Venezuela entró en recesión en 2014, en un contexto de desplome de los precios del petróleo, con la inflación más alta del continente y aguda escasez de productos básicos, que crean un difícil panorama para el presidente Nicolás Maduro antes de las legislativas de 2015.
Se esperaba que el mandatario socialista anunciara este martes algunas medidas económicas y de política monetaria recomendadas por analistas para revertir la situación, entre ellas la devaluación del bolívar y el aumento del precio de la gasolina más barata del mundo.
Pero en tres horas de rueda de prensa sólo presentó algunas metas de su programa de recuperación económica para 2015, sin anunciar ninguna medida concreta. “Estoy convencido de que el año 2015 es el año del gran cambio del modelo económico”, aseguró el mandatario, que dejó para después de fin de año las medidas en política cambiaria.
La contracción de 2,3% en el PIB del tercer trimestre siguió a las de 4,8% y 4,9% en el primer y segundo trimestres del año, respectivamente, según datos divulgados este martes por el Banco Central de Venezuela (BCV). Es la primera vez en el año que se divulgan datos oficiales del PIB.
Además la inflación, índice que no se conocía desde agosto, fue de 4,7% en noviembre para un acumulado de 63,6% en 12 meses.
El presidente Maduro dijo este martes ante periodistas que “pareciera que se recupera la dinámica de crecimiento, y pudiéramos estar también en la posibilidad del control de esa inflación inducida”, que espera cierre en 64% para 2014.
“Ya desde el segundo trimestre estábamos en recesión. Dos trimestres consecutivos de caída en la economía es técnicamente una recesión” afirmó el economista José Guerra, exgerente de Investigaciones Económicas del BCV. Por otra parte, esa expectativa inflacionaria de 64% sería la más alta desde 1996, según la consultora Ecoanalítica.
En 2014 una crónica sequía de divisas llevó al país con las mayores reservas de petróleo del mundo a una acuciante escasez de uno de cada cuatro productos básicos y un alza de la inflación, incluso antes de que el precio del petróleo cayera a la mitad.
Parte de este escenario de falta de productos básicos se explica en la caída de 12,3% en las importaciones del sector privado, en una economía que depende de las compras al exterior de alimentos y medicinas, entre otros rubros.
El BCV explica los resultados del PIB y la inflación por las protestas opositoras registradas entre febrero y mayo que, afirma, “impidieron la cabal distribución de los bienes básicos a la población y la normal producción de bienes y servicios”, lo que habría redundado en “un repunte inflacionario y en una caída de la actividad económica”.
Pero en 2014 la fuerte caída de los precios del petróleo en apenas seis meses redujo a prácticamente la mitad los ingresos del gobierno, pues las ventas petroleras proveen 96% de las divisas del país.
El mandatario informó que el petróleo cerró este martes en 46,77 dólares el barril y reiteró que ese abrupto descenso del crudo responde a una estrategia de “la élite de Estados Unidos para destruir la OPEP” y golpear a otras economías, como Rusia e Irán.
Popularidad en baja
Los malos resultados económicos afectan la popularidad de Maduro -que roza 24%- y amenazan la posibilidad de que el chavismo venza en las elecciones parlamentarias que deben realizarse en 2015. El mandatario venezolano asegura que la oposición venezolana e intereses norteamericanos y colombianos han dirigido una “guerra económica” que -asegura- aspira a destruir la economía de Venezuela.
La complicada situación económica provocó que el gobierno retuviera la difusión de los indicadores como inflación, PIB o balanza de pagos, levantando entre la oposición a su gobierno dudas sobre la autonomía del Banco Central frente al ejecutivo. El Banco Mundial lo calificó como prácticas del pasado.
“El BCV finalmente pública data básica de inflación y PIB que retenía por temas políticos”, manifestó en la red social Twitter el analista político y encuestador venezolano Luis Vicente León, sobre el ocultamiento de estadísticas.
A ello agregó que “era evidente” que “el país ya tenía una fuerte recesión con inflación, antes de (que) hubieran caído los precios del petróleo”.
Recientemente la agencia de notación financiera Fitch bajó severamente la calificación de solvencia de Venezuela, de “B” a “CCC”, una categoría que designa los países para los que una suspensión de pagos es una “posibilidad real”.
Venezuela deberá enfrentar al menos 10 mil millones de dólares en vencimientos de deuda externa durante 2015. (AFP)
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