Por: Samuel Azout.
En primera vuelta vote por Sergio Fajardo. Creo que era el mejor candidato para el momento que vive el país. Más de 4.5 millones de electores pensaron lo mismo. Perdimos. Por poquito, pero perdimos.
En segunda vuelta mi voto será por Iván Duque. Estas son las razones:
- Duque es una persona correcta e íntegra. También es sencillo, afable, cercano. Conozco personalmente a Duque desde mucho antes que se postulara al Senado de la República. Su calidad humana me genera confianza.
- Duque reconoce que los altos niveles de desigualdad y el enorme déficit social son los problemas centrales del país. Conocí su trabajo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Allá Duque estuvo expuesto a las experiencias y conocimientos muy relevantes para los retos de Colombia. Creo que su mensaje de equidad es sincero. Me gusta el énfasis de su programa en el desarrollo de espacios públicos para la recreación y el deporte con fines pedagógicos,[1] la innovación social como vehículo para la generación de empleo formal[2], el incentivo al voluntariado corporativo[3] y la dignificación del trabajo de los profesores.[4]
- Duque puede unir al país. No tiene enemigos, no genera mayor resistencia. Inició hace relativamente poco su carrera política. Sin revanchas ni caprichos, con un liderazgo práctico e incluyente y un equipo de profesionales diverso y competente, Duque podría hacer un buen gobierno.
- Duque tiene suficiente carácter para gobernar con independencia. Uribe será importante en el Congreso, pero será Duque, no Uribe, quien tome las decisiones de gobierno.
- Duque escucha y tiene convicción democrática. Aunque lo acompañan algunas personas con doctrinas y reputación que intranquilizan, Duque pondera muy bien las diferentes opiniones y es temperado en sus posiciones.
El hecho de tener a Martha Lucía Ramírez como Vicepresidente, una mujer inteligente, diáfana y capaz, me genera tranquilidad. Martha Lucía tiene gran experiencia como ejecutiva y diplomática, y aportaría mucho en diversos campos: relaciones internacionales, economía, seguridad, entre otros. Si por alguna razón llegara a faltar el Presidente, tendríamos una persona totalmente preparada a ocupar la máxima responsabilidad del Gobierno. Martha Lucía es un gran referente de ética y valores.
Tengo diferencias con posiciones de Duque sobre el matrimonio y la adopción de parejas del mismo sexo, y el enfoque de la guerra contra las drogas, pero encuentro más coincidencias que discrepancias con el candidato.
De ganar las elecciones, confío que la pareja Duque – Ramírez escuchará el clamor de millones de colombianos que desean un cambio, no solo en las costumbres políticas, sino en la gestión de gobierno, la cual debe estar dirigida a mejorar las condiciones y oportunidades de vida de los pobres y vulnerables, quienes representan el 70% de la población colombiana.
Recomendable también considerar algunas ideas de Gustavo Petro, que buscan, entre otras, sustituir la dependencia del petróleo y el carbón, y la promoción de una oferta exportadora sólida.[5] La propuesta de Petro coloca las niñas, niños y adolescentes en el centro de la política pública,[6] lo cual me parece fundamental.
Creo que es genuino el compromiso de Duque con la equidad, el emprendimiento y la innovación social. También creo que el candidato sabe muy bien que la E de equidad se escribe con E de educación. La misma E de educación de Sergio Fajardo.
[1] Impulsaremos al deporte comunitario con oferta de espacios dignos para la recreación
[2] Nuestra principal meta social estará centrada en la generación de empleos formales
[3] Incentivaremos al voluntariado corporativo y otras formas de donación de tiempo a causas sociales y humanitarias
[4] Nuestros profesores serán los profesionales de más alto nivel
[5] Detalles del Programa de Gobierno para una Era de Paz
[6] Detalles del Programa de Gobierno para una Era de Paz
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