Por: Samuel Azout.
En su más reciente libro, La Tiranía de los Expertos, el reconocido economista de NYU, Bill Easterly, critica las soluciones que ofrecen los ‘expertos’ para superar la pobreza. Según Easterly la aproximación tecnocrática al desarrollo no es efectiva e inclusive, viola los derechos de los mismos beneficiarios. El ‘desarrollo autoritario’ es un golpe a los derechos individuales y las libertades políticas, por lo cual no genera soluciones sostenibles a la pobreza y la exclusión.
Iniciativas que llegan desde arriba suelen ser impuestas como fórmulas mágicas sin considerar elementos culturales e históricos, cuando lo que hay que asegurar son el efectivo goce de derechos políticos y económicos.
Easterly argumenta que el desarrollo ocurre cuando actores locales espontáneamente florecen gracias a sus talentos individuales, cuando aceptemos la idea de que los más pobres pueden tomar buenas decisiones para sus vidas. Easterly tiene un buen punto. El desarrollo no se puede imponer, así como tampoco se puede imponer la democracia. Es decir, no es posible obligar a una comunidad a que no sea pobre o a que sea democrática e incluyente. Pero si se respeten los derechos sociales, económicos y políticos las personas son capaces de superar sus privaciones. Debemos reconocer que no hay expertos, que las soluciones no se llevan sino que se co-idean y co-construyen con las personas y las comunidades.
Emprendedores sociales son aquellos que buscan, descubren e implementan soluciones innovadoras para atacar los problemas de siempre. Ellos no se adhieren a ideología política o filosófica, son librepensadores. Para ellos, la creación de valor social es lo más importante, por eso no dudan en compartir sus ideas con los demás. Estos emprendedores suelen emanar de la población civil, son fáciles de distinguir por su audacia y pasión por el cambio.
Cuando Easterly en su libro The White Man’s Burden favorece ‘buscadores’ en vez de ‘planificadores,’ parece referirse a emprendedores sociales, quienes no se concentran en los síntomas, prefieren encontrarle soluciones de fondo a los problemas. Los buscadores no crean instituciones de caridad, establecen verdaderas empresas sociales. Como señala Bill Drayton –fundador de la organización mundial Ashoka – los emprendedores sociales “no se conforman con regalar el pescado ni con enseñar a pescar; no descansarán hasta tanto no hayan revolucionado toda la industria pesquera”.
Los emprendedores sociales pueden convertirse en el antídoto a la tiranía de los expertos.
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