La transferencia tecnológica no es física cuántica

Por: Adrian Magendzo y Daniel Insuiza.

Existe amplio consenso sobre la importancia de la transferencia y comercialización de nuevas tecnologías para el desarrollo de los países pero hacerlo exitosamente requiere de una serie de conocimientos y capacidades específicas que intersectan espacios de conocimiento en ciencia, tecnología y negocios. Desde hace dos décadas se ha venido desarrollando una ciencia que formaliza y sistematiza los conocimientos sobre transferencia y emprendimiento tecnológico.

Desde 1981, la Ley Baye Dole otorga el derecho a las universidades estadounidenses a apropiarse de las patentes generadas a partir de tecnologías e invenciones desarrolladas por programas de I+D financiados con fondos públicos, las cuales pueden ser licenciadas. De esta manera, se alinean los incentivos entre investigadores, universidades, empresas y start-ups. Prueba de esto es que un estudio realizado por la Association of University Technology Managers se reportó que las instituciones de investigación en Estados Unidos ejecutaron 5,000 cesiones de licencia, generaron 800 start-ups y obtuvieron más de $2.75 mil millones de dólares en ganancias de tecnologías licenciadas.


Transferencia tecnológica

Imagen cortesía de Ddpavumba en FreeDigitalPhotos.net


América Latina en los últimos años ha destinado recursos incrementales a investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento. Sin embargo, estos esfuerzos son aún insuficientes ya que en su mayoría son destinados al desarrollo de proyectos de I+D y no a programas de capacitación en innovación y transferencia tecnológica.

Dada la escasa disponibilidad de profesionales con conocimientos en transferencia y emprendimiento tecnológico, existe la oportunidad de poner en marcha programas de formación en transferencia y emprendimiento tecnológico y de manera complementaria habilitar oficinas de transferencia tecnológica (OTT) e incubadoras de negocios, combinando el aprendizaje con la ejecución de proyectos de transferencia y emprendimiento tecnológico.  Estos recibirían asistencia de sus profesores y mentores, apoyados por las incubadoras y OTT, para descubrir modelos de negocios escalables y replicables y a conectarse con redes de financiamiento, clientes y proveedores.

Para ser exitosos, los proyectos de transferencia requieren que los equipos de innovadores y emprendedores tecnológicos tengan acceso a mercados de tamaño relevante que justifiquen las inversiones iniciales en I+D. Adicionalmente deben contar con redes de apoyo como clientes, proveedores, financiamiento y acceso a intermediarios relevantes. En general, nuestros países no cuentan con la escala de los mercados y la sofisticación de los ecosistemas que hagan viable propuestas de innovación. En este sentido, se requiere aunar esfuerzos a nivel regional, donde países ponen a disposición de los emprendedores tecnológicos mercados de mayor tamaño así como también acceso a redes de apoyo más densas y sofisticadas de manera coordinada, ello constituye una condición clave para viabilizar propuestas de innovación.

La Alianza del Pacífico es la integración de las economías de Chile, Perú, Colombia y México. En conjunto representan 210 millones de habitantes y el 50% del PIB de América Latina. De esta manera se constituye en un espacio natural donde los proyectos de transferencia y emprendimiento tecnológico pueden ser viables.

La integración de estos países en temas de innovación no ocurre espontáneamente, se requiere de una intervención proactiva de los gobiernos para crear un ecosistema de innovación y emprendimiento integrado. La división de Competitividad e Innovación del BID junto con el Grupo Técnico de Innovación de la Alianza del Pacífico se ha propuesto apoyar a los cuatro países en el proceso de integración constituyendo un ecosistema de innovación a nivel de la Alianza del Pacífico.

Un componente clave del proyecto de integración para la formación de un ecosistema de innovación será poner en marcha una red de universidades. Estas serán apoyadas con el diseño e implementación de programas de entrenamiento en transferencia tecnológica  proveyendo a emprendedores e innovadores tecnológicos el ambiente adecuado para que puedan poner en marcha sus proyectos de transferencia, enfrentando el mercado conjunto y aprovechando las redes, capacidades y conocimientos existentes en los cuatro países.

De esta manera esperamos potenciar en forma considerable la puesta en marcha de nuevas compañías tecnológicas y la adopción de tecnologías por empresas establecidas. Esperemos que a partir de este nuevo apoyo del banco, transferencia tecnológica ya no sea algo remoto y lejano como lo es la mecánica cuántica para los hombres de negocio sino que un salto exponencial en la innovación a nivel de la Alianza del Pacífico.


Adrian Magendzo

Adrián Magendzo es consultor en la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano del Desarrollo. En el BID está a cargo del diseño y ejecución de una agenda integrada de innovación para los países de la Alianza del Pacífico. Adrián ha sido ejecutivo de emprendimiento y ha fundado varias compañías de la industria manufactura, IT y alimentos. Es Ingeniero Industrial de la Universidad de Chile con postgrado en Comercialización de Tecnologías e Innovación de la Universidad de Texas en Austin. Se ha desempeñado como Director de la oficina comercial de la Embajada de Chile en Estados Unidos. En 2009 fue director del programa de Masters en Emprendimiento e Innovación de la Universidad Adolfo Ibáñez y subdirector de Emprendimiento de InnovaChile de Corfo.

Daniel Insulza

Daniel Insulza es consultor en la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano del Desarrollo. Desde el 2015 trabaja en temas relacionados a la integración de los ecosistemas de innovación de los países de la Alianza del Pacífico. Antes de unirse al BID, Daniel trabajó en la división de Papermaking Solutions en International Paper Co. y en la división de Medicamentos y Tecnologías de la Organización Panamericana de la Salud. Se graduó de Física en Medicina de Universidad de Notre Dame y posteriormente obtuvo un Masters en Administración de Innovación y Emprendimiento en la Universidad de Brown. Sus intereses se centran alrededor del emprendimiento tecnológico y la comercialización de tecnologías.


Nota originalmente publicada en el blog “Puntos sobre la i” del Banco Interamericano de Desarrollo BIDreproducido en PCNPost con autorización.


 

SOURCE: Los Blogs del BID

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