El papel crítico de la educación en las respuestas globales al cambio climático se reconoce en el Artículo 12 del Acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático.
Su implementación inicia en el marco de la COP22 en Marrakech, Marruecos; por ello, esta dedica el 14 de noviembre a la educación. Este día, y como parte de las discusiones, lanzaremos PLANETA: Educación para la sostenibilidad ambiental y el crecimiento verde durante un panel de alto nivel y una conferencia de prensa.
Esperamos que los mensajes de nuestro informe más reciente demostrarán cómo, en términos prácticos, la educación puede ser un socio clave para la sensibilización sobre el cambio climático y la resiliencia.
Nuestra publicación más reciente, PLANETA, que se toma del Informe GEM 2016, será la base de la presentación principal del debate del panel de alto nivel al inicio del Día de la Educación intitulado “La educación, un motor clave de la ampliación de la acción climática”.
Entre los ponentes de alto nivel que participarán en el evento estarán la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, la Princesa Lalla Hasna de Marruecos, Manos Antoninis del Informe GEM, así como el Ministro de Educación de Marruecos, el señor Rachid Benmokhtar Benabdallah. Durante el evento se discutirá cómo puede contribuir la educación a mejorar la implementación de la agenda climática y las Contribuciones Previstas y Nacionalmente Determinadas (las INDC, por sus siglas en inglés).
La nueva publicación, Planeta, muestra que la educación es fundamental para abordar los retos ambientales, ya sea si sus causas se consideran económicas o demográficas, o si las acciones correspondientes se llevan a cabo a nivel global, nacional o individual. La educación puede contribuir a mitigar problemas ambientales específicos y a contrarrestar sus efectos, y a abordar los comportamientos que los generan.
La educación influye en como pensamos, actuamos y nos comportamos
La educación ayuda a los estudiantes a entender un problema ambiental, sus consecuencias y los tipos de acción que se necesitan para abordarlo. Si se mejora la alfabetización ambiental y ecológica, los estudiantes tienen una mayor predisposición a cambiar hábitos que influyen en el medio ambiente. Por ejemplo, participar en campañas de sensibilización y programas de reciclaje encabezados por las escuelas, minimizar la basura, conservar la energía, y mejorar el agua, el saneamiento y la salud pública. Los estudiantes alfabetos ambientalmente están mejor equipados para ver los vínculos entre las acciones y sus consecuencias.
Pueden aprender el vocabulario y los conceptos clave del discurso ambiental, y sus antecedentes, cuando están en la escuela. Esto hace que el diseño de contenidos curriculares sea esencial, un tema que abordamos detalladamente en el Informe GEM 2016 bajo la meta 4.7.
En realidad, no debería caber duda sobre el papel de la educación en las respuestas al cambio climático. En el 62% de 119 países cubiertos por la encuesta mundial Gallup en 2007 y 2008, el nivel de educación y las creencias sobre el cambio climático a menudo representaban indicadores clave de la sensibilización y conciencia del riesgo en relación con el cambio climático.
En 70 de 119 países, era más fácil para aquellos con un mayor nivel de escolarización identificar una serie de temas ambientales. Asimismo, aquellos que tenían acceso a herramientas de comunicación también tenían mayor conciencia, lo que demuestra la importancia creciente de las tecnologías de información y comunicación en la educación ambiental.
Los beneficios del “aprender al hacer”
La escolarización, y especialmente la experiencia directa de programas escolares sobre la naturaleza y la jardinería, también enseña valores, lo cual ayuda a los estudiantes a desarrollar una identidad local, a reconectarse con el mundo natural y a desarrollar su iniciativa y sus competencias.
En India, por ejemplo, el programa Paryavaran Mitra, lanzado en 2010, construye a partir de este concepto al promover el valor del “aprender al hacer”. Ha desarrollado una red de jóvenes “amigos de la naturaleza” y actualmente incluye 220,000 escuelas, así como a socios del gobierno y de la sociedad civil.
Pero el cambio climático también requiere nuevos enfoques del aprendizaje, y a la educación también le corresponde responder a esta necesidad. Por ejemplo, muchos adultos fueron educados antes de que el cambio climático y el calentamiento global fueran temas de discusión; esto hace que el aprendizaje a lo largo de la vida, y el aprendizaje a través de la comunidad, sean esenciales. En este contexto, los conocimientos tradicionales –y especialmente los indígenas– deben reconocerse por el valor de las prácticas ambientales que comunican, normalmente de boca en boca, y de generación en generación.
Los conocimientos tradicionales, locales e indígenas han demostrado ser útiles para el funcionamiento de los ecosistemas, para los sistemas de alerta temprana en relación con los desastres, para la adaptación al cambio climático, y para la resiliencia.
Los sistemas educativos deben darle atención al cuidado de estos sistemas de conocimiento, asegurándose que no se diluyan los idiomas locales, o implementando sistemas de conocimiento pluralistas.
Se necesitan habilidades nuevas para promover el desarrollo sostenible
Nuestro nuevo marco ODS reconoce cuán importante es que todos los educandos adquieran los conocimientos y las habilidades que se necesitan para promover el desarrollo sostenible (Meta 4.7). Las habilidades y competencias que son vitales incluyen: poder comunicarse de manera apropiada y efectiva con gente de otras culturas u otros países; entender el pensar, creer y sentir del mundo de otras personas según su perspectiva; poder adaptar pensamientos, emociones y comportamientos para que se ajusten a contextos y situaciones diferentes; y el análisis y pensamiento crítico para examinar y evaluar la información y los significados.
Esperamos que estos mensajes de nuestra investigación más reciente, junto con algunas conclusiones adicionales que se presentarán en nuestros blogs en este sitio durante la semana, alcanzarán a aquellos en Marrakech que trabajan en las respuestas al cambio climático.
El Artículo 12 del Acuerdo de Paris de la COP21 enfatiza que: “Las partes cooperaran en la aplicación de medidas… para mejorar la educación, formación, sensibilización, participación pública, y el acceso público a la información sobre el cambio climático…”.
Dado que nos dedicamos al seguimiento, y en vista de nuestro mandato de darle seguimiento a las metas sobre la educación de los ODS, nos parece que el seguimiento esta evolución en los próximos años será interesante.
Sin duda alguna, será positivo si este artículo contribuye a materializar algunas de las recomendaciones que nuestro Informe considera necesarias para garantizar que la educación sobre el cambio climático contribuya a cambiar el mundo positivamente.
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización
SOURCE: Blogs de la Educación Mundial
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