¿Existe verdaderamente la elección de escuela?

Blogs Edu UNESCO GEM informe gemUna idea que se ha vuelto popular en algunos círculos en los últimos años es que dejar escoger a los padres el lugar en el que sus hijos recibirán educación y que incluir la competencia en un “mercado” de la educación aumentarán los niveles en todo el sistema mediante una competencia sana y el cierre de escuelas ineficaces.

En función de la información, los padres podrían expresar sus preocupaciones, realizar mejoras o cambiar a sus hijos a otras escuelas. El hecho de poder escoger y las repercusiones que ello entraña podrían mejorar el funcionamiento de las escuelas y sistemas, promover la innovación, y conducir a mejores resultados escolares y mayor satisfacción de los padres.

En los últimos tres decenios, las reformas basadas en la lógica de escoger la escuela se han aplicado en más de dos tercios de los países de la OCDE, por ejemplo. De los 72 sistemas que participaron en el PISA 2015, los padres de aproximadamente el 64% de los alumnos informaron de que podían por lo menos escoger entre dos escuelas para sus hijos.

Sin embargo, un examen más minucioso de los datos indica que, con frecuencia, la elección de escuela no funciona como debería, y por el contrario puede acrecentar las desigualdades y desmejorar la educación de calidad.


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La elección de escuela aumenta la desigualdad

Las principales críticas de las políticas orientadas hacia el mercado son que benefician a las escuelas, familias y comunidades más ricas, lo que empeora la desigualdad y la segregación.

Supongamos que la política gubernamental permite escoger la escuela y pone datos a disposición sobre los resultados promedio del aprendizaje de los alumnos. Estos se presentan en los diarios para brindar una base de comparación. Imaginemos a padres que se encuentran con que la calificación de sus escuelas ha disminuido. Una escuela vecinal con recursos suficientes atrae su atención, pero la demanda es superior a la oferta. Esta frustración se agrava cuando un vecino con mejores contactos consigue un cupo.

La comunidad se pregunta entonces por qué el gobierno local no hace un mayor esfuerzo por mejorar su escuela, en lugar de crear expectativas de encontrar mejores posibilidades en otros sitios.

Los estudios han demostrado una y otra vez que la elección de la escuela beneficia a las familias más ricas, al tiempo que margina en mayor medida a los padres y escuelas desfavorecidos. En Finlandia, la elección de la escuela la ejercían principalmente las familias con educación cuyos niños obtenían resultados académicos excelentes. En los Estados Unidos, aunque todos los padres empleaban las redes en gran medida, aquéllos con redes más privilegiadas utilizaban menos fuentes de información, contaban más con la ayuda de otros padres con buen nivel educativo, y tenían acceso a información más precisa.

De forma similar, las restricciones financieras y de otro tipo condujeron a que los padres más pobres en Nepal, ante todo, no tuvieran prácticamente ninguna libertad de elegir y que, por tanto, fuera menos probable que expresaran su insatisfacción o participaran en las escuelas para promover mejoras.

Una razón subyacente por la que la elección de la escuela es deficiente guarda relación con la información. La idea de elegir la escuela se basa en el supuesto de que los padres tienen acceso a la información, y pueden usarla para comparar la escuela de sus hijos con otras, y así ver si existe una mejor opción. Sin embargo, aunque pueda accederse a la información, es posible que ésta no se aproveche; así pues, el 72% de los padres en Kenya indicó no saber cómo usar los datos sobre el aprendizaje de los alumnos.

En cualquier caso, con frecuencia los padres están menos interesados por los puntajes de las pruebas de los alumnos que por otras características relativas a la composición demográfica de la escuela, concretamente si las familias que asisten a la misma son más ricas o pertenecen a un grupo étnico o comunidad religiosa en particular.

La elección de la escuela tiene por finalidad afianzar la rendición de cuentas, pero en muchos casos concentra a alumnos desfavorecidos en escuelas desfavorecidas. En Chile, las comunidades con mayores incrementos de matrículas privadas presentaban brechas socioeconómicas más amplias entre los padres de las escuelas públicas y privadas.

En los Estados Unidos, las familias más desfavorecidas tenían poca capacidad de elegir las escuelas concertadas, que son escuelas públicas e independientes que pueden escoger las familias. Esto ha incrementado la segregación. Es más, un estudio a largo plazo de las escuelas concertadas en Michigan demostró una repercusión negativa en el rendimiento de los alumnos y la eficacia en las escuelas públicas.

Los vales funcionan en algunos casos, pero no siempre

Cuando la educación no es gratuita, las restricciones financieras pueden afectar la capacidad de escoger la escuela. Los vales escolares proporcionan fondos a las familias para ayudarles a superar esas limitaciones y permitirles elegir una escuela más libremente y, por tanto, fomentan la competencia entre las escuelas. Los vales con fines específicos han resultado exitosos en algunos contextos. Por ejemplo, entre los beneficiarios de bajos ingresos en Nueva York, los vales han influido de manera muy positiva en la matrícula universitaria y el nivel de estudios alcanzado por los alumnos de grupos minoritarios. En la provincia de Sindh (Pakistán), las tasas de matrícula aumentaron en 30 puntos porcentuales en aldeas cuyas escuelas recibieron vales.

No obstante, poner vales a disposición podría hacer el acceso más desigual sin necesariamente mejorar el rendimiento de los alumnos, en especial si se permite a las escuelas cobrar más. La mayor parte de exámenes de los programas de vales en los Estados Unidos indicaron que los vales no habían mejorado considerablemente el desempeño de los alumnos, y estudios recientes en Indiana, Luisiana y Ohio demostraron repercusiones negativas.

El programa de vales de Colombia para escuelas privadas, destinado a barrios de bajos ingresos, incrementó la tasa de matrícula en las escuelas privadas y mejoró los niveles de éxito y la tasa de culminación de los beneficiarios de los vales. Sin embargo, los vales cubrían solo algo más de la mitad del costo medio, lo que excluía a los que no podían pagar la diferencia.

En Chile, en las comunidades en las que el incremento de la matrícula privada fue más fuerte (con frecuencia debido a los vales), los resultados de las pruebas de las escuelas públicas fueron peores, y las brechas de los resultados de las pruebas entre las escuelas privadas de élite y las escuelas públicas fueron más amplias, al igual que las de tipo socioeconómico entre los padres de las escuelas públicas y privadas. Se dieron también incentivos a las escuelas vinculados a los resultados del aprendizaje en el cuarto grado, que incitaron a las escuelas a hacer trampas y no admitir a alumnos de estatus socioeconómico bajo a fin de mantener sus resultados altos.

Todas estas inquietudes indican que los gobiernos deberán tener mucho cuidado al promover reformas que fomenten un “mercado” de la educación, ya que la elección de la escuela podría en realidad repercutir de forma negativa en la calidad y el carácter equitativo de la educación.

Descargue el Informe GEM 2017-2018, Rendir cuentas en el ámbito de la educación: Cumplir nuestros compromisos.


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Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización


 

SOURCE: Blogs de la Educación Mundial

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