El efecto dominó causado por el conflicto en Ucrania, el impacto socioeconómico de la pandemia, y la crisis climática, están aumentando la inseguridad alimentaria y los movimientos migratorios en la región.
Por: Elio Rujano
Después de dejar su natal Haití, Emmanuel Pierre se estableció en la República Dominicana en donde fue comerciante, pero la situación económica lo forzó a migrar a Brasil, en donde vivió unos años. Las condiciones económicas resultantes de la pandemia lo obligaron a dejar Brasil junto a su esposa y tres hijos. Juntos atravesaron el peligroso tapón del Darién entre Panamá y Colombia con el objetivo de llegar a Estados Unidos o México.
“Fue muy difícil. Había tanta lluvia y lomas para escalar. Quise llorar muchas veces, pero me contuve frente a mis hijos y seguí caminando. Arriesgamos la vida”, nos dijo en un albergue temporal para migrantes en Panamá. Emmanuel busca un país donde su trabajo le permita alimentar a su familia.
Su caso refleja una nueva realidad en América Latina y el Caribe: personas que ya habían migrado se ven forzados a marcharse nuevamente para mejorar su vida. Son en su mayoría haitianos y venezolanos.
“Tenemos a todo el continente en movimiento. La migración es un fenómeno hemisférico”, dijo Lola Castro, Directora Regional del Programa Mundial de Alimentos para América Latina y el Caribe. “Están dejando sus comunidades porque no tienen la capacidad de alimentar a sus familias”.
La gran mayoría se dirige a Estados Unidos. Canadá y México también son países de destino.
Al Darién, también llegan migrantes de África y Asia. Estos migrantes de la región y otros continentes luego se unen a los centroamericanos en su camino hacia el norte.
En los países en donde tenemos presencia –exceptuando Centroamérica—nuestras encuestas indican que, en promedio, un 15% de las personas tienen la intención de migrar. Eso representa un aumento del 4% con respecto al 2021. Para centroamericanos la cifra es mayor: el 43%.
Cerca de 10 millones de personas están en inseguridad alimentaria severa en 13 países en donde operamos debido al impacto de múltiples crisis en poblaciones vulnerables. De continuar, la cifra aumentaría a 13.3 millones de personas.
La migración es un síntoma de los problemas que aquejan a países de la región. Aquellos que migran lo hacen como último recurso, desesperados por no tener recursos para comida y otras necesidades básicas.
Para mitigar la situación, es importante darles asistencia urgente a las personas más vulnerables y también abordar sus causas fundamentales.
El apoyo a que pequeños agricultores se vuelvan resilientes a los efectos del clima errático, la expansión de redes de protección social existentes, y alianzas con diversos socios para estimular la inversión y crear empleos serían tres intervenciones para asistir a comunidades y personas necesitadas.
Nota publicada en WFP – Programa Mundial de Alimentos, reproducida en PCNPost con autorización.
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SOURCE: WFP
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