La Iglesia Católica en Cuba pidió este miércoles “remover definitivamente” las restricciones que frenan el trabajo de las instituciones religiosas, para que la reciente visita del papa Francisco no sea un “paréntesis” en la vida nacional.
“Un paso necesario sería remover definitivamente las restricciones que pesan sobre todas las instituciones religiosas y permitirles desarrollar su trabajo libremente”, dijo la revista Palabra Nueva, de la Arquidiócesis de La Habana, que encabeza el cardenal Jaime Ortega.
La visita de Francisco, del 19 al 22 de septiembre, resultó ser una verdadera conmoción nacional, a pesar de ser el tercer papa que visita la isla en 17 años, en la que no solo caló profundamente su mensaje pastoral, sino también el carisma del pontífice argentino, mediador exitoso del deshielo entre Cuba y Estados Unidos.
La apertura es necesaria para “que la visita del Papa Francisco a Cuba no sea otro paréntesis en la vida nacional, reconocida la creencia y práctica religiosa de la mayoría de los cubanos, urgido el país de rescatar valores y tradiciones urbanas, cívicas, familiares o culturales; sin razón alguna para desconfiar de las intenciones y propósitos de la Iglesia católica, de otras iglesias cristianas o de cualquier otra manifestación religiosa presente en Cuba que desee trabajar por la paz, la fraternidad y la promoción de los cubanos”, señala.
El artículo, firmado por el director de la publicación, Orlando Márquez, afirma que esa apertura definitiva es imprescindible “cuando se necesita la colaboración de todos en el proceso de cambios que vive el país”, por la aplicación de las reformas del presidente Raúl Castro.
Tras el diálogo con el estado, iniciado en 2010 y que motivó la excarcelación de mas de 130 presos políticos, entre otras consecuencias positivas, sería “coherente” que las autoridades reconocieran “el lugar que corresponde a la Iglesia en la sociedad y su triple misión: cultual, caritativa y profética”, señaló.
En julio de 2013, Castro pidió el concurso de las instituciones religiosas en Cuba en la recuperación de valores cívicos. “En realidad, es poco lo que pueden hacer las iglesias y otras manifestaciones religiosas que existen hoy en Cuba al respecto, si no se les facilita su capacidad de acción, ni se crean las condiciones que permitan y garanticen de modo permanente y transparente su acción,”, dijo Palabra Nueva.
En referencias a reticencias ideológicas que aún sobreviven en círculos oficiales, Palabra Nueva concluye con una pregunta: “Si la religión no es el opio del pueblo, ¿quién tiene interés en mantener encendida una pipa virtual o difundir una droga artificial?”. AFP
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