Muchachos del Idipron deben SER más grandes que cualquier ciudadano

Wilfredo Grajales Rosas, Director de Idipron, advierte que la estigmatización social sigue siendo uno de los lunares de Bogotá.

Durante el año 2017, la entidad ha atendido 10.495 niños, niñas, adolescentes y jóvenes que habitaron la calle.  


Por: Giovanna Fuentes.

Su día comienza bastante de madrugada. A las tres y media de la mañana está leyendo la prensa para informarse de lo que sucede con la población vulnerable. Luego hace un par de llamadas a algunos funcionarios de su equipo para afinar los compromisos de la jornada laboral, posteriormente según su agenda, sale para su oficina o asiste a los llamados del Concejo de Bogotá.

Otros días, dedica su tiempo para conversar con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han habitado la calle y que son atendidos en las Unidades de Protección Integral, UPIS, donde reciben formación integral y bienestar. Así, se desarrolla la tarea que viene realizando Wilfredo Grajales Rosas, el sacerdote salesiano que desde enero del 2016, dirige el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron.

A Grajales, sus más cercanos funcionarios lo califican como un hombre disciplinado, cálido y que escucha a su gente.  Otros destacan su talante y su habilidad de gran conversador y su pasión por el bienestar social de la niñez y juventud.

En entrevista exclusiva con Portafolio, (el sacerdote que abandonó su catedra en Europa para servirle al país), sostiene que la entidad ha logrado avances importantes en el trabajo con los habitantes de calle. Pero que la estigmatización social, sigue siendo uno de los lunares de la sociedad para su resocialización.

El funcionario cuestiona la indiferencia social en la que está inmersa la ciudadanía capitalina, tras señalar que es hora de que los colombianos abandonen el velo del “autismo social” con la población vulnerable.  “En la sociedad existen la tendencia a quitar o eliminar todo aquello que no nos agrada y en esa estigmatización en la que se ha caído, el habitante de calle forma parte de esa población ignorada.  La gente los empieza a ver porque les molesta y en esa ignorancia social desean que estén lo más lejos de su mirada”, recalca.


Idipron


¿Cuál es la misión del Idipron?

Es un entidad distrital creada hace 50 años, cuya tarea es sacar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la calle y brindarles condiciones favorables para que se formen como ciudadanos de bien. Nuestra visión está orientada al SER, todo lo que ofrecemos a los muchachos es brindarle las herramientas para que cada uno de ellos pueda desarrollar sus capacidades y talentos desde su esencia individual.

Es decir acompañarlos a que desarrollen su potencial de una manera extraordinaria.  Ellos necesitan crecer integralmente y desarrollar al triple sus calidades humanas  para salir adelante, dadas sus experiencias de vida. Por eso hablamos de un SER elevado a la tres.  Desde esa perspectiva nuestro trabajo se sustenta en seis áreas, tres S y tres E.  En las tres S se desarrolla el trabajo Sicosocial, de Salud y el aspecto Sociolegal.  En las tres E, tiene que ver con Educación, Espiritualidad y Emprendimiento.

Tenemos claridad que sí no logramos apoyarlos para que ellos, se desempeñen en el mundo laboral, todo la labor para que se conviertan en un SER elevado a la tres se perdería. Es por eso, que venimos haciendo un esfuerzo para que sean buenos emprendedores en la construcción de oportunidades laborales que le sirvan a la sociedad.

¿Cuál es el legado que la entidad le quiere dejar a los beneficiarios desde la visión  de formar seres elevados a la tres?

Le estamos diciendo a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Bogotá que sean.  En otras palabras, les decimos sé tú.  Eso significa apoyarlos a salir de lo ordinario del Ser para que desde su propia esencia ellos desarrollen sus capacidades de manera extraordinaria, pues por sus mismas condiciones necesitan aprender a SER  más grandes que cualquier otro ciudadano para que salgan adelante. Convertirse en personas extraordinarias.

¿A qué se debe que la sociedad bogotana sea crítica con el habitante de calle e ignore iniciativas como las que adelanta el Idipron?

Tendemos a ignorar lo que no nos gusta, a despreciarlo y alejarnos de nuestra vista.  En el día a día  en la ciudad hay estigmas.   La gente, ignora a los enfermos a menos que sea una familiar, se ignora a los adultos mayores, porque no queremos ser ancianos, se ignora a las personas en condición de discapacidad.  Existe la tendencia a quitar o eliminar todo aquello que no agrada y en esa estigmatización en la que se ha caído, el habitante de calle forma parte de esa población ignorada. La gente los empieza a ver porque les molesta y en esa ignorancia social desean que estén lo más lejos de su mirada. .

Desde esa estigmatización social se podría analizar lo que sucedió con el Bronx.  Lo que hizo el Alcalde Peñalosa  al intervenirlo fue acabar con un lugar que dañaba a los seres humanos. Así que aplaudo todo lo que hizo, se necesita tener el carácter  y la valentía para destapar esa realidad nacional que azota a los colombianos y que no por ignorarla, deja de destruir a la sociedad.   Así que es hora, de abandonar  ese autismo social que consume a los ciudadanos.

En 50 años de labor el Idipron ha construido una historia de cambio social en la sociedad ¿Qué destaca de esa labor?

Se ha salvado muchas vidas.  Cada beneficiario que ha hecho los procesos tiene una historia de vida interesante para contar. Al funeral del padre Javier de Nicoló, nuestro fundador, vino un profesor de Medellín que tenía curiosidad por encontrar fotografías de la  época en la que él estuvo como beneficiario.  Me dijo que le había contado a sus hijas que había sido un habitante de calle y que gracias al Idipron, él había salido adelante y era una persona de bien.  Pero sus hijas no le creían.

Hay egresados que sobresalen en el ámbito académico.  Hay personas agradecidas con la institución que lograron sobreponerse a situaciones difíciles y actualmente son ejemplo de vida e incluso ocupan cargos importantes en otros países.   Es cierto, que en una sociedad que estigmatiza hay personas que no les gusta contar que recibieron el apoyo del Idipron y eso es comprensible, pero lo destacable es que aprovecharon lo que se les dio y que gracias a ello, son ciudadanos ejemplares.

Tenemos muchos amigos egresados que defienden la misión de la entidad. Para compartir una anécdota estábamos en un debate en el Consejo de Bogotá y muchos funcionarios se me acercaron para decirme que ellos eran egresados de Idipron.  Recibí,  tantas manifestaciones de solidaridad en defensa de la entidad que algunos me dijeron padre, no se preocupe que si me toca hablar y contar que soy egresado lo hago.

Es cierto, que hay fracasos.  Hay personas que no han tenido el suficiente carácter  para superar sus circunstancias de vida.  Pero eso es natural en la condición humana. Si al  mejor maestro, al mejor compañero, al que podía enseñar desde lo más profundo, Jesús, se le coló uno que no entendió y lo traicionó.  Entonces en cualquier proceso de superación siempre habrá gente que no lo logrará  y terminará traicionado sus sueños y también los ideales de la institución.

Hemos avanzado y hay que reconocer que se ha dado un paso de conciencia al cambiar la palabra gamín por ciudadano habitante de calle.  Hay desafíos que rondan todavía nuestra labor, como la estigmatización social, pero seguiremos actuando para darle a Bogotá, ciudadanos que aporten  a la sociedad.

¿A qué se refiere cuando habla de que la confianza es uno de los pilares fundamentales de la sociedad?

La confianza es el valor fundamental para construir una sociedad.  Si nos preguntamos que une a los seres humanos diríamos que la confianza. Eso es lo que tenemos que entender. La confianza es lo que une a una pareja. En la cotidianidad social constantemente se están expresando actos de confianza.  Por ejemplo, salgo a la calle y confío que los vehículos se detendrán cuando el semáforo se ponga en rojo. El día en que la sociedad no nos tengamos confianza, habrá caos.

Pero el gran enemigo de la confianza es el mismo ciudadano que vive propagando actos de desconfianza.  Crecimos en una cultura de dichos o frases que en el argot popular enraízan la desconfianza.  Por  ejemplo,  son comunes dichos como de eso tan bueno, no da para tanto, ser crédulo no es tan bueno… También existen una serie de paradigmas que nacen de desconfiar y se vuelve a caer en el costumbrismo de refranes que la fomentan.  Se nos formó para no confiar y es verdad que hay que ser prudentes.

Entonces la apuesta de la Alcaldía de Bogotá, es formar seres humanos capaces de confiar que impulsen la transformación social, y eso es lo que venimos haciendo en la entidad.  En el folklorismo nacional es celebre aquel refrán en donde se habla de que en Colombia se practican doce mandamientos, el once es no dar papaya y el doce aprovechar todo papayazo .En un clima de confianza la consigna sería, dar papaya y no aprovecharse de todo papayo.

Es decir tenga la suficiente personalidad para no ser tan prevenido y permítase no aprovecharse de todo, y más bien sea el primero en crear confianza.   Entonces lo ideal sería vivir en una sociedad donde las cosas no se pierdan, donde la gente pueda dejar como en su casa el reloj en la mesa de  noche y dormir tranquilo.  Esa es la gran apuesta de la entidad, formar muchachos capaces de confiar y donde el mandamiento trece, sea aprender a confiar.

¿Qué destaca de su gestión al frente de la entidad?

Venimos haciendo un esfuerzo para afinar lo misional con lo estratégico. Lo que estamos haciendo es curándonos para avanzar hacia los resultados esperados, y no caer en lugares comunes y la excesiva burocracia.  Estamos recuperando el entusiasmo por el trabajo con los muchachos y esto tiene que ver con atender a los habitantes de calle. La entidad se había distraído de esta labor y es válido reconocerlo pues gracias a que lo hemos  identificado  estamos fortaleciendo nuestra labor para que no haya niños en la calle.

En ese sentido, estamos poniéndole un mayor énfasis en la atención de las  víctimas de explotación sexual y comercial en menores.  La administración distrital está comprometida con el bienestar y prevención de este flagelo. Creemos que existen otras entidades que se preocupan por la norma, pero nosotros estamos inmersos en atender a las víctimas.

¿Hay otros enfoques dentro de la labor del Idipron?

Sí. Venimos rescatando y recuperando los ambientes que se han deteriorado en las Unidades de Protección Integral. Por otra parte, también estamos orientados a hacer seguimiento a los egresados para que sigan adelante con sus sueños y aporten al crecimiento de la sociedad.


Entrevista reproducida en PCNPost con autorización del autor.


 

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora