Por: Giovanna Fuentes.
En el escenario corporativo a diario suceden situaciones de maltrato, faltas de respeto, manipulación, intransigencia, sed de poder entre otros hechos que ha llevado incluso a que algunas personas se quiten la vida, o tengan el deseo de quitarse la vida, por el temor al jefe. Para algunos levantarse en la mañana y pensar ir al trabajo es como una pesadilla. La sola idea de verle la cara al jefe, les genera pánico.
E incluso algunas personas somatizan esa mala relación con el jefe en enfermedades complejas, para protegerse de manera inconsciente de esos personajes que hacen el papel de monstruos o brujas poco amados por sus colaboradores.
Nadie se atreve a decirles el rechazo que provocan por sus comportamientos y estilo de personalidad. Son personas que a luz del coaching generan toda la compasión y el amor por que tal vez estos personajes lo que precisamente sin saberlo, buscan en esas actitudes y comportamientos arrogantes y autoritarios, es amor. O tal vez estén llenos de miedos.
En una mayoría de casos, lo que pretenden estos jefes injustos y malhumorados es suplir mediante el maltrato a sus subalternos, una profunda inseguridad en sí mismos, tema ya diagnosticado en la sicología.
En mi experiencia como Coach y periodista he conocido historias que me han hecho reflexionar profundamente y hacerme la pregunta ¿cómo los seres humanos nos podemos convertir en el verdugo de otro, cuando nos late un corazón y nos une la esencia humana?.
Ese dolor se puede causar por el estrés constante de la cotidianidad, las exigencias del universo laboral, la competencia desaforada que se crea en el océano rojo, donde todo el mundo, como lo dice literalmente el libro titulado “La Estrategia del Océano Azul”, está concentrado en la competencia feroz.
Entonces en la humanidad se ha creado una nueva forma de esclavitud, el empleo, donde aquel que aparentemente tiene el poder esclaviza a los que están a su lado, con la manipulación, el engaño, el maltrato, la soberbia, la falta de comunicación, el miedo a perder el control, el deseo de lograr los objetivos personales, pasando por encima de otros. E incluso en algunas compañías como me respondió una de mis bellas coachees o cliente, “En la empresa, coach, no son importantes las personas, sino los procesos”.
En pleno siglo XXI, estamos volviendo a otras formas de esclavismo que se expresan de diferentes maneras, hoy quiero enviarles un mensaje a los jefes que tal vez por falta de conciencia o temor a no llevar a cabo los resultados planteados por las empresas, o por sus deseos y objetivos e intereses personales manipulan a otros, sin tener conciencia e insisto en ello, que cada cosa que le haces a los demás se terminará devolviendo tarde o temprano por las mismas leyes del universo.
Es importante recordar que el verdadero arte de liderar es lograr que los demás actúen a partir de la convicción y el amor y no a partir de la coacción. Es lograr que seres humanos motivados sin ser manipulados, puedan dar de buena voluntad lo mejor de sí mismos, porque se saben valorados y respetados. Un buen Jefe no se la pasa gritando, ni insultando. El buen jefe respeta y valora la gente que trabaja con él.
Los gritones son unos miedosos en potencia. Así que antes de gritarle a tus colaboradores, preguntante ¿de qué tengo miedo?. Para comunicar, expresar y liderar no se necesita gritar, de lo que se necesita es de escuchar, expresar, preguntar, y comunicar con claridad.
Acá cabria el viejo refrán de que “la palabra mueve y el ejemplo arrastra”. Está comprobado que la gente no renuncia a las empresas, sino a los jefes. En algunas compañías se carece de una cultura de bienestar en donde el reconocimiento por el esfuerzo y compromiso de los colaboradores se destaque. Estamos tan llenos de paradigmas que siempre se ve el lado negativo y poco lo bueno que habita en otro ser humano, los logros y avances de un proyecto, el compromiso de la gente, en fin… no valoramos lo que hacen… somos desagradecidos con los demás. Definitivamente ser agradecido es para espíritus superiores.
Es verdad, que nadie nos enseñó a ser padres, ni tampoco a ser jefes, o líderes, pero aún estamos a tiempo de aprender y transformar todas esas creencias limitantes que nos mantienen en la caja de la opresión y de la nueva esclavitud por rendirle culto a la eficiencia extrema en donde las equivocaciones humanas se pagan con el despido y donde el jefe es el único que tiene la razón.
No me imaginó la escena en que sale la malvada Cruella de Vil, gritando a sus colaboradores porque no le sirvieron el café caliente, o nada está como a ella le gusta, sin siquiera haber explicado y tomado el tiempo de explicarle a su gente, que era lo que quería comunicar.
O el monstruo de la laguna verde, el rudo y crudo jefe, que grita y maltrata con palabrotas a su equipo de trabajo. Eso está mandado a recoger. Hasta vergüenza debería darles por adoptar este tipo de actitudes. Dicen que una persona maltratadora es solo, un niño maltratado en su infancia.
Es cierto que liderar un equipo o grupo de trabajo conlleva una responsabilidad, pero esto no le resta valor a ser cada vez mejor ser humano y aprender a relacionarse con las personas desde un liderazgo consciente. Hoy, desde esta orilla, quiero enviarles un mensaje a todas aquellas personas que lideran grupos o equipos, puesto que es hora de tomar conciencia de que todo lo que hacemos se devuelve y multiplicado.
Que es importante recordar uno de los mensajes del Maestro Jesús: No le hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti e invitarlos a practicar los cuatro amores: el amor a Dios, el amor a ti mismo, el amor al prójimo y el amor a la naturaleza. Esto no significa que no digas no, y que no puedas poner límites a aquellas personas tóxicas que aparezcan en tu vida, a que puedas elejir.
Algunas claves para superar el miedo al jefe y recuperar tu poder interior:
¿Te produce estrés mantener una comunicación con tu superior? ¿Tus tensiones se acumulan cuando esperas recibir una respuesta sobre algún proyecto o tarea presentada? ¿Tu mente se pone en blanco, la voz se te va o te tiembla cuando le hablas o se acerca el jefe?
Ten en cuenta estas reflexiones que te podrán apoyar a hacerte las preguntas que tal vez no te estás haciendo por el miedo a esa persona, que es igual a ti, le late el corazón, respira, camina y posee la misma vulnerabilidad que tú, como ser humano, así se ponga la máscara del monstruo del lago, gritando y maltratando a los que se crucen en su camino.
De hecho, las empresas pierden sumas relevantes en temas de productividad por estos personajes o jefes que no tienen mucha conciencia de crear una cultura de bienestar en el trabajo, que termina generando mayores ganancias y transformando el clima y cultura organizacional a favor del crecimiento corporativo.
- Haz un alto en el camino y reflexiona sobre el ¿Para qué está presente esa persona en tu vida? ¿Qué actitud o comportamiento asumes de víctima o de persona responsable contigo mismo y tu vida? ¿Qué has hecho tú para tomar las riendas de tu vida y asumir esa actitud responsable? ¿A qué persona de tu familia, papá o mamá te recuerda de manera inconsciente tu jefe?. Todo lo que pasa en la vida de una persona está relacionado con papá o mamá.
- Observa cuál es el estilo conductual de tu jefe. A veces es importante observar cómo es el estilo de personalidad del supervisor o jefe para aprender a comunicarse con esta persona desde su lenguaje. Si tienes un jefe gruñón podrías descubrir que también es vulnerable y que también, insisto, le late el corazón. Tal vez es importante que comiences a auto-observarte.
- Crece en tu amor propio y autoestima. Haz conciencia de que tú eres una persona maravillosa y que estás en la empresa desempeñando un rol importante. Aprende a valorarte y amarte. Cuando nos falla la autoestima, por las razones que sean, la vida se encarga de cobrarla con creces.
- Revisa cuáles son tus miedos internos que de manera inconsciente reflejas en tu mundo externo. Esto es como cuando pasas por el lado de un perro, que percibe tu miedo y te muerde. Igual sucede con las personas. Los miedos se perciben y la víctima de manera inconsciente busca al victimario, el masoquista al sádico. Si paras y te sales de ese círculo vicioso, te darás cuenta que tienes el poder personal para transformar las circunstancias. Todo el poder está dentro de ti.
- Nadie absolutamente nadie te puede hacer sentir mal si tu no lo permites. Es verdad, que hay unos personajes incómodos y obsesivos con el control, pero recuerda que no controlamos nada, que solo es un espejismo de la sociedad de consumo.
- Recupera tu poder personal. Recupera la expresión de tu Yo Sagrado.
- Expresa tus pensamientos y temores de una manera asertiva. No se trata de que le estés entregando tu poder personal al jefe o que permitas que te echen la talegada de basura emocional del otro. (A veces las personas excesivamente controladoras o manipuladoras, tienen un conflicto interno consigo mismos demasiado grande, así aparenten que todo está bien)
- Sueña en grande y si a pesar de haber expresado tus inconformidades y temores la situación sigue igual, es hora de que te replantees y te preguntes ¿Cuál es tu verdadero propósito interno en la vida? ¿Cuál es tu propósito Divino? y retoma el rumbo siempre habrá otros lugares donde te valoren. No obstante, el valorarte comienza por ti mismo.
- Aprende a crear una relación con el Topoderoso, Dios, inteligencia infinita, universo, en fin. He observado que cuando se construye una relación con La Fuente, y contigo mismo, el universo te apoyará a encontrar nuevos rumbos. Es importante crear esa relación con tu YO Sagrado. No estamos al vaivén de los acontecimientos, tenemos el poder de elegir y sobre todo, poseemos dentro de nosotros un poderoso poder interior valga la redundancia, que es importante aprender a reconocerlo, somos hijos de Dios y por lo tanto seres maravillosos.
- Espabílate y retoma tu poder personal, tu jefe o cualquier otra persona no es un personaje bajado del ´curubito´ y tú eres un hijo de Dios igual que ella o él, entonces tienes el poder para elegir y asumir una versión responsable de los hechos y adoptar la filosofía del ‘importaculismo práctico’.
La pregunta del Coach:
¿Qué haces para ponerle freno a los desmanes de tu jefe?
¿Qué pasaría en tu vida si te atreves a poner límites?
¿Cómo manejas la relación contigo mismo?
¿Qué harías si creyeras en ti mismo y tomaras conciencia de que eres un Yo sagrado?
¿A qué me dedico como Coach? A acompañar a las personas para que descubran la mejor versión de sí mismos, a realizar procesos de coaching ejecutivo en el sector corporativo y Gubernamental, a dictar talleres y conferencias sobre liderazgo transformacional y proceso de coaching social para la paz, en el marco de un proyecto denominado ‘Reconciliando corazones, conviviendo con razones’ y a realizar procesos de coaching ejecutivo y de vida. Amo lo que hago y cada día veo el brillo y la grandeza de los seres humanos, empezando por la mía. Valoro todos sus comentarios y opiniones. Siéntanse en libertad de escribirme. Siempre respondo.
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