Por: Rodrigo Arce Rojas.
Hablar de una gestión forestal sostenible con enfoque de múltiples posibilidades es aceptar que no existe un único camino, un único paradigma, un único pensamiento y un único discurso para pensar la gestión forestal. Es salirse del esquema convencional del determinismo, del pensamiento único y de los conceptos acabados. Es aceptar que a pesar de todos los esfuerzos realizados, muy importantes y significativos por cierto, no hemos agotado todas las alternativas orientadas a lograr un (sub) sector realmente sustentable. Los múltiples y vigentes problemas que nos aquejan como la deforestación y la degradación de los bosques, la tala ilegal, la corrupción forestal, entre otros, dan cuenta de ello.
Existen una serie de paradigmas, creencias, ideologías, prejuicios, estereotipos, imaginarios, representaciones sociales, imágenes y evocaciones que gobiernan nuestro pensar, sentir, actuar y configuran nuestros discursos y prácticas que se inscriben en marcos epistemológicos, teóricos, metodológicos hegemónicos que no dan cuenta la riqueza de las múltiples realidades forestales. Con la potencia de nuestros sentidos y de nuestra conciencia apenas podemos capturar una fracción de la realidad. Eso quiere decir que tenemos muchas cegueras y puntos ciegos que no aparecen en nuestro instrumental teórico y metodológico con el que nos acercamos a la realidad forestal.
Visto así las cosas existen muchos actores, voces, procesos, flujos, dinámicas energéticas no lineales que hasta ahora no hemos visto o no hemos querido ver; existen muchas historias que no se han escrito, existen muchas preguntas que no nos hemos hecho y tampoco nos hemos querido hacer.
La arrogancia de sentirse dueño de una verdad impide ver que hay otras verdades. Las fuentes de la arrogancia de la verdad puede provenir de diversas canteras y aún hasta de las más insospechadas.
Las trampas de pensamiento pueden venir de la academia, de la institucionalidad, de la experiencia práctica, del rango, entre otros factores. Por ejemplo si tu marco epistemológico, explícito o implícito, viene del pensamiento simplificante disyuntivo, reductivo, lineal y determinista así verás las cosas y no aceptarás otras formas de pensar.
Si estás moldeado en una estructura de pensamiento disciplinar pensarás desde los enfoques, teorías y métodos de tu propia disciplina y no te atreverás a incursionar en otras disciplinas. Si actúas desde tu marco institucional pensarás que sólo cuenta tu misión, tu visión, tus objetivos y tus procedimientos, tus funciones y competencias y lo demás no cuenta, no existe. Si crees que tu experiencia es fuente de verdad entonces pensarás que sólo eso existe porque “lo has vivido en carne propia”, “lo has visto con tus ojos”. Si porque eres autoridad, coordinador, líder y piensas que todo lo que tú dices es válido entonces desestimarás todo aquello que no coincide con lo que piensas.
Todo el conjunto de elementos configura una serie de problemas de pensamiento. Así el pensamiento dogmático cree en la validez absoluta de su única verdad, el pensamiento de grupo reforzará los pensamientos hegemónicos del colectivo y filtrará y desestimará todas aquellas verdades consideradas incongruentes. El único detalle es que no hay una sola forma de pensar, ni es válido el pensamiento lineal de relación absoluta entre las causas y efectos.
En la realidad existen múltiples formas de pensar y podríamos nombrar algunas de ellas: pensamiento creativo, pensamiento crítico, pensamiento cuidadoso, pensamiento convergente-divergente, pensamiento lateral, pensamiento arborescente, pensamiento filosófico, pensamiento ecologizado, pensamiento femenino, entre una gran diversidad de formas alternativas de pensamiento.
Ahora sabemos que no hay una sola lógica sino múltiples lógicas, ahora sabemos que no hay una sola matemática sino múltiples matemáticas, ahora sabemos que no hay una sola geometría sino múltiples geometrías. En el campo forestal gozamos de una gran biodiversidad forestal, una gran sociodiversidad y una gran diversidad cultural. Eso significa que los valores hegemónicos de desarrollo forestal que sólo lo reducen a recursos y crecimiento económico son extremadamente limitados pues hay múltiples formas como las personas conciben su calidad de vida, su bienestar subjetivo.
Aunque hay avances relevantes en cuanto a la participación ciudadana en procesos de formulación de políticas públicas forestales todavía es deficitario porque no siempre se entiende el sentido profundo de la participación. Muchos actores que participan no tienen suficientes y efectivos canales de recojo de opiniones de sus representados y también tienen dificultades de socialización de los resultados de su participación. Las propias instituciones forestales tienen dificultades para vivenciar la participación y muchas veces se reducen a un enfoque de insumos, medios de legitimación social pero no necesariamente a la generación de un sentido profundo de involucramiento en la construcción e interiorización de corresponsabilidad en la implementación de las políticas públicas.
En otros casos hay actores y procesos que están totalmente invisibilizados. Sea porque estos “actores” no están organizados y por tanto no tienen representatividad, sea porque no tienen agenda explícita o discurso explícito, sea porque es difícil ubicarlos por su carácter informal o simplemente porque se considera que su opinión no tiene importancia.
Quiere decir entonces que no basta el marco político y legal, no basta la institucionalidad con sus funciones, competencias y procedimientos, no basta lo que digan los libros y autores que opinan desde la epistemología cartesiana. Se requiere mucha osadía, irreverencia e indisciplina para ser capaz de desplegar el pensamiento creativo que no se pone fronteras ni atajos de ningún tipo y busca en esencia un profundo y auténtico proceso transformador para hacer visible lo que no se mira, para escuchar aquello que no ha sido escuchado, para entender y sentir aquellos procesos de injusticia ambiental, forestal, epistemológica, lingüística.
En este entendido el pensamiento creativo, el pensamiento filosófico son formas de pensamiento que merecen mucha más atención de lo que hasta ahora han recibido. El sistema tiene formas de subestimar y aplastar el pensamiento disidente del pensamiento hegemónico y se mata al mensajero antes que un propósito genuino de entender las voces disonantes que tendrán sus propias razones para pensar, sentir, actuar y hablar de determinada manera. Antes que desconocerlas hay que acogerlas amorosamente para incorporar toda la energía valiosa en el camino de la sustentabilidad forestal.
No se trata de quién tiene la razón o la verdad, se trata de construir sinergéticamente y en ambientes colaborativos, participativos, inclusivos y transparentes las verdades compartidas por la comunidad forestal. Se trata de saber encontrarse, de predisponerse a aprender uno del otro y dejar fluir los procesos de transformación personal y colectiva. Mientras más posibilidades de desarrollo foresta abramos más oportunidades tendremos de encontrar una multiplicidad de caminos sensatos, florecerá la creatividad e innovación y daremos múltiples respuestas a los problemas que nos aquejan. Transformaremos los problemas en oportunidades de realización personal y colectiva y contribuiremos efectivamente a la sustentabilidad forestal y a la totalidad de Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La discusión de marcos epistemológicos, teóricos y metodológicos no es gratuita y vacía. La identificación de paradigmas y discursos que nos gobiernan no tiene una presunción académica, tiene impacto directo en cómo pensamos, sentimos y actuamos en la dirección del desarrollo forestal que buscamos. No un único camino de desarrollo forestal sino múltiples posibilidades, como múltiples realidades y verdades existen.
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