Pero antes de seguir adelante, es necesario recordar que hay dos palabras que son como la cara y el sello de una moneda: cambio y liderazgo. No se puede concebir la una sin la otra. Por esta razón, cuando la sociedad enfrenta grandes transformaciones, como sucede en la actualidad en Colombia, la comprensión del ejercicio del liderazgo, es esencial para lograr unos resultados incluyentes para todos.
Simon Sinek, es un conferencista muy famoso que tiene la segunda charla más popular en TED, espacio en el que participan personas con ideas bien interesantes sobre diferentes temas. En esta presentación titulada “Comenzar con el porqué”, Sinek plantea una tesis que hace mucho sentido en el contexto del ejercicio del liderazgo: la capacidad de inspirar a otros depende de responder con claridad al porqué y para qué hace uno lo que hace, antes de entrar en que y cómo se hace.
El definir con claridad el porqué, es una invitación a definir un propósito que justifique el esfuerzo, y los sacrificios, que muchas veces hay que pedirle a la gente que hagan en el ejercicio del liderazgo. Este propósito siempre responde a unas creencias a las cuales se adhieren otras personas que están dispuestas a seguir a quien las propone, porque las comparten y se sienten inspiradas por el sentido de dirección propuesto.
Quienes lideran tienen un juego de prioridades para tomar decisiones que afectan a otros. Lo hacen en función de los valores de la comunidad u organización, y por encima de los intereses coyunturales que se tengan. Como lo menciona Ronald Heifetz en uno de sus libros: en el ejercicio del liderazgo, se requiere muchas veces confrontar a la gente con los valores que dicen profesar vs sus comportamientos que los contradicen.
La confrontación de valores, unidos al propósito que se busca, y las creencias que lo sustentan, son fundamentales para definir lo que es correcto, y el tipo de cultura que se quiere lograr, para tener una comunidad con capacidad de adaptarse a los cambios en el entorno. Cuando hay una alineación entre estos elementos, se percibe una coherencia entre las palabras y la acción, por parte de quien ejerce el liderazgo.
Pero es necesario recordar en qué radica la importancia de los valores en el ejercicio del liderazgo. Son los que le dan un sentido, y un marco ético, al porque y el para que se hacen las cosas que trascienden al corto plazo.
Pero veamos un ejemplo que le escuchaba a Sinek en otra de sus charlas y que recoge muy bien los conceptos anteriores. En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos se inicia defiendo el porque se necesita una nación libre y no quejándose de la opresión inglesa. Es el credo bajo el cual, los Padres de este país, lideraron la Independencia de su país en 1789 y enmarcaron su imaginario colectivo. Es un texto sagrado para ellos que ha inspirado el desarrollo de esa nación desde su independencia.
En este documento, se dictamina una serie de limitaciones al poder del gobierno federal para subrayar la libertad del individuo: la protección de los derechos naturales de la libertad y la propiedad, incluida la libertad de religión, de expresión, de prensa, de reunión y asociación, así como el derecho a poseer y llevar armas.
En el contexto anterior, es más fácil entender el impacto tan negativo que tenido la llegada de un Trump a la primera posición de su país. Sus creencias van en contra vía de los valores centenarios que le permitieron a Lyndon Johnson, apoyar a Martín Luther King en su lucha por los derechos civiles de su raza.
Comparar los ejemplos anteriores con el propósito que ha planteado Trump para su país: “To make America great again” sirve para ver la diferencia entre el ejercicio del liderazgo basado en valores, y el populismo basado en acudir a los instintos más primarios y el miedo. En el caso de Trump, este llegó a ser Presidente con un propósito , basado en la desconfianza , la exclusión de las minorías, el irrespeto a los acuerdos internacionales, la vista gorda ante personajes como Putin y Derogan, el ataque a la prensa, las mujeres, etc. No es de extrañar la tremenda oposición que Trump está generando en su país y a nivel internacional.
Y estas expectativas están orientadas en lograr que, la persona que ejerza el liderazgo, proteja a quienes le han dado la autoridad de liderarlos. Y a pesar de que la persona que ejerza el liderazgo, tenga siempre presentes los intereses de sus seguidores, esto no impide que muchas veces tenga que retarlos en contra su voluntad. Y además tiene un reto: que acepten la responsabilidad individual y colectiva para enfrentar los peligros del cambio. Este reto requiere de mucho coraje por parte de líder porque puede perder “literalmente la vida en el proceso”. Frustra expectativas es muy costoso !!!.
Lo anterior es una paradoja, porque este ambiente creado por el líder, es como una olla exprés que tiene válvula de escape que hay que regular. Y a pesar de la presión que el líder ejerce sobre el grupo, para que hagan el trabajo adaptativo que les corresponde, las personas lo aceptan porque se sienten valoradas y confiadas para seguir la visión del líder. No hay miedo a fallar porque es aceptado que lo hagan.
En resumen, es responsabilidad de quien ejerce el liderazgo, generar los ambientes adecuados para la comunidad en que actúa, donde haya la creencia de que están en un espacio seguro, porque hay una cultura de confianza y colaboración, pero que van a estar retados permanentemente mientras subsista un cambio. Un ejemplo de estos espacios son las fuerzas especiales en las FA. Para enfrentar situaciones de vida o muerte, quien ejerce el liderazgo en estos grupos, crea unas condiciones de confianza para inspirar lo mejor de sus hombres.
Los invito a leer blogs anteriores sobre el liderazgo:
Hay que combatir el pesimismo que nos invade en Colombia
El blanco y el negro: reflexiones sobre el liderazgo y el poder
El rol del liderazgo en las ciudades del futuro
El rol del líder y el arte de la paz – Parte II
El rol del líder y el arte de la paz – Parte I
El rol del liderazgo en las ciudades del futuro
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