Por: Francisco Manrique.
La semana pasada, a pocas horas de conocerse los resultados del referéndum, escribí el Post anterior en dos partes (Un referéndum: ¿dos historias y un mismo resultado? Parte I y Un referéndum: ¿dos historias y un mismo resultado? Parte II) sobre las consecuencias del retiro de la Gran Bretaña (GB) de la Comunidad Europea (CE). Ahora que estoy en Londres, siguiéndole la pista a la dinámica política que se ha producido, veo que no me quedé corto en mis apreciaciones.
El impacto sobre los partidos políticos principales, los Tories y los Laboristas, así como sobre la sociedad y la economía de ese país, ha sido monumental. Un terremoto de 8.0 en la escala de Richter. El titular del Economist de esta semana lo dice todo: “Anarchy in UK”, un voto basado en la rabia y el odio y un país descarrilado, dividido entre quieren una sociedad abierta o una sociedad cerrada.
Y están por verse los efectos sobre la CE que pueden ser muy graves. Si llegara a triunfar Le Pen en Francia, el golpe sería mortal por el efecto dominó en Holanda, Italia y otros países miembros de la Comunidad, donde los partidos de la Ultra Derecha, se están frotando las manos por el regalo recibido. Son unos enemigos declarados de lo que significa la Comunidad Europea en términos económicos y de migración.
La mejor descripción de lo sucedido se lo escuché a un comentarista en la TV: “quienes promovieron el retiro de la GB, están comenzando a despertar a la cruda realidad. Una victoria pírrica con consecuencias desastrosas para todos. Colectívamente se pegaron un tiro en el pie”
Veamos las reacciones que se han generado en Europa, a medida que se han venido decantando las consecuencias del referéndum en la GB.
En una entrevista con la BBC, el Ministro de Finanzas de Francia, hacia un comentario que muestra el tono que podría estar presente en las negociaciones, cuando estás se inicien en el momento en que se formalice un nuevo gobierno de la GB. “Llama la atención que quienes promovieron el retiro no estuvieran preparados para lidiar con las consecuencias. Y aún menos es entendible que pretendan mantener el acceso al mercado único cuando están en contra de uno de los fundamentos de la CE como es el de la movilidad de la gente”.
Comentarios similares y más fuertes, se oyeron en Bruselas esta semana por parte de varios de los jefes de estado. Consideran que Cameron es el responsable de la debacle en que ha metido a la CE. Y en estas primeras reacciones, se pueden comenzar a vislumbrar cuales serán los puntos álgidos de la negociación que deberán sellar el divorcio de la GB de sus vecinos.
Es evidente que el tema central que estará presente en las negociaciones, entre la GB y la CE, será la movilidad de la gente. Los británicos que votaron por la salida de su país de la Comunidad, lo hicieron como rechazo a lo que perciben como una falta de control sobre el ingreso de personas a su territorio. Lo que es increíble, es que el 50% de las personas que fueron admitidas en la GB el año pasado, por encima de la cuota que Cameron había ofrecido de 100.000 emigrantes, vinieron de afuera de Europa.
Ahora bien, el problema en que se metieron los británicos es muy complejo, ya que la integración europea se dio bajo el principio fundamental de la movilidad de personas, bienes, servicios y capital. Durante más de cuarenta años, desde que la GB ingresó formalmente a este club, esas fueron las reglas de juego que aceptó cumplir. Y durante todos esos años, el tema no había sido un problema fundamental.
Para dejar clara la posición de la Comunidad Europea sobre la movilidad de la gente, esta semana, la Canciller Merckel de Alemania y el Presidente de la Comision Europea, fueron muy claros. Los pilares fundamentales que han sustentado el proceso de integración no son negociables. También fueron claros al afirmar que la GB no puede pretender mantener el acceso al mercado único, escogiendo solo lo que le conviene. Esto abriría una caja de Pandora que terminaría con la desintegración de la Comunidad Europea.
Para la GB el problema es mayúsculo cuando el 50% del comercio internacional lo tiene con Europa. La industria de servicios, que representa el 80% del volumen, liderada por el Sector Financiero, es la que más tiene que perder. El Presidente de Francia fue muy claro al afirmar, que no permitiría que el mercado del euro, se manejara en Londres, cuando la GB esté fuera de la CE.
Ahora bien, para la Comunidad Europea el retiro de la Gran Bretaña es muy delicado por varias razones. La primera de ellas, porque es la segunda economía en importancia después de Alemania. La segunda razón, porque a lo largo de los años, su influencia ha sido determinante para balancear el poder de los germanos y de los franceses, así como para liderar algunas de las principales reformas logradas en la Comunidad como la expansión hacia el este y el libre comercio. Su unión con los paises nórdicos era vital para enfrentar a los euro escépticos, en especial a los que promueven la soberanía, la identidad nacional y el control a la emigración.
Pero la tercera razón es crítica. El retiro de Gran Bretaña confronta a la Comunidad Europea con la necesidad de hacer reformas a la estructura de políticas que hoy lucen muy frágiles y que han sido el resultado de compromisos muy delicados a lo largo de seis décadas. Pero como lo menciona The Economist en esta semana, los obstáculos son impresionantes para lograr algún acuerdo en cuanto a cual va a ser el camino a seguir sin que se derrumbe toda la estructura. Hoy, los miembros de la Comunidad Europea tienen intereses muy divergentes y difíciles de conciliar, especialmente en el área de una moneda común que la crisis del 2008 hizo evidente.
Para los Estados Unidos, el retiro de GB de la CE es un verdadero problema. En razón a una larga trayectoria histórica, era el país dentro de ese grupo de naciones, con el que compartía una visión del mundo próspero y seguro. Y se enreda aún más cuando se está en el proceso de lograr un acuerdo de libre comercio con el grupo de países que la integran. Para no hablar de NATO, que es el acuerdo militar que se tiene desde finales de la II Guerra, y que puede resultar debilitado para fortuna de Rusia.
Ahora veamos la situación en la GB. Los comentarios de los diferentes medios, muestran que los británicos están despertando y comenzando a entender la gravedad de lo que sucedió. Se están dando cuenta que no es posible tener los beneficios del acceso a un mercado de 500 millones de personas sin ninguna de sus obligaciones. Como resultado de este debacle, algún comentarista decía: hasta la semana pasada se podía hablar del Reino Unido. Después del viernes pasado, sería más adecuado hablar del Reino Desunido.
Este jueves, Boris Jhonson, el carismático ex alcalde de Londres, uno de los principales líderes del movimiento de salida, y miembro del Partido Conservador, anunció que no aspira a suceder a Cameron como Primer Ministro. La razón: los políticos de su partido – el Tory- han manifestado que no le tienen confianza para liderar el complejísimo proceso de salida de la GB de la CE. Hay una profunda división con la rama de ultra derecha en ese partido.
Mientras tanto, en el Partido Laborista, la situación está para alquilar balcón. Por una amplísima mayoría, los principales políticos que representan a ese partido en el Parlamento, votaron en contra del controvertido Jeremy Corbyn, porque lo acusan de no haber liderado la movilización de su partido para evitar la debacle de la semana pasada. Sin embargo, este político cuenta con el apoyo mayoritario de las bases de su partido, quienes lo eligieron el año pasado. El resultado es una confrontación de las bases con sus dirigentes, situación que la BBC, la calificaba de inédita en la historia política contemporánea en la GB.
La cabeza de Escocia, la señora Nicola Sturgeon, ha declarado en los medios de comunicación, que el retiro de la Gran Bretaña de la Comunidad Europea, justifica volver a proponer un nuevo referéndum para conseguir la separación de su país del Reino Unido. Escocia voto mayoritariamente a favor de la permanencia. Y lo que era impensable, se abrió camino en esta semana. El Vice Presidente de Irlanda del Norte, y antiguo militante del IRA, le declaró a los medios de comunicación, que había llegado la hora de la integración de las dos Irlandas, y por tanto, su retiro del Reino Unido.
Y para rematar, las entrevistas que he escuchado a personas menores de 35 años, en diferentes partes de la GB, muestran el profundo descontento con las generaciones mayores , a quienes acusan de haber comprometido su futuro. La brecha generacional se hizo evidente en esta semana historica en Europa.
Los próximos meses serán vitales para el futuro de Europa y del experimento más importante de su género en el mundo como es la Comunidad Europea. ¿Contará la Gran Bretaña con un nuevo liderazgo que sea capaz de sortear los inmensos obstáculos de este divorcio? ¿Será reversible este proceso? ¿Se mantendrá unida la Comunidad Europea ?.
Y una pregunta adicional muy importante que surge después de la debacle:¿ qué tan valido es el uso de la figura del referéndum para decidir un tema tan importante con un margen tan estrecho? Pregunta es todavía más relevante ante el nivel tan bajo del debate, con un uso descarado de la desinfomación y las mentiras, que se utilizaron por parte de quienes promovieron el retiro. Una decisión bien informada, se cambió por una basada en la rabia, el rechazo y la pasión. La víctima fue la razón en un tema tan fundamental para la GB y para Europa.
Es importante entender que el resultado del referéndum no tiene un peso legal inamovible. Según esta teoría, solo el Parlamento puede tomar esa decisión. Por esta razón, no es impensable un posible escenario donde se reverse el resultado. Alguien mencionaba que, el Primer Ministro que dispare el artículo 50 del Acuerdo de Lisboa, para iniciar el proceso de retiro de la Gran Bretaña, lo tendrá que pensar varias veces por el altísimo costo que se va a pagar.
A los que votaron por el retiro les va a pasar lo mismo que a un boracho después de una juerga: al despertar van a tener que enfrentar la realidad. La pregunta que va surgir es evidente: ¿en qué lío nos metimos?. Y si querían certidumbre, lo que van a ver es una tremenda incertidumbre.
Buscando el control, se van a encontrar que perdieron la posibilidad de influenciar las decisiones que van afectar el futuro de la GB, pero que van a tener los mismos costos que antes, si quieren el acceso al mercado único de Europa, como es el caso de Noruega en la actualidad. No entendieron, que en el mundo actual, el control absoluto no se puede lograr en temas vitales, como es el de la emigración. Lo que importa es la capacidad de adaptación. Para ello se necesitan líderes de verdad, que son los grandes ausentes del tsunami del referéndum.
Estos puntos, y otros muchos interrogantes, estarán en el centro de la agenda internacional de los próximos meses, lo que significará una inmensa incertidumbre hacia adelante. Y esta es la principal razón por la cual el proceso que se ha iniciado en Europa nos debe de interesar a los colombianos. En un mundo cada vez más interconectándo, el aleteo de una mariposa puede desatar un huracán con consecuencias impredecibles.
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