Por: Sylvia Donnert.
Las economías caribeñas casi no han crecido en las últimas tres décadas.
El último crecimiento importante se dio en los años 80 con una importante expansión del turismo y de la producción de banano, pero la pérdida de competitividad en el mercado del banano y la aparición de otros destinos turísticos de características similares ha menguado este crecimiento.
Además, los países caribeños se encuentran en su mayoría severamente endeudados y con opciones limitadas para promover el crecimiento desde la inversión pública.
Frente a esta situación, tanto los economistas como los hacedores de política coinciden en que el crecimiento económico de esta región dependerá de la capacidad del sector privado de aumentar su productividad y de competir en nuevos mercados.
Entonces, ¿qué hacer para que las firmas caribeñas sean más productivas y competitivas?Sabemos que alrededor del mundo las empresas que introducen nuevos productos, procesos y servicios, agregan mucho más valor para sus clientes, lo que suele aumentar sus ventas y rentabilidad. Al innovar, se incrementa también su capacidad de competir, crecer y generar empleo. No obstante, la falta de datos y estudios sobre la dinámica de las empresas del Caribe hace más difícil a los tomadores de decisión en la región definir las estrategias de apoyo para que las empresas sean más innovadoras y productivas.
En este contexto, el programa Compete Caribbean -financiado por el BID y los gobiernos de Reino Unido y Canadá- organizó en 2015 y 2016 una competencia global de investigación para identificar los factores que impactan la innovación y productividad de las firmas caribeñas. Para realizar sus análisis, los concursantes utilizaron dos encuestas de empresas realizadas en trece países del Caribe durante 2010 y 2014, abarcando una porción representativa de casi dos mil empresas en cada una. Los trabajos ganadores del concurso fueron publicados recientemente en un libro del BID.
Las investigaciones encontraron que si bien sólo 26% de las empresas caribeñas habían innovado en los tres años anteriores, 59% de ellas tenían la intención de innovar en los siguientes tres años. Sin embargo, este grupo de empresas potencialmente innovadoras enfrentaba ciertas barreras que les hacían más difícil comenzar a innovar. ¿Cuáles son estas barreras? A continuación, se describen las principales.
1- Acceso a financiamiento
Sabíamos que las empresas en el Caribe enfrentan mayores dificultades para acceder a crédito que en otros países pequeños y que el 26% de las firmas considera que las dificultades para financiarse son un obstáculo severo para crecer. En la investigación publicada se demuestra que estos problemas de financiamiento impactan negativamente sobre su capacidad para innovar y ser más productivas. Además, los resultados muestran que las empresas gerenciadas por mujeres tienen dificultades adicionales para acceder a financiamiento, lo que ayuda a explicar una brecha de productividad que se encontró entre estas empresas y aquellas gestionadas por hombres.
2- Costo y tiempo para exportar
Los resultados también indican que el tiempo para exportar tiene un impacto negativo sobre el gasto de las empresas en innovación. En promedio, toma más del doble del tiempo para exportar del Caribe que de otros países comparables de Centroamérica, y el costo de cumplir con la documentación es mucho más caro.
3- Barreras de conocimiento
En este aspecto, la investigación encontró que una débil protección de la propiedad intelectual proveía pocos incentivos a la innovación. Adicionalmente, un contexto de bajas capacidades en la fuerza laboral hace que a las empresas potencialmente innovadoras les sea más difícil descubrir, incorporar y absorber nuevos conocimientos. En efecto, las empresas caribeñas que emplean proporciones más altas de trabajadores calificados tienen mayor probabilidad de innovar.
Asimismo, la región se caracteriza porque las empresas tienen vínculos débiles con universidades, así como dificultades para colaborar con laboratorios, centros de investigación e incluso otras compañías del mismo sector. Se encontró que esto impacta negativamente en la innovación al disminuir las oportunidades para co-crear y difundir conocimiento.
4- Clima de negocio
Adicional a la dificultad para acceder al financiamiento y el costo para exportar, la investigación exploró el impacto de la competencia de empresas formales e informales sobre el comportamiento innovador. Más de la mitad de las empresas encuestadas (55 a 60%) enfrentan competencia del sector informal. Si bien la competencia, tanto formal como informal, aumenta la probabilidad de que las empresas innoven, lo hace en forma de una U invertida. Es decir, el comportamiento innovador aumenta cuando hay poca competencia en el mercado, pero decrece cuando la competencia se vuelve muy fuerte. La investigación encontró que no hay suficiente competencia formal en el Caribe para estimular el punto óptimo de innovación, pero por otro lado hay demasiada competencia informal y esto desestimula la innovación. Reducir la informalidad e incrementar la competencia de empresas formales debería aumentar la tasa de innovación.
5- Infraestructura
La investigación también exploró el impacto de los apagones eléctricos sobre las empresas y encontró que aquellas empresas que enfrentan apagones reducen el número de empleados fijos. Casi todos los empleos perdidos ocurren entre mujeres. La pérdida de empleos en la firma promedio equivale a unos US$40,000 perdidos en términos de salarios.
Un aspecto también abordado en la investigación es el impacto de los programas públicos de fomento a la productividad e innovación. Se vio que aquellas empresas que participan de estos programas incrementan sus ventas y su habilidad para innovar, y gastan más en innovación.
Aunque no son los únicos obstáculos, los hallazgos de la investigación ofrecen una agenda preliminar para incrementar la productividad e innovación en el Caribe y constituyen una guía para el diseño de programas de apoyo. En su primera fase, el programa Compete Caribbean demostró que en la región si hay empresas innovadoras que con un poco de asistencia logran ser más competitivas en los mercados internacionales. En su segunda fase, que se inicia en 2017, este programa seguirá apoyando al sector privado caribeño con financiamiento a empresas innovadoras y asistiendo a los gobiernos para mejorar los programas públicos. La meta es un Caribe más productivo e innovador, superando las barreras anteriormente descritas.
Para leer los resultados completos de la investigación descargue gratuitamente la publicación Explorando la productividad e innovación a nivel de firma: la perspectiva de los pequeños estados caribeños (solo en inglés)
Nota publicada en el blog “Puntos sobre la i” del Banco Interamericano de Desarrollo BID, reproducido en PCNPost con autorización.
SOURCE: Los Blogs del BID
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora