Por: Rodrigo Arce Rojas.
Es importante hacer una comparación entre la evolución de los enfoques de desarrollo en general para luego hacer un contraste con lo que significa el desarrollo forestal sostenible.
Primero hagamos una apretada síntesis sobre las transformaciones del concepto genérico de desarrollo. Así encontramos que de una visión en la que se privilegiaba fuertemente el crecimiento económico se ha pasado a una visión que abarca la multidimensionalidad del desarrollo.
En el proceso ha habido diferentes énfasis como la teoría de modernización (que implicaba apostar por la industrialización y la superación de sociedades agrícolas tradicionales atrasadas, de baja productividad y poco competitivas), la teoría de dependencia (que apostaba por la industrialización interna y la apuesta por el desarrollo local), el enfoque de desarrollo a escala humana (que consideraba que había que apostar por las potencialidades de las personas en su integralidad superando las necesidades concentradas en el tener), el desarrollo sostenible (con la consabida fórmula de balance entre lo económico, lo social y lo ambiental), la globalización, la teoría de la nueva institucionalidad (que reconoce la importancia de la institucionalidad para el desarrollo entendido no solo como organismos sino también políticas, acuerdos, arreglos, procedimientos), el desarrollo humano entendido como ampliación de derechos y capacidades a partir de la propuesta de Amartya Sen, el desarrollo territorial rural (que pone en el centro la gestión con mirada de territorio en toda la integralidad que ello implica no solo con aspectos biofísicos sino también toda la masa (materia), energía, información y sentidos por lo tanto con inclusión de aspectos históricos, culturales, psicológicos, entre otros aspectos).
Resalta también la importancia que ha cobrado el bienestar subjetivo y la mirada de progreso multidimensional del PNUD.
Habría que reconocer que muchos de estos enfoques han permeado la forma cómo se concibe el desarrollo forestal pero no siempre el sector forestal ha estado siguiendo los grandes debates que se han realizado, y se siguen realizando, en torno al entendimiento de la multidimensionalidad del desarrollo. Por eso es que aún es posible escuchar o leer propuestas que el desarrollo forestal debe medirse en función de su crecimiento económico, su participación en el PBI nacional, los procesos de industrialización forestal, las exportaciones.
Está emergiendo un interesante proceso de entendimiento de lo forestal como gestión de los territorios favorecido por los enfoques ecosistémicos pero todavía no es una propuesta nítida entre los diversos actores involucrados. Lo mismo puede decirse de enfoques de igualdad y equidad de género, así como también los enfoques de interculturalidad pero es algo todavía muy inicial y deberá seguir profundizándose al respecto.
De un lado se sigue hablando de competitividad y eficiencia. No obstante otros enfoques de desarrollo hablan de reforzar la solidaridad, la colaboración y la confianza como elementos fundamentales del desarrollo. Desde una perspectiva de complejidad los enfoques recursivos y de dialogicidad plantean que no se traten como polarizaciones o exclusiones sino más bien de sinergias y complementariedades.
Nos interesan los bosques porque nos interesa la gente. Lo contrario también es válido, porque me interesa la gente me interesan los bosques. Esto abre un universo de posibilidades para trabajar con los diferentes actores en la diversidad de opciones de aprovechamiento y conservación de bosques, pero también con la diversidad de escalas económicas. No solo quedarse con los articulados al mercado sino que también tener la osadía de trabajar con comunidades pre-mercado y en transición al mercado.
Es en esta perspectiva que calza el enfoque de manejo múltiple de los bosques y de bienestar y sustento. Interesa tanto incrementar las exportaciones a partir de la producción sostenible de los productos del bosque pero también trabajar para contribuir a la erradicación de la pobreza, la contribución a la seguridad alimentaria, el respeto a la sacralidad de los bosques, entre otros aspectos que aunque no tienen necesariamente expresión monetaria significan elementos de la calidad de vida o bienestar subjetivo de las poblaciones locales.
Para graficar permítanme contarles una pequeña historia forestal. Una institución estatal encargada de promover sistemas agroforestales mostró sus éxitos en la aplicación de sus estrategias. Para dar cuenta que ello había sido así invitaron a una lideresa para que con sus propias palabras diera el testimonio de sus avances. La lideresa solo atinó a decir que agradecía al proyecto por haber logrado instalar los sistemas agroforestales en la comunidad pero no pudo decir nada más porque le ganaba la timidez. La historia ilustra que se había trabajado muy bien con los aspectos biofísicos pero no se había trabajado con las personas.
Hay otras historias donde sucede lo contrario y no solo se muestran logros físicos sino que también se da cuenta que las personas se encuentran más empoderadas, se ha fortalecido la autoestima, la capacidad expresiva y se han generado nuevas visiones y prácticas. Destaca el hecho, por ejemplo, que en el sector cafetalero se empieza a decir que un buen grano de café o una buena calidad de taza representan en verdad calidad de vida del productor y eso es algo que se puede replicar en el sector forestal diciendo que cada árbol de calidad producido o manejado representa la calidad de la ciudadanía forestal.
Un verdadero desarrollo forestal no se mide únicamente en rendimientos, productividad, ganancias económicas o incluso por puestos de trabajo generados sino también por la medida en que se ha contribuido al bienestar subjetivo, se ha contribuido a la construcción de ciudadanía forestal, se ha fortalecido identidad y comunicación asertiva, se ha contribuido al orgullo local y personal, entre otras importantes dimensiones integrales del desarrollo.
En esta óptica las iniciativas ligadas al fortalecimiento del capital social forestal y la de mediadores comunitarios para la paz en la gestión de los recursos forestales que desarrollan ONG peruanas son innovadoras.
En tanto, Eke el al. (2016) formulan elementos claves a tomar en cuenta para el Desarrollo Forestal Empresarial por Comunidades en esta nota se enfatiza la situación de comunidades pre-mercado o comunidades en transición. Para estos sectores se plantea las opciones de sustento y bienestar. Estas opciones se generan con la finalidad de hacer tangible de manera relativamente rápida y contundente los beneficios del buen manejo y conservación de los recursos naturales renovables y de la recuperación y revitalización de la agrobiodiversidad nativa y de los cultivos tropicales naturalizados en los ecosistemas de bosques.
Las opciones de bienestar tratan de ajustarse a la realidad ecológica, social y cultural de las comunidades nativas, poniendo en valor la organización natural indígena y los conocimientos tradicionales. La propuesta considera trabajar con la comunidad de la manera más natural posible poniendo en valor los recursos y capacidades locales antes que generar nuevas dependencias. Es por eso que las opciones de sustento y bienestar prácticamente no tienen subvención externa.
Es por esa razón que las opciones de sustento y bienestar no entran en colisión con opciones productivas comerciales que requieren ser trabajadas bajo el enfoque de cadenas productivas y requieren periodos de maduración generalmente superiores al año de trabajo.
No es la lógica comercial o de orientación al mercado la que prima en las opciones de sustento y bienestar – para eso ya existen las opciones productivas comerciales – sino el fortalecimiento de prácticas locales de manejo y conservación con beneficios tangibles en el más corto plazo. Ello no quita que con un mejor conocimiento ecológico y socio cultural de la opción de bienestar pueda eventualmente pasar a trabajarse como Opción Productiva Comunal.
El propósito y las características de las opciones de bienestar tienen que estar claros y adecuadamente fundamentados. Por lo mismo las opciones de bienestar no deben estar sujetas a inducciones de ningún tipo porque prima la absoluta autodeterminación de personas o grupos que desean poner en valor sus capacidades y sus propios recursos.
Entre las opciones de manejo podemos mencionar como ejemplos:
- El acceso y la calidad de la dieta:
- Enriquecimiento de bosques con especies de valor alimenticio humano
- Enriquecimiento de bosques con especies atractivas de fauna
- Manejo de especies forrajeras (con fines de alimentación de ganado)
- Huertos de frutales nativos
- Manejo de palmeras alimenticias
- Manejo de plantas hospederas de suri
- Manejo de plantas proveedoras de alimentos para peces
- Acceso a salud a partir de los bienes y servicios del bosque:
- Enriquecimiento de bosques con plantas medicinales
- Huertos de plantas medicinales
- Manejo de uña de gato
- Manejo de sangre de drago
- Manejo de bosques de copaiba con fines de extracción sostenible de aceites.
- Necesidades de materiales para viviendas culturalmente confortables:
- Manejo de bosques secundarios
- Manejo de varillales
- Manejo de palmeras con hojas para techos
- Necesidades comerciales: Manejo de especies proveedoras de insumos para artesanía:
- Manejo de plantas productoras de tintes
- Manejo de plantas productoras de semillas
- Necesidades intelectuales: Bosques como escuelas de aprendizaje y enseñanza
- Necesidades emocionales: Bosques como espacios de diversión y encuentro
- Necesidades espirituales: Bosques como paisajes que fortalecen el espíritu
Bajo este enfoque diversificado de opciones productivas y de conservación todos los actores son considerados con diversas escalas de inversión y no se excluye a nadie. Por ello en todas estas propuestas los enfoques de igualdad y equidad de género como los enfoques de equidad generacional son fundamentales.
De esta manera los procesos de emprendimiento forestal quedan bajo el control de los propios actores y son ellos y ellas quienes van decidiendo autónomamente el alcance y magnitud del emprendimiento. Son sus propias visiones de buen vivir o vida plena y su ética económica los que van marcando el ritmo que le quieren imprimir. Es otra forma de expresar el desarrollo propio o desarrollo forestal autodeterminado.
Bibliografía citada:
Eke, J.; Gretzinger, S.; Camacho, O.; Sabogal, C. y Arce, R. (2016). Desarrollo Forestal Empresarial por Comunidades. Guía práctica para promotores forestales comunitarios en los trópicos americanos. FAO & CATIE.
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