Por: Giovanna Fuentes.

A veces deseamos que lleguen a nuestra vida  experiencias maravillosas y  nuevas.  Sin embargo, tenemos la mente y los espacios de la casa, llenos de pensamientos y  cosas que ya no usamos.

La mayoría de los seres humanos, viven recordando el pasado y otros pensando en el futuro.  En ese espacio temporal,  se nos olvida el más importante: el presente.  El habitar el aquí y el ahora, que es donde existe el  poder divino que nos hace dueños y merecedores de la abundancia infinita del universo.

Si tan solo pudiéramos aprender a conectarnos con el presente. Tal vez, esas conversaciones y pensamientos de escasez se transformarían en experiencias llenas de prosperidad. Pero no solamente la prosperidad entendida en las cosas materiales, sino en nuestro Ser. Pues la riqueza sin un corazón rico, es apena un miserable pordiosero, como dice mi amigo Deepa-Chopra.

Pero para que suceda la transformación debemos empezar por  realizar y crear hábitos a partir de pequeñas acciones, como por ejemplo, limpiar los armarios de aquello que ya no usas.  Hacer espacio para lo nuevo. Regalar las cosas que llevan más de seis meses en tu closet. Ordenar la casa, botar papeles, desapegarse de esas relaciones tóxicas que cargas en tu mente, perdonar para liberarme del otro.

Los armarios atestados y desordenados reflejan una mente en desorden . Así que mientras los limpias dígase a sí mismo, que está limpiado sus armarios mentales.  Al universo le encantan los gestos simbólicos.

Es hora de comprender que el único responsable de la carencia de prosperidad en su vida, es usted mismo.  ¿A qué creencia que aprendió en su niñez es fiel? Todo tiene que ver con su forma de ver el mundo y en donde enfoca su mente.   Si ve pobreza y no puede ver, por un instante que el universo es maravillosamente abundante y que está en constante evolución, no podrá verlo en su vida. Está centrado en sus deudas, y preocupado por saber cómo pagarlas. Crazo error. Así no funciona la prosperidad.

Pavlofox / Pixabay

Hace años, que vengo practicando un poderoso ejercicio sobre la abundancia y me maravillo con la abundancia y prosperidad del universo, observo todo lo que me rodea, comenzando por mi cuerpo, los millones de células saludables que habitan en él, la magia de la procreación, el comportamiento de la naturaleza, los motivos por lo que la gratitud colma mi vida, tantas cosas que agradezco a diario, los latidos de mi corazón, mi respiración, ver a mi seres queridos, los dones y talentos con los que nací y que cada vez crecen al desarrollar mi consciencia, lo genial es que abrir la ducha en las mañanas, el placer de caminar, la belleza de una flor, la risa de mi amado nieto, el rostro de mi hijo, en fin la lista es larguísima.

La pobreza existe en el mundo, porque las personas no han podido ver el maravilloso potencial con el que nacemos, las riquezas de la mente, los talentos que tenemos, la capacidad de salir adelante, la confianza en sí mismo, el amor propio, creer en uno mismo, comprender que nos condicionaron que estamos dormidos y que llego la hora de despertar y de integrar la conciencia de unidad.

En mi taller sobre el mapa de los sueños, el camino de la prosperidad, brindo herramientas prácticas sobre el poder de la mente y cómo impresionar nuestro subconsciente.

Algunas personas se ponen furiosas cuando se les dice que su pobreza, tiene que ver con sus creencias y la actitud de su conciencia.  Llevo años, aceptando que la única responsable de mi prosperidad soy yo.  He trabajado en el merecimiento, autoestima, auto-confianza, creado una relación con el dinero, ya que es una idea en la mente de Dios y es bueno, muy bueno.

Así que lo que comprobado, el dinero se materializa fácilmente. ¿Cómo reaccionas ante esta afirmación? ¿se lo cree? ¿se enfada? ¿Lo deja indiferente? Si tienes cualquiera de estas reacciones genial. Has conseguido mover en lo más profundo de tu ser, aquella creencia que te impide conectarte con la prosperidad infinita.  Ese punto de resistencia a la verdad natural divina por ser hijos del todopoderoso.

Para ello, hay que comenzar a practicar lo siguiente:

Regocíjese por la abundancia de los demás.

“No postergue su propia prosperidad con celos o resentimientos porque hay otras personas que tengan más que usted. No critique la forma en que los demás gastan dinero. Eso no es asunto suyo.  Cada persona está bajo la ley de su propia conciencia”.

Preocupate por transformar sus pensamientos y cuidar sus sentimientos.

Bendiga la buena suerte ajena.

¿Es usted mezquino con las propinas?.

¿En la navidad hace caso omiso del portero de su casa o de su oficina? ¿en los restaurantes pide siempre los platos más baratos de la carta?

Hay una ley “de la demanda y la oferta”. El dinero tiene una manera propia de acudir a donde se le necesita. Confíe en el universo que el dinero siempre fluirá.

Así que te invito a que visualices que estas de pie en la playa, observando la vastedad del océano con pleno conocimiento de que ese océano es la abundancia que está disponible para ti. Si observas te darás cuenta de que siempre habrá de sobra para todo el mundo. Usted no puede despojar a nadie, ni nadie puede despojarlo. Abra los brazos y diga estoy abierto(a) para todo el bien y la abundancia del universo.  Eso te dará una sensación de expansión.

Recuerda que el universo solo podrá darte aquello de lo que tienes conciencia, así que transforma tus pensamientos de escasez y practica la extravagancia a la hora de pedirle al universo. Es importante que crees un mantra y que seas abundante cuando lo uses.

Por ejemplo, el dinero está por siempre circulando libremente en mi vida, y todo el tiempo hay una provisión divina copiosa y abundante. Otro mantra, puede ser: soy riqueza, soy abundancia, soy amor, soy paz. Soy como un imán que atraigo toda clase de prosperidad y de riqueza.

La pregunta del Coach.

¿Qué creencias limitantes tienes sobre el dinero?

¿Qué tantas cosas que ya no usas guardas en tu ropero?

¿Qué es coaching?

Es un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir resultados, desarrollar habilidades blandas, crecer como ser humano, descubrir su grandeza interior.

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