En vista del “acenso de los niños”, los libros de texto deben reflejar los derechos de los niños.
Por: Christine Min Wotipka.
Profesora Asociada (Enseñanza) de Educación en la Universidad de Stanford
Durante el siglo pasado, han ocurrido cambios dramáticos en todo el mundo en la forma en que pensamos en los niños. La noción de los niños como adultos pequeños, o en vías de devenir adultos, ha sido reemplazada por una que considera que los niños viven una etapa única de identidad. Esto significa que los niños son vistos como poseedores de derechos no sólo como seres humanos, sino también como niños.
Al mismo tiempo, se considera que los niños tienen potencial de capital humano: si los educamos ahora, maduraran para convertirse en miembros contribuyentes de la sociedad y de la fuerza de trabajo. Sin embargo, se considera que la ascendencia global de los niños se puede medir de varias maneras interesantes, incluyendo cómo se representan en los libros de texto escolares.
Por un lado, han crecido rápidamente los esfuerzos internacionales centrados en los derechos de los niños. Entre los más significativos se encuentra la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), ratificada por 195 países. Dentro de todos los tratados internacionales de derechos humanos, las violaciones contra los niños son de las más mencionadas.
Los derechos de los niños también son un tema abordado por un número creciente de organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, como Peace Child International y la alianza internacional Save the Children. No sólo ha aumentado el número de estas organizaciones, sino también el número de países cuyos ciudadanos son miembros de dichas organizaciones. Los niños también son centrales en muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los libros de texto escolares juegan un papel crítico en cómo los países exhiben y promueven sus valores. Actualmente más del 90 por ciento de los niños en edad escolar de todo el mundo asisten a la escuela primaria; aproximadamente dos tercios de ellos están en la escuela secundaria. Una vez allí, los estudiantes pasan la mayor parte de su tiempo en el aula con libros de texto.
Nuestra investigación ha mostrado cambios dramáticos en los libros de texto escolares durante el siglo pasado. La exposición a los temas de derechos humanos es la norma en la mayoría de los países. Concretamente para los niños, encontramos que, entre los libros de texto nuevos, 1 de cada 3 menciona los derechos de los niños. Aproximadamente 1 de cada 5 hace referencia a los niños como víctimas. Estos cambios son significativos en comparación con los libros de texto publicados en décadas anteriores y están ocurriendo en todas las regiones del mundo.
En sus esfuerzos de 30 años por lograr un sistema de educación centrado en el niño, y conforme al Marco Curricular Nacional de 2005, los libros de texto de la India ofrecen ejemplos interesantes. En La vida social y política, leído por estudiantes de octavo grado, los estudiantes aprenden los derechos fundamentales de la constitución de India, incluyendo la prohibición del empleo de niños menores de 14 años de edad. También se aborda el tráfico de niños y el matrimonio infantil.
La discusión de los derechos del niño en estos libros de texto no se limita tan solo a la India. Por ejemplo, el libro pide a los niños que consideren cómo el secularismo de India difiere del de otros países democráticos. En un ejemplo de recuadro se describe el número de niños en los Estados Unidos que inician el día escolar recitando el Juramento de Lealtad, que incluye la frase “bajo Dios”. Agrega que, aunque los niños tienen el derecho de no recitar el Juramento si es contrario a sus creencias, se han planteado muchos desafíos legales debido a lo que se considera una violación de la separación entre la Iglesia y el Estado garantizada por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
La manera en que los grupos e individuos se representan en los currículos escolares contribuye a cómo los niños se entienden a sí mismos y a los demás.
Como muestra el nuevo documento de política del Informe GEM, los materiales positivos e inclusivos pueden influenciar si los niños de un grupo étnico minoritario piensan que pueden involucrarse en la política o si una niña cree que puede convertirse en una ingeniera.
De igual manera, se ha argumentado que los países cuyos libros de texto enseñan a los niños sobre sus derechos desarrollan niños que crecen mejor preparados para comprometerse como ciudadanos activos y para apoyar los derechos humanos.
No hay duda que el mundo está prestando mayor atención a los derechos especiales de los niños. Tales esfuerzos, hemos encontrado, se difunden en los niños durante el día escolar. Lo que se necesita es una mejor comprensión de por qué algunos países incluyen más exitosamente imágenes “empoderadoras” de los niños.
¿Qué características de los países importan? ¿Riqueza? ¿Mayor democracia? ¿Un registro limpio de violaciones de los derechos humanos? ¿O quizás conexiones con otros países que promueven activamente los derechos de los niños? La emulación es una fuerza poderosa, tanto entre los niños que leen los libros de texto, como entre los países que miran hacia los demás, típicamente en su región, cuando los revisan.
Al celebrar la creciente atención y preocupación del mundo por los derechos de los niños, hagamos lo que podamos para concienciar a los niños sobre estos derechos. Y no pasemos por alto la importancia de los libros de texto para esta labor. Con una mejor comprensión de sí mismos y de otros niños, la próxima generación está mejor preparada para ser defensora de los derechos para todos.
Este blog examina la manera en que los libros de texto cubren los derechos de los niños. Es parte de una serie de blogs publicados en este sitio para fomentar los debates en torno a un nuevo documento de política del Informe GEM, Entre las líneas, que examina el contenido de los libros de texto y cómo refleja algunos de los conceptos clave de la Meta 4.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización.
SOURCE: Blogs de la Educación Mundial
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