En el mundo hay 75 millones de jóvenes que no estudian ni tienen empleo formal. Jóvenes que deambulan por las calles sin un objetivo, sin aprender ni emplear su capacidad para labrarse un futuro.
De ellos, 7,5 millones son mexicanos, el número más elevado de los países de la OCDE después de Turquía e Israel.
Este tipo de datos reveladores del panorama educativo y laboral de un país son los que analiza y publica el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en México. Este centro fue creado en el 2002 como organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública.
En el 2013 se le otorgó autonomía y se definió como autoridad en evaluación educativa en la educación obligatoria. Su labor consiste en evaluar el sistema educativo nacional, coordinar el sistema nacional de evaluación educativa, emitir directrices basadas en evidencias de política educativa, difundir información y fomentar la cultura de la evaluación.
Por ejemplo, el INEE ofrece datos concretos sobre la asistencia de los niños a la escuela. Así sabemos, por ejemplo, que en México casi la totalidad de niños y niñas asiste a la escuela primaria y la tasa de aprobación se acerca al 100%, pero solo el 54% de los jóvenes entre 13 y 17 años asiste a la educación secundaria.
Asimismo, sobre las condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje se identifica que sólo el 45% de las escuelas primarias cuenta con los servicios básicos de agua, luz y drenaje, y de estas algunas no cuentan con todos los servicios (3,1%).
Las autoridades deben conocer y utilizar estas cifras para tomar conciencia de los avances, pero también para mejorar la política educativa, la supervisión escolar, la formación docente, el currículum y los procesos de enseñanza.
El INEE desea contribuir, mediante la evaluación, al cumplimiento del derecho de todos a una educación de calidad con equidad.
Su evaluación es técnicamente sólida, lo que permite que sea justa; además, valora y atiende la diversidad, y se define con la participación de la sociedad y especialmente de los profesores.
Este instituto evalúa el aprendizaje de los estudiantes a través de una prueba denominada PLANEA, que se aplica a los grados terminales de cada nivel educativo de la educación obligatoria – preescolar, primaria, media básica y media superior. También participa en ejercicios internacionales de evaluación de alumnos como PISA, LLECE e ICCS. Gracias a estos exámenes sabemos, por ejemplo, que hay mejorar el nivel de los alumnos de primaria y secundaria en lenguaje, comunicación y matemáticas.
Este centro también recoge y analiza información sobre la educación de poblaciones vulnerables. Por ejemplo, identificó que existen entre 279,000 y 326,000 niños, niñas y adolescentes, en edad de cursar la educación básica, que viajan con sus familias a trabajar en campos agrícolas de diverso tipo. Sólo se atiende a entre 14% y 17% del grupo de edad.
El INEE ha desarrollado el Sistema Integral de Resultados de las Evaluaciones (SIRE) que recolecta, almacena, integra y organiza información sobre resultados de las evaluaciones educativas, así como indicadores información clave del SEN y elementos del contexto geográfico, demográfico y socio-económico del país, relevantes para la educación y su evaluación.
Por último, este instituto emite directrices de política educativa basadas en los resultados de sus propias evaluaciones y de otras investigaciones y evaluaciones pertinentes.
El lema del INEE es Evaluar para Mejorar y su misión es contribuir al cumplimiento del derecho a una educación equitativa, universal y de calidad, que facilite el futuro acceso a un trabajo adecuado y garantice una vida digna.
Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización.
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