Por: Francisco Manrique.
El liderazgo que Colombia necesita – Parte I
El liderazgo que Colombia necesita – Parte II
El mensaje es claro: estas tres condiciones atienden los puntos ciegos de los esfuerzos de cambio que se basan en supuestos rígidos y agendas preestablecidas. No se entiende que para transformar los sistemas, se necesita cambiar las relaciones de las personas que influyen en ellos. Y este mensaje es clave, cuando se observa el nivel de deterioro de las relaciones de Santos y Uribe, quienes tienen la responsabilidad histórica de dar un paso adelante. No es posible hablar de paz, en medio de la batalla campal que se ha visto desde hace más de dos años, entre éstos dos “líderes políticos”. Y creo que el lector, después de lo que ha leído hasta este punto, me entiende el porque utilizo las comillas en este caso.
Pero volvamos al tema de los sistemas complejos. Es necesario crear las condiciones para convocar a las personas que viven con el problema, que les permita enfrenten su realidad, explorar alternativas más allá de lo conocido, y buscar alternativas de cambio mediante la experimentación, la acción y la reflexión, que les permita generar aprendizaje.
Como bien lo menciona Ronald Heifetz, profesor de liderazgo en Harvard, liderar la transformación de sistemas complejos es muy peligroso, porque no hay respuestas simples que la gente espera obtener. Se necesita generar un nuevo pensamiento colectivo que toma tiempo, y que permita desarrollar nuevas formas de actuar e interpretar la realidad.
Para quienes están orientados a la ejecución de los planes y los resultados, este tipo de liderazgo sistémico es desconcertante. Los planes son necesarios pero inocuos si la gente no se abren a lo que está emergiendo. Como un buen velerista, el líder sistémico sabe ajustar el proceso para aprovechar los vientos que soplan en contra. Se necesita crear espacios donde la gente confronte las preguntas difíciles, sin agendas ocultas, para crear la energía necesaria para lograr su compromiso.
La creación de espacios seguros, donde la gente es capaz de someterse a un proceso de cambio de sus modelos mentales, requiere que dejen sus agendas individuales y sean capaces de pensar juntos. También, se necesita que se puedan encontrar desde la diversidad de experiencias, historias y pensamientos. Se requiere que sean capaces de ver el sistema desde perspectivas diferentes, para poder innovar.
Una tarea muy difícil es convocar a personas para construir colectivamente, cuando no tienen una historia de colaboración, traen modelos mentales diferentes a la mesa, tienen sus propios miedos, y llegan con intereses y objetivos antagónico. Es un desafío muy grande que requiere de habilidades, disciplina y practica para construir la capacidad colectiva para la acción. Es necesario diseñar conversaciones para ir construyendo gradualmente la confianza y la interacción.
Hago caer en cuenta al lector, que el comentario anterior, se aplica perfectamente al proceso de negociación que hoy se lleva a cabo en la Habana. Y las noticias recientes, demuestran que algo muy importante está sucediendo en esta dirección, cuando las partes han acordado trabajar conjuntamente para comenzar un programa de desminado en varias zonas del país.
Como se puede deducir del texto de este blog, en Colombia se necesita una nueva comprensión del ejercicio del liderazgo que se requiere para enfrentar los desafíos históricos, que tenemos hacia adelante. Desde los diferentes sectores de la sociedad colombiana, que tienen de definir su nuevo rol hacia el futuro, deben de surgir las personas con la capacidad de liderazgo sistémico. De que así ocurra, dependerá la sostenibilidad de la aventura que significa escribir el nuevo capítulo de la historia colombiana, en el marco de una visión compartida.
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