Una buena amistad siempre es saludable

Por: Alvaro Villanueva, MD.

Cada vez me doy más cuenta de que con una buena amistad podemos llegar a cualquier parte, asi no tengamos todo. Es fácil participar con el amigo de la fortuna que Dios le dio, no tanto de sus riquezas, bienes, o propiedades, si no recibir la prudencia con que vienen impregnados sus justos consejos. Creo que además de mi familia he tenido siempre a mi lado amigos entrañables, con ellos he vivido, y espero compartir con gratitud lo que Dios me dio.

Ismael Correa Diazgranados, quien inspiró este articulo, integra esa pléyade de amigos que me han hecho ver la vida de una forma diferente; en el se congrega, la sabiduría, la honestidad y el buen trato. Ismael celebra con “Cachaco”, Hernando Correa, y sus amigos sus noventa y seis años, cumplidos recientemente. Su espíritu alegre y conversador, apagado con los años, persiste en su interior: Con la mirada lo dice todo, sus palabras salen del alma y aunque con tono disminuido, recuerdan sus grandes expresiones: “a la mujer, no se toca ni con un pétalo de una rosa”, “primero hay que enamorarla, y sentir que es ella la que lo busca a uno, diciéndole palabras bonitas y verdaderas, comportándose siempre como un caballero abre las puertas a la conquista, a estas se suman la inteligencia y la educación, que con el buen vestir y el cortejeo, dejan lista a ese ser que se hizo para que la enamoren, y una vez así, conseguir su entrega total que hace al hombre feliz y justifica gran parte de su estancia terrenal”.

Asi habla Ismael, padre del “Cachaco”, Hernando Correa, quien como su padre, nos enseñan que la amistad es la solución a muchos problemas, si todos fuéramos amigos, y actuáramos como tal, cesaría la violencia y las guerras fratricidas, se respetarían los niños, los ancianos y la mujeres, para compartir un mundo solo de amigos. Ismael, además de su familia, ama a su pueblo, en el que deja transcurrir sus últimos años, sumido en el recuerdo de una Ciénaga que se fue, llena de riquezas, no solo en lo material por sus tierras fértiles para el crecimiento y exportación del banano, si no por contar con mentes ilustres en diferentes campos, que le han dado brillo a una ciudad ahora diferente, azotada por las luchas de grupos violentos por fuera de la ley han derrochado los grandes ingresos que por regalías le corresponden.

Mi mejor amigo, mi padre, se fue hace muchos años, él que con una palabra cambiaba mi vida, me dejó el ejemplo y la necesidad de una buena amistad. Aprendí que en la amistad no existen diferencias entre el pobre y el rico, que ser amigo de alguien, no es fácil si uno es sincero, y no quiere llegar a aprovecharse de una falsa amistad. El amigo siempre te acompaña no solo en las buenas sino también en las malas. Desafortunadamente se nos van adelante, dejándonos la pena por su falta permanente.

Los momentos que compartimos con los amigos nos dan sensaciones placenteras, con ellos botamos corriente, que corresponde a salida de substancias saludables, endorfinas, producidas en nuestro organismo, que mejoran la circulación y todos los demás sistemas del organismo. Recientemente se nos fue el más importante Neurocirujano infantil que tenía la Costa Norte de Colombia, Antonio Berrío, a quien rindo un homenaje de amistad, el cual debe ser respaldado de igual forma por todos, incluyendo estamentos oficiales y privados, de aquel quien siempre ayudó con sus grandes conocimientos al necesitado, entregándonos toda su sabiduría. Con su guitarra querida nos llenó de una gran inspiración musical, la cual completaba con una amena y picaresca conversación. Ya nos habían quitado al cantante de La Distra, el Neurólogo Jorge Daza, que todos queríamos, su amistad se nos fue, su ejemplo nos queda. Así se convierten los amigos, aun en los peores momentos en el mejor alivio para cualquier enfermedad.


 

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