Por: Catalina Aguiar Parera y Jennifer Doherty-Bigara.
América Latina y el Caribe es una de las regiones más vulnerable a los impactos del cambio climático, y de no cumplir con los objetivos del acuerdo de París, la región estaría expuesta a condiciones ambientales muy hostiles.
Durante el mes de noviembre, jefes de estado, gobiernos y delegaciones se reunieron en Marrakech para llevar a cabo la 22ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP). La prioridad de la conferencia fue asentar las reglas de operación del acuerdo de París ya que 113/197 partes ratificaron el Acuerdo de Paris. La rapidez del proceso de ratificación resalta la importancia y urgencia en respuesta al desafío del cambio climático pero también los desafíos de sistematizar los reglamentos de un acuerdo que entrara en vigencia en el 2020.
El texto acordado como producto de la COP22 subraya la necesidad de la acción por el clima y resalta que su lucha es irreversible y cuenta con los siguientes puntos:
- 2018 será el año en que deberá estar concluido el documento que regirá el Acuerdo de París, así como la fecha establecida para revisar los NDCs presentados durante la COP21 con el objetivo de contribuir a una visión con mayor ambición.
- Se establece el Fondo de Adaptación como mecanismo de financiamiento de los NDCs con la necesidad de revisar su gobernanza para que perdure más allá del año 2020. En este contexto el Fondo recibió promesas de donación que sumaron hasta US$ 81 millones. Estos recursos son clave ya que cabe recalcar que durante la creación del Fondo se estableció que su fuente principal de fondeo serían las ganancias de los CERs generados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).
Dos iniciativas de interés también fueron importantes:
- Se anunció la creación de la Iniciativa de Creación de Capacidad para la Transparencia, bajo el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), en donde 11 países donantes prometieron aportar USD 50 millones de dólares
- Y la presentación por parte de varios países – Canadá, Alemania, México y Estados Unidos de estrategias climáticas ambiciosas hacia 2050, sentando las bases de un objetivo de largo plazo del Acuerdo de Paris para un mundo bajo en carbono para mitades de siglo.
Bajo estas premisas, El Banco Interamericano de Desarrollo buscará acompañar a los países en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible y sus compromisos climáticos. La manera en que ayudemos a traducir sus compromisos en planes de inversión garantizará el camino hacia el desarrollo sostenible en la región, con economías infraestructuras y comunidades resilientes a los impactos del clima y los desastres naturales.
SOURCE: Los Blogs del BID
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