La casa de subastas Doyle de Nueva York subastará el lunes un lote de 25 cartas inéditas que la artista mexicana Frida Kahlo envió a su amante Josep Bartolí, un dibujante y pintor español exiliado en la Gran Manzana.
Fue en esta ciudad donde Bartolí conoció a la conocida artista y donde empezó un apasionado romance, que desvela la correspondencia, desconocida hasta el momento, y que se calcule que alcance un precio de entre 80.000 y 120.000 dólares.
La mexicana se encontró con Bartolí a través de su hermana Cristina mientras esperaba una complicada operación en la columna vertebral en un hospital de Nueva York, donde la solía visitar el pintor catalán, a quien escribió estas más de cien páginas entre agosto de 1946, cuando tenía 39 años, y noviembre de 1949.
La operación fue una de las muchas intervenciones quirúrgicas a las que Kahlo se sometió tras un grave accidente de autobús que sufrió cuando tenía 18 años, que le fracturó la columna vertebral y le mantuvo postrada a la cama durante largos periodos de tiempo.
Según explica la biógrafa de Frida Kahlo Hayden Herrera en un comunicado, las misivas que se subastarán “lloran con una soledad que rompe el corazón y con la miseria del dolor físico”, ya que fueron escritas mientras se recuperaba en México tras esta última operación.
“Sus cartas a Bartolí hablan sobre sentirse encerrada, aislada e inmóvil. Pero tanto en sus cartas como en sus autorretratos Kahlo nos reta con su mirada desafiante y con su determinación para superar su miseria”, dice Herrera.
Estas 25 cartas hablan de su enfermedad, de su tempestuosa relación con su marido, Diego Rivera, y de su dificultad para pintar, pero son principalmente declaraciones de amor que inmortalizan el romance entre la mexicana y este artista.
“Mi Bartolí… No sé cómo escribir cartas de amor. Pero quería decirte que mi entero ser está abierto a ti. Desde que me enamoré de ti todo se ha transformado y está lleno de belleza… El amor es como un aroma, como una corriente, como la lluvia. Sabes, mi cielo, que llueves en mí y yo, como la tierra, te recibo. Mara”, dice una de ellas.
Kahlo firmaba sus cartas como “Mara”, que sería un diminutivo de “maravillosa”, como la llamaba su amante, y ella llamaba a Bartolí con nombre de mujer -“Sonja”- para que Rivera no sospechase de su infidelidad, ya que el pintor mexicano no tenía problemas con las relaciones de su esposa con otras mujeres pero era celoso con los hombres.
Aunque estaba profundamente ligada a Diego Rivera, Herrera afirma que las cartas sugieren que la mexicana habría dejado a su marido por Bartolí, quien le daba “un amor que nunca había experimentado”, “apasionado, carnal, tierno y maternal”.
En algunas de las primeras misivas, Kahlo informaba a Bartolí de que había sufrido un retraso en su periodo, que le hacían pensar en un embarazo que desearía si su columna se lo permitiese: “Si no estuviera en la condición en la que estoy y fuese realidad, nada me haría más feliz. ¿Puedes imaginarte un pequeño Bartolí o una Mara?”
Bartolí guardó la correspondencia en su domicilio hasta que murió en Nueva York en 1995, y más tarde su familia la vendió al dueño que subasta ahora unos documentos que también contienen recuerdos, como algunos dibujos, flores prensadas o fotografías. (EFE)
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