evitar que las granjas y hoteles viertan en el mar las escorrentías agrícolas y sus aguas residuales no tratadas, debilitando así los arrecifes de coral.   También se requiere un mayor cumplimiento de las regulaciones para detener la destrucción de manglares, un ecosistema vital que también protege las costas contra las marejadas y sirve como hábitat esencial para la cría de peces.

Por supuesto, existen muchos otros problemas complejos relacionados con el clima. Entre esos se encuentran: el creciente aumento del nivel del mar, la sequía y la escasez de agua. Todos estos representan amenazas para el turismo. A pesar de que el Caribe ya ha adoptado enfoques innovadores para muchos de estos problemas, aún le queda mucho por hacer. El cambio climático representa quizás el mayor peligro para la región, y el Caribe tendrá que centrarse incansablemente en las adaptaciones necesarias para enfrentar el reto.


Steven Ambrus trabajó como corresponsal de los medios masivos de comunicación de Estados Unidos y de Europa durante dos décadas en América Latina cubriendo política, educación, medio ambiente y otros temas. El trabaja actualmente en la unidad de comunicaciones y publicaciones del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo BID.


Nota publicada en el blog “Ideas que cuentan” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.


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