El debate ha cambiado oficialmente de discutir si alguien puede ‘leer y escribir’, a discutir que tan avanzadas son sus habilidades lingüísticas. Este es un gran avance, que debemos celebrar hoy, el Día Internacional de la Alfabetización.
Alfabetizacion y conocimientos elementales de aritmética
En vista de que no tenemos herramientas de medición para evaluar directamente los niveles de dominio en todo el mundo, todavía debemos hacer referencia al antiguo mecanismo para darle seguimiento a la alfabetización a nivel mundial.
Como se demuestra en el Informe GEM 2016, publicado esta semana, hay 758 millones de adultos que se consideran ‘analfabetas’, es decir que no pueden leer y escribir una oración sencilla.
Hay 91 mujeres que pueden leer y escribir por cada 100 hombres y, en los países de bajos ingresos, tan solo 74 mujeres que pueden leer y escribir por cada 100 hombres.
Entre los jóvenes (15-24 años), el 90% puede leer y escribir, principalmente a raíz de la expansión de la escolarización. Esto significa que hay 115 millones de jóvenes en el mundo que carecen de habilidades de lectura y escritura. La tasa de analfabetismo juvenil en África sub-sahariana es de un 30%.
Megan Johnston/USAID. Blogs de la Educación Mundial.
Durante las últimas dos décadas, ha crecido el interés en mejorar los datos sobre la alfabetización y los conocimientos aritméticos para, a su vez, mejorar nuestra medición de estas habilidades a nivel mundial. En términos generales esto ha contribuido a mejorar la información sobre la alfabetización de los adultos en países de mayores ingresos, a través del Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de Adultos (PIAAC, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Sin embargo, este tipo de evaluación sistemática no existe para la mayoría de los países de ingresos bajos y medios.
Entre las excepciones podemos citar la encuesta sobre las Habilidades para el Empleo y la Productividad (STEP, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial, llevada a cabo en zonas urbanas, el Programa de Seguimiento de la Evaluación de la Alfabetización (LAMP, por sus siglas en inglés) del Instituto de Estadística de la UNESCO, y algunas encuestas organizadas a nivel nacional.
Si queremos que el Día Internacional de la Alfabetización resalte los desafíos de nuestro tiempo en relación con la alfabetización, necesitamos herramientas de medición que correspondan a nuestras necesidades.
El Informe GEM más reciente pide que se incremente la cooperación internacional para que se realicen evaluaciones de las habilidades de lectura y escritura que sean comparables de un país a otro. Hemos identificado tres desafíos principales para este objetivo, que se presentan a continuación.
En primer lugar, debemos establecer una definición compartida de la alfabetización para que podamos hacer una comparación internacional.
En segundo lugar, necesitamos un marco para presentar informes que refleje los diferentes niveles de dominio de los participantes de la encuesta, así como las tareas de lectura y escritura que pueden realizar en cada nivel de dominio.
En tercer lugar, se deben resolver los temas relacionados con la implementación, incluyendo los costos, las necesidades de muestreo y las capacidades técnicas. Por ejemplo, el costo de evaluación en países de altos ingresos y en las zonas urbanas de ciertos países de ingresos medios está más allá del alcance de los países más pobres. Si queremos saber más sobre el aprendizaje a lo largo de la vida, lo cual parece evidente, urge que se desarrollen módulos de evaluación de la alfabetización rentables pero significativos que todos los países puedan usar.
Debemos incitar a muchos más países a realizar evaluaciones directas de las habilidades de lectura y escritura. Es la única manera de establecer los niveles de competencia de los adultos en una amplia gama de contextos, y de tal forma mejoraríamos el seguimiento del indicador global para la Meta 4.6 de la nueva agenda mundial de educación. Sin embargo, la coordinación de este tipo de esfuerzo de un país a otro todavía resulta problemática.
Una barrera inicial es que diferentes evaluaciones definen la alfabetización de adultos de diferentes maneras. En el PIAAC, que se lleva a cabo en 40 países, la alfabetización se define como ‘la capacidad de entender, evaluar, usar e involucrarse con textos escritos para participar en la sociedad, para alcanzar metas y para desollar el conocimiento y el potencial que uno tiene’. La alfabetización se concibe como una actividad con un propósito y una función social.
El PIAAC define seis niveles de dominio describiendo tareas que los individuos normalmente pueden llevar acabo según sus habilidades. Por ejemplo, los individuos en el nivel 2, un nivel básico, ‘pueden integrar dos o más fragmentos de información en base a criterios, comparar y contrastar o razonar sobre información, y hacer inferencias de bajo nivel.
En la primera ronda del PIAAC, 15% de los adultos quedó por debajo de este nivel, variando de un 5% en Japón a casi un 28% en Italia. Sin embargo, se suponía que todos los países participantes habían logrado la alfabetización universal, en el sentido más rudimentario de poder leer.
La encuesta STEP, llevada a cabo en zonas urbanas de países de ingresos medios para evaluar las habilidades de lectura/escritura, usa la misma escala de alfabetización que el PIAAC. En Colombia, donde el 75% de las personas vive en ciudades, STEP reveló que el 36% de la población de las 13 principales zonas metropolitanas no alcanzaban el nivel 2 (ver cuadro). Esto contrasta mucho con la tasa oficial de alfabetización de Colombia, de 98%.
Esperemos que no haga falta posponer nuestra celebración demasiado tiempo. La OCDE, el UIL y el UIS recientemente acodaron desarrollar una breve evaluación de la alfabetización adulta que se vinculará a la escala del PIAAC, pero al mismo tiempo podrá ser adaptada a diferentes contextos.
Los adultos responderían una serie de preguntas relacionadas con la alfabetización y un cuestionario de antecedentes en el marco de una vista al hogar. La evaluación podría realizarse de manera independiente o como complemento de un estudio nacional existente, por ejemplo una encuesta de la fuerza laboral.
Para cubrir todas las bases, la evaluación prevista necesitaría tener suficientes elementos de examen para situar con exactitud a los evaluados dentro de una amplia escala de alfabetización.
Debería ser posible identificar si a los individuos con un nivel de alfabetización muy bajo les resulta complicado dominar los componentes básicos de la lectura, tales como el vocabulario, la comprensión del significado de una frase, y la fluidez en la lectura de extractos de texto. También se necesitaría mucha investigación para garantizar que la encuesta sea válida en diversos grupos lingüísticos, y utilizable por los países con recursos limitados.
Puede que las herramientas de evaluación de la alfabetización no sean de gran interés para algunas personas, pero sus resultados generan información que es de utilidad para los responsables políticos y las compañías que necesitan determinar dónde dedicar sus recursos y cómo orientarse. El Informe GEM 2016 subraya que tan críticas son estas habilidades, y su mejoramiento.
La alfabetización es más que leer y escribir; es vital para la reducción de la pobreza, la empleabilidad, la inclusión social, vidas más sanas, la mitigación del cambio climático y, en última instancia, para un planeta más sano y sostenible.
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización
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