Por: Roberto Aiello.
La intensidad energética en América Latina y el Caribe está disminuyendo más lento que el promedio mundial.
Sin embargo, tomando en cuenta el Objetivo de la meta de Desarrollo Sostenible numero 7 (SDG7) y de la iniciativa Energía Sostenible para Todos (SE4All) de la ONU de duplicar la tasa de mejoramiento de la eficiencia energética para el año 2030 en comparación con la tendencia entre 1990 y 2010, América Latina y el Caribe está más cerca de su objetivo que el promedio mundial.
En cualquier caso, existe un alto potencial para implementar medidas de eficiencia energética (EE) en América Latina y el Caribe, y esto representa una oportunidad.
Los proyectos de generación con fuentes de energía renovable son tradicionalmente más atractivos para los inversionistas debido al hecho de que su modelo de negocio es más maduro, claro y atractivo para los financistas. Sin embargo, la eficiencia energética se adapta muy bien en las políticas del sector eléctrico de muchos de los países de América Latina y el Caribe, por razones que difieren de un país a otro.
Los países expuestos a los efectos de “El Niño”, por ejemplo Colombia, ven la EE como una forma de reducir la demanda pico en un entorno con economías en crecimiento y un consumo de energía que sigue aumentando.
En los países con grandes áreas que no están conectados a la red (por ejemplo, Colombia, Brasil y la mayor parte de los países de la región amazónica) la EE es clave para entregar energía a precios más asequibles a través de mini-redes, sistemas individuales, etc. En este caso, la EE juega un papel crucial en la reducción de demanda y la reducción de capacidad de generación de forma simultánea mientras se mantiene la calidad del servicio y, potencialmente, aumenta la cobertura.
Los países importadores de energía en forma de combustibles fósiles o electricidad (por ejemplo, Chile, Argentina, Ecuador, y la mayor parte del Caribe, entre otros) se centran en la EE y la energía renovable como un medio para reducir las importaciones de energía y, en el caso de existir, también los recursos destinados a su subvención.
Aunque esta orientación ha sido algo debilitada por la disminución de los precios del petróleo, la brecha entre los precios internacionales y los precios internos es tal que la aplicación de la EE para reducir el uso de combustibles fósiles sigue siendo necesario (por ejemplo, uso de gas residual (flare gas) en grupos electrógenos modernos en lugar de los combustibles fósiles convencionales en el sector petrolero, el uso de cocinas de inducción eléctrica para reemplazar las cocinas a gas licuado de petróleo (GLP) en el sector residencial; sustitución de bombas a petróleo diésel por equipos eléctricos más eficientes en el sector industrial).
Las energías renovables y la EE se refuerzan entre sí de manera significativa y juntas van a maximizar los beneficios del desarrollo y ayudar a mitigar el cambio climático.
Las medidas de EE varían de país a país y de un sector a otro y su rentabilidad depende de las tarifas eléctricas, el costo de la tecnología y las horas de funcionamiento de la tecnología. En el sector residencial, medidas comunes incluyen substituir refrigeradores, equipos de aire acondicionado e iluminación.
Ha habido numerosos programas en México, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Nicaragua y otros países para sustituir las lámparas incandescentes por una iluminación más eficiente. La mayoría de los países de la región ya han prohibido o están por prohibir las bombillas incandescentes y se encuentran en el proceso de aprobar y/o la ampliar las leyes y reglamentos de EE, especialmente para la iluminación.
Otra de las iniciativas menos comunes pero con beneficios macroeconómicos, sociales y ambientales sobresalientes es el uso de cocinas más eficientes en las zonas urbanas y comunidades rurales.
Por ejemplo, en Ecuador, hay un programa en marcha para reemplazar el gas licuado de petróleo (GLP) por electricidad para cocinar y calentar agua. El Gobierno de Ecuador creó el Programa Nacional de cocción para reemplazar las estufas de GLP (eficiencia del 40%) con nuevas cocinas de inducción eléctrica (80% de eficiencia). Los beneficios están asociados a la reducción del GLP importado (incluida la reducción de los subsidios asociados a la comercialización interna de GLP) y el ahorro a los usuarios finales por la utilización de tecnologías más eficientes.
En el sector de edificios comerciales/institucionales, de nuevo, las medidas de los sistemas de iluminación, aire acondicionado y de control son las medidas más comunes de EE. En el sector industrial, la iluminación, la sustitución de los motores, la instalación de variadores de velocidad en bombas y la mejora de las operaciones de compresores de aire son las acciones de EE más utilizadas.
Los motores en una amplia variedad de industrias a menudo corren 24/7 todo el año, haciendo que la aplicación de medidas de EE sea rentable. En algunos subsectores, tales como alimentos y bebidas, la sustitución o reacondicionamiento del equipo de refrigeración (por ejemplo, enfriadores, torres de enfriamiento) también podría ser una inversión rentable.
En los municipios, la sustitución de sistemas de iluminación pública por bombillas de diodos de emisión de luz (LED) ha demostrado ser rentable en los últimos años, ya que los costos de LED se han reducido significativamente. Hay buenos ejemplos replicables de dichas medidas en ciudades de América Latina y el Caribe, incluyendo Buenos Aires, Quito, Sao Paulo y Managua.
Para las compañías de electricidad, una oportunidad para mejorar la eficiencia es reducir las pérdidas de electricidad técnicas y no técnicas. Una medida común para reducir las pérdidas técnicas es el cambio de transformadores y cables, y la instalación de bancos de condensadores.
La reducción de las pérdidas no técnicas se lleva a cabo a menudo en combinación con un programa social administrado por la compañía eléctrica para proporcionar tecnologías eficientes a los clientes que o bien no están pagando sus facturas o no están conectados legalmente, a cambio de una conexión adecuada o el pago de su deuda.
Roberto Aiello es Especialista Principal de Energía en el BID.
El BID se encuentra a disposición de los países para ayudarles en el desarrollo de programas, esquemas de difusión, mecanismos de financiamiento, marcos de política y regulatorios, y arreglos institucionales que permitan remover las principales barreras que limitan la promoción de mayor EE en la región.
Para aprender más sobre políticas y programas de EE, se puede consultar las siguientes publicaciones:
Guía A: Programas de financiamiento de eficiencia energética: Conceptos básicos
Guía B: Justificación de la intervención del gobierno en el mercado de eficiencia energética
Guía C: Diseño de programas de eficiencia energética
Guía D: Arreglos institucionales para programas de eficiencia energética
Guía E: Programas de normalización y etiquetado de eficiencia energética
Nota publicada en el blog “Energía para el Futuro” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.
SOURCE: Los Blogs del BID
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