Por: Tamara Egger.
El Laboratorio de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una plataforma de innovación, diseño, experimentación y lecciones aprendidas para el desarrollo sostenible de las ciudades de América Latina y el Caribe. La innovación, la co-creación y la experimentación proponen transformar el discurso de desarrollo urbano en la región con ideas que no son solo disruptivas, sino que también son escalables y replicables. De esta forma, fomentamos el pensamiento “fuera de la caja” de los distintos actores involucrados en procesos urbanos.
En el LAB Ciudades del BID trabajamos en procesos iterativos de demostración y pruebas de concepto. Estos procesos cuentan con ciclos constantes de exploración, experimentación, evaluación, escalamiento y diseminación para responder a las necesidades y demandas de los países con soluciones específicas y viables. En efecto, desde el LAB Ciudades, entendemos la innovación urbana como un proceso de adaptación mediante el cual se deben repensar los desafíos de desarrollo urbano para comprender mejor sus raíces, motivos y consecuencias, de modo que sus soluciones se puedan rediseñar y mejorar constantemente. Es un método de prueba y aprendizaje dinámico, a menudo basado en el proceso interactivo del “pensamiento de diseño” (design thinking, en inglés).
Repasamos a continuación cuatro puntos clave de la innovación urbana comunitaria:
1. Diseñar procesos iterativos
La innovación se basa en conexiones inesperadas entre personas e ideas, como consecuencia de procesos creativos. No se puede predecir dónde y cuándo vendrán los avances. Por lo tanto, tenemos que pensar en procesos flexibles de innovación en vez de proyectos puntuales. En el LAB Ciudades del BID apoyamos el desarrollo y la aplicación de una variedad de distintas metodologías que definan márgenes de procesos, de forma tal que estas permitan generar soluciones innovadoras para situaciones urbanas complejas. Como comentamos al principio, todos los procesos en el LAB Ciudades tienen en común que son de carácter iterativo, con un ciclo constante de exploración, experimentación, evaluación, escalamiento y diseminación
2. Explorar potenciales inmanentes
No siempre tenemos que inventar la rueda de nuevo. Muchas veces la innovación en el desarrollo urbano consiste en la combinación de ideas existentes de una manera innovadora. En este sentido, los procesos de planificación deben ser sensibles para filtrar potenciales inmanentes e interconectar narrativas, conocimientos, ideas y visiones existentes de una nueva forma. Los ciudadanos son los expertos de lo cotidiano: ellos son los que mejor conocen sus contextos locales. A fin de entender sus situaciones y potenciales inmanentes con sensibilidad, los procesos de innovación deben escuchar las narraciones para investigar lo cotidiano y lo micropolítico como una fuente importante de conocimiento.
3. Co-crear y habilitar estructuras de auto-organización
Es clave que los distintos actores participen activamente con sus habilidades en los procesos de transformación urbana para su sostenibilidad a largo plazo. La innovación surge y se sostiene cuando actores de distintos sectores participan desde una fase temprana en los procesos. Uno de los objetivos del LAB Ciudades es que los actores locales se apropien de los procesos de innovación y que sean involucrados en la construcción de una ciudad de forma natural. De tal forma, algún día un laboratorio de ciudades se tornará obsoleto…
4. Curador de procesos urbanos
En estos procesos de co-creación se comienza a cuestionar el rol del “experto”. En efecto, el “experto” se transforma en un curador de procesos de innovación urbana: es iniciador, activador, comunicador, mediador y contextualizador al mismo tiempo. Los arquitectos y planificadores salen de sus cubículos de trabajo para convertirse en urbanistas que exploran la ciudad con el oído abierto y los ojos perspicaces, junto a la compañía de diversos actores y sus conocimientos urbanos. Al comenzar a escuchar esta riqueza de voces diferenciadas, uno puede concebir nuevas ideas acerca de lo que hace que la ciudad, al igual que todas sus perspectivas vanguardistas, angulares, agudas y desafiantes. Los urbanistas son los que tienen la capacidad de transformar estas ideas en diseños concretos de proyectos innovadores.
Por ejemplo, en el emblemático asentamiento informal Barrio 31, Buenos Aires, el LAB Ciudades del BID está apoyando el Programa de Integración Urbana e Inclusión Social y Educativa de dicha ciudad. Particularmente, estamos promoviendo la incorporación de herramientas y procesos de innovación hacia nuevas maneras para el desarrollo efectivo y sostenible de los procesos de mejoramiento de vivienda. Bajo los principios de generar innovación urbana mediante la co-creación, el LAB Ciudades organizó junto al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile) el Workshop Internacional B31 con el objetivo de explorar nuevas formas de intervenir en barrios informales.
En este seminario, alumnos universitarios, equipo docente y profesionales a cargo de los procesos de intervención trabajaron en conjunto con personas de la comunidad para la identificación conjunta y co-creación de estrategias proyectuales innovadoras, sostenibles, escalables y replicables desde la misma comunidad que signifiquen un mejoramiento importante a las condiciones existentes en habitabilidad.
A través de la colaboración entre múltiples actores, se buscó testear soluciones innovadoras de autoconstrucción y de bajo costo en experimentos prototípicos que puedan definir tipologías reconocibles para los mismos habitantes.
Nota publicada en el blog “Ciudades Sostenibles” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.
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SOURCE: Los Blogs del BID
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