El grupo que trabaja en el tema, el Grupo Interinstitucional de Expertos sobre los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (IAEG-SDG, por sus siglas en inglés), presentó su propuesta final a la Comisión de Estadística de la ONU a fines de febrero 2016. Esta última se reunirá del 8 al 11 de marzo para decidir si transmitirá esta propuesta para el endoso del Consejo Económico y Social y finalmente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de este año.

La evolución de los indicadores se observa detalladamente porque revela como la ambición de las metas se materializará entre los varios países del mundo. Mientras que se llevaron a cabo campañas mundiales para abogar por el uso de ciertas palabras en las metas, el mismo proceso de consulta no se ha manifestado en relación a la medición de los indicadores, la cual que se podría argumentar es aún más importante para la transformación de las vidas de las personas a través de la Agenda ODS.

Una de las metas que se observa con mayor atención es la Meta 4.7: Para 2030, garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otros medios mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.

Sin un consenso sobre lo que deberían ser los resultados de esta meta, y sin datos relevantes en la materia, los informes de diciembre y febrero preparados por el IAEG-SDG inicialmente propusieron el siguiente indicador para la Meta 4.7:

Porcentaje de estudiantes de 15 años inscritos en la escuela secundaria que tienen un nivel de conocimiento al menos fijo en una selección de temas en ciencia ambiental y en ciencias de la tierra. La selección/gama exacta de temas dependerá de la encuesta o evaluación que alimentará al indicador.

Sin embargo, los conocimientos científicos –aunque sean medibles y relevantes– sólo son una parte de los conocimientos y habilidades que desea impulsar esta meta. Guiados por la UNESCO y su Instituto de Estadística, los esfuerzos para promover un indicador revisado y más relevante ahora parecen haber dado resultado. El indicador ahora recomendado por el IAEG-SDG y anticipado en la colección final de marzo se define de la manera siguiente:

Nivel de integración de (i) la educación para la ciudadanía mundial y (ii) la educación para el desarrollo sostenible, incluyendo la igualdad de género y los derechos humanos, en todos los niveles de (a) las políticas nacionales de educación, (b) los planes de estudio, (c) la formación de docentes y (d) la evaluación de estudiantes.

Esta decisión refleja un reconocimiento que en lugar de enfocarse en resultados que son difíciles de medir y vigilar de manera comparativa de un país a otro, conviene enfocarse en los esfuerzos que están haciendo los países para promover el desarrollo sostenible, la ciudadanía mundial y la igualdad de género a través de la educación. Esto incluirá un análisis del énfasis que pone cada país en estos temas y otros correspondientes en los planes de estudio, en la formación de docentes y en la evaluación de estudiantes.

Una manera de medir la igualdad de género en la educación es analizar cómo se aborda esta noción en los libros de texto autorizados. El 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, vamos a lanzar una campaña en Instagram –@GEMReport– para ver hasta que punto existen los prejuicios de género en los libros de texto alrededor del mundo. Divulgando algunos de los resultados de nuestro informe completo antes de su publicación, un documento de política del GEM sobre como se abordan la igualdad de género, los derechos humanos y otros conceptos de la Meta 4.7 en los libros de texto se publicará este año.

Cambiar la manera de medir esta meta también crea nuevas oportunidades para establecer alianzas para enfrentar el desafío. Education International, por ejemplo, puede trabajar con expertos de género para buscar formas de integrar perspectivas de género en la formación de docentes; GPE y UNGEI pueden asociarse para analizar la planeación de la “educación sensible al género”; y equipos de investigación pueden reunirse a las comunidades de educación y género, tal y como lo queremos hacer nosotros mediante una actividad paralela durante la Conferencia las Mujeres Cumplen de este mayo.

Todo esto indica que hay muchos desafíos en términos de definiciones, de datos fiables y comparables y de la viabilidad de que los países puedan responder a la ambición de los ODS. De igual manera, revela que el tener una serie de objetivos es tan sólo el primero de muchos pasos que hay que dar antes de lograr nuestros objetivos. El Informe GEM 2016, que se publicará en septiembre, discutirá como seguir el progreso de cada una de las nuevas metas del Objetivo 4. La igualdad de género es tan sólo uno de los desafíos que se analizará en detalle desde esta perspectiva.

Medir el indicador global para la Meta 4.7 requerirá un gran esfuerzo de los países y de los socios internacionales. Esperamos que nuestros informes durante los próximos quince años facilitarán algunos de los pasos de este camino compartido.

---

Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización

---