Las aventuras de Tintín serán subastadas este mes en dos prestigiosas casas, Sotheby’s y Christie’s, confirmando el creciente interés de los coleccionistas por un mercado, el del cómic, donde los precios se han disparado en los últimos años. Ambas firmas han organizado dos importantes subastas de artículos relacionados con el mundo del cómic y la novela gráfica este mes en París, con las que esperan recaudar millones de euros.
Para Sotheby’s, que el próximo sábado subastará 288 libros, “storyboards” y bocetos -incluyendo 50 firmados por el dibujante de Tintín, Hergé-, se trata de su primera incursión en el mundo del cómic. Se espera que uno de los dibujos, de 1938, alcance un precio de entre 430.000 y 480.000 euros.
Por su parte, Christie’s ya vendió el pasado abril cómics y artículos relacionados por más de cuatro millones de euros. Su nueva subasta, que se celebrará una semana después de la de Sotheby’s, contará con 446 trabajos, que incluyen 10 originales de Tintín con un valor total estimado en 1,5 millones de euros.
En mayo, la francesa Artcurial logró vender un original de Tintín de 1937 por 2,6 millones de euros, un precio récord para una adquisición única. “Tintín es parte de la historia”, afirma Eric Leroy, un experto del cómic de esta casa. quien además cree que su valor no caerá nunca, porque “se está haciendo muy difícil encontrar dibujos de buena calidad de Hergé. Sus viñetas ya han desaparecido en colecciones privadas y no volverán a salir a la venta de nuevo”.
Los dibujos para carteles de películas también levantan gran expectación. Uno de ellos, realizado en 1980 por el artista Enki Bilal para el clásico del cine francés “Mi tío de América”, de Alain Resnais, está valorado en más de 75.000 euros.
Por ahora, la mayor parte de los coleccionistas interesados (más del 90%) proceden de países francófonos, ya que la venta tiene un fuerte componente nostálgico, considera Leroy. “Los cómics europeos aún no han conquistado el mundo”, reconoce. “Los compradores extranjeros quizá se sientan atraídos por el aspecto decorativo de los dibujos, pero no están interesados en el ‘storyboard’ de Astérix”.
Sin embargo, su precio ascendente está empezando a atraer la atención internacional, asegura Daniel Maghen, un galerista de París. “Poco a poco, los inversores empiezan a entrar en el mercado”, explica.
Maghen confía en que los dibujantes belgas y franceses, como Manara, Bilal o Tardi, hasta ahora poco conocidos fuera de sus países de origen, empiecen a ganar reconocimiento internacional como los grandes artistas que son.
Para el galerista, “son los descendientes de Vermeer, Georges de la Tour o Gustave Doré”. (AFP)
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