La agricultura está haciendo frente al cambio climático con la ayuda del sector privado. Según un nuevo informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), las inversiones en agricultura resiliente al clima pueden atraer importantes contribuciones del sector privado.
El estudio titulado The Business Advantage – Mobilizing Private Sector Led Climate Actions in Agriculture analiza las inversiones realizadas por el FIDA a través de su Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP), e indica que cada dólar invertido con cargo al ASAP permitió movilizar entre 0,77 y 2,85 dólares de los Estados Unidos en inversiones del sector privado, lo que ayudó a los países a cumplir los compromisos para la financiación relacionada con el cambio climático asumidos en virtud del Acuerdo de París.
El FIDA trabaja con el sector privado a fin de impulsar inversiones para la adaptación que sean rentables desde el punto de vista financiero y adecuadas desde los puntos de vista social y ecológico. Para el sector privado, muchas de esas inversiones eran de alto riesgo, pero el ASAP funciona como un instrumento de garantía o de reducción de los riesgos que alienta a las empresas a realizarlas: Gilbert F. Houngbo, Presidente del Fondo.
Anteriormente, el sector público de Bhután se mostraba renuente a invertir en las explotaciones lecheras en pequeña escala debido a preocupaciones relativas a la calidad de los productos. No obstante, gracias a las inversiones del FIDA, los productores locales mejoraron la calidad de la leche y más tarde se asociaron con una empresa lechera local para crear un mercado seguro. En el primer año, la inversión (USD 77 429) equivalió casi a dos veces y media el monto invertido por el FIDA. El suministro de leche de la empresa mejoró con creces, y los productores informaron que sus ingresos por la venta de productos lácteos aumentaron entre el 54 % y el 170 %.
En Vietnam, los asociados del FIDA establecieron un programa de donaciones dirigido a financiar los planes de negocios empresariales que ayudarán a fortalecer la resiliencia de los pequeños productores al cambio climático. Este enfoque permitió crear una relación de interdependencia entre el desarrollo de las empresas y el desarrollo de las comunidades rurales.
A través del proyecto los productores pudieron acceder a pagos por adelantado y fondos rotatorios que utilizaron para invertir en métodos de cultivo apropiados y semillas seleccionadas de alta calidad, lo que en última instancia permitió asegurar a las empresas un suministro de productos agrícolas de alta calidad. El monto total de la inversión se acercó a USD 1,5 millones, de los cuales el FIDA aportó USD 400 000, mientras la suma restante de USD 1,1 millones provino de empresas privadas.
Bruce Campbell, Director del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (GCIAI), que estuvo a cargo de las labores de investigación relativas al informe, dijo que este es un trabajo pionero que vincula al sector privado con las iniciativas de adaptación al cambio climático al definir oportunidades de asociación que benefician tanto a las empresas como a los pequeños productores. Asimismo, señaló que las asociaciones público‑privadas son un aspecto fundamental de la transformación agrícola que se necesita para enfrentar el cambio climático.
Según Margarita Astralaga, Directora de la División de Medio Ambiente, Clima, Género e Inclusión Social del FIDA, el sector privado se está transformando en un asociado cada vez más importante en la labor del Fondo.
Si bien las metas que sustentan el propósito del FIDA han permanecido constantes a través de los años, la manera en que el Fondo las está alcanzando ha cambiado, en el sentido de que ahora las empresas desempeñan un papel más destacado en la agenda. El FIDA quiere incluir a los productores en estas nuevas asociaciones con las empresas. Se están extrayendo valiosas lecciones de las experiencias del Fondo en materia de asociaciones con el sector privado mediante mecanismos tales como las asociaciones entre el sector público, el sector privado y los productores, que han permitido constatar la creciente importancia de las empresas como un factor fundamental para impulsar el desarrollo: Margarita Astralaga.
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