El documento muestra hasta qué punto es un tema importante para quienes resultan afectados: un nuevo análisis muestra que uno de cada ocho inmigrantes en Europa dijo que no tener calificaciones reconocidas es el mayor desafío que enfrentan, puesto muy por encima de las habilidades lingüísticas inadecuadas, la discriminación o las restricciones de visa.
Historias en las noticias de doctores y maestros inmigrantes que trabajan como taxistas a veces resaltan la cantidad de potencial que se desperdicia en todo el mundo.
Pero se necesita hacer más para crear conciencia sobre este problema. Imagina cuanto mejor podría ser la sociedad si estas personas estuvieran en trabajos que coincidieran con sus habilidades.
Intitulado “Qué desperdicio”, nuestro documento estima que solo el 30% de las personas con títulos de educación superior en los países de la OCDE obtenidos fuera de Europa y América del Norte trabajan en ocupaciones altamente calificadas. Menos del 15% dijo que su nivel de educación coincidía con su trabajo.
Se hace especial hincapié en los Estados Unidos, donde casi uno de cada cuatro inmigrantes con títulos postsecundarios terminan en empleos poco calificados o desempleados. Esto se traduce en un costo anual de US$39 mil millones en salarios no percibidos y de US$10,2 mil millones en impuestos perdidos.
Existen múltiples convenciones o acuerdos regionales creados para mejorar el reconocimiento de las calificaciones de los migrantes y los refugiados, algunos de los cuales son exitosos, pero la mayoría de los cuales enfrentan desafíos.
Existen ejemplos positivos en la Comunidad del Caribe, donde en 10 años se han emitido 16.000 certificados regionales de habilidades. Pero el Informe muestra que muchas convenciones enfrentan problemas significativos de implementación.
Aunque la Convención de Lisboa para el Reconocimiento instó a los signatarios a tomar medidas para reconocer las calificaciones de los refugiados que no pueden documentarse completamente, más de dos tercios de los signatarios habían tomado pocas o ninguna de esas medidas en 2016, lo que provocó una nueva Recomendación en noviembre de 2017. La ASEAN tiene acuerdos de reconocimiento que abarcan siete ocupaciones, pero solo siete ingenieros habían pasado por el sistema en 2017. Se necesita urgentemente que los sistemas sean más simples y más flexibles para adaptarse a las necesidades de los migrantes y los refugiados.
Algunos países han introducido legislación para mejorar los procedimientos de reconocimiento. Alemania tiene una ley que permite a los extranjeros obtener el reconocimiento de sus calificaciones independientemente de su estado de residencia o ciudadanía, y tiene un sitio web, accesible en 9 idiomas, que recibe 1 millón de visitantes al año.
Pero muchos sistemas de reconocimiento nacional están fragmentados, o no se anuncian de manera efectiva, lo que reduce su valor: el de Canadá tiene no menos de 400 organismos reguladores asociados con sus sistemas. Polonia estableció un proceso para entrevistar a aquellos que carecen de pruebas de sus calificaciones, pero que no tramitó casos en el primer año.
Es aún menos probable que los refugiados posean pruebas de sus calificaciones. Al huir de un conflicto, es improbable que se les ocurra empacar un diploma. Su contacto con las instituciones de su hogar también puede verse limitado, ya que estas últimas también pueden verse afectadas por los conflictos o pueden negarse a proporcionar documentos.
Algunos países están tomando medidas positivas para superar este problema. En Flandes, Bélgica, por ejemplo, las tarifas para los procedimientos de reconocimiento no se aplican a las personas desplazadas, y se ofrece un procedimiento adaptado cuando no tienen evidencia de sus calificaciones.
Italia ha establecido una red de expertos para ayudar a evaluar las calificaciones de los refugiados. Noruega ha desarrollado un nuevo Pasaporte Europeo de Calificaciones, que reciben los refugiados y los migrantes después de una entrevista, y actualmente se está implementando en Grecia, Italia, Noruega y el Reino Unido.
El documento también muestra que el aprendizaje que viene sin un pedazo de papel es aún más difícil de evaluar. En Europa, de 36 países en 2016, solo cuatro habían implementado un enfoque único para reconocer el aprendizaje previo que abarca todos los sectores. Y, aunque un pequeño número de países tienen prácticas positivas que evalúan específicamente el aprendizaje previo de los migrantes y los refugiados, incluido un sistema en Noruega introducido en 2017 para mapear electrónicamente las habilidades de los adultos en los centros de recepción de asilo, la mayoría no lo hace.
Solo un tercio de los 36 países europeos tenían proyectos para validar el aprendizaje previo que estaban dirigidos específicamente a los inmigrantes. Francia, por ejemplo, no se dirige a los inmigrantes en su sistema para reconocer el aprendizaje previo lanzado en 2002.
Es fundamental para esta discusión el desafío que los niños y los estudiantes también enfrentan al ser ubicados en el nivel escolar apropiado sin papeleo oficial. Nuestro nuevo documento destaca las iniciativas positivas que se están llevando a cabo en Costa Rica, Irak, Líbano, Sudáfrica, Suecia y Turquía para abordar este tema, incluidas las pruebas de nivel o de conocimiento general, las entrevistas o los programas de transición.
La Ley de educación de Suecia permite que los menores no acompañados sean evaluados y colocados en el nivel apropiado en los dos meses posteriores a su llegada.
La gran cantidad de iniciativas y acuerdos demuestran la voluntad de resolver este problema. También hay un nuevo impulso en el tema, dado que éste se destaca en los dos Pactos Globales sobre Migración y Refugiados que se firmarán este mes. Además, el próximo año se presentará una nueva Convención Mundial sobre el Reconocimiento de las Calificaciones de Educación Superior redactada por la UNESCO, que consagraría el derecho de las personas sin la documentación adecuada a solicitar el reconocimiento de sus calificaciones.
Nuestras recomendaciones para capitalizar este movimiento y reducir el desperdicio de cerebros entre los migrantes y los refugiados requieren mecanismos de reconocimiento para:
- incluir disposiciones dirigidas a migrantes y refugiados
- simplificar, flexibilizar y reducir costos
- crear marcos claros, transparentes y coherentes para reconocer el aprendizaje previo
- sensibilizar sobre los procedimientos de reconocimiento existentes
- combinarse con servicios para apoyar la transición al trabajo
- evaluar el conocimiento y las habilidades de los niños y colocarlos en los grados apropiados dentro de, a lo sumo, semanas de su llegada
- usar la tecnología cuando sea relevante
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización
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