Representantes de la OPS/OMS, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Banco Mundial, el Ministerio de Salud de Chile y la Casa Blanca hablan sobre “Cómo romper el círculo de la violencia contra la mujer”
Expertos en violencia contra la mujer reunidos en la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) destacaron el importante progreso que se ha logrado en cuanto a la respuesta nacional e internacional a la violencia contra la mujer. Sin embargo, también señalaron que será necesario que tanto el sector de la salud como otros sectores intensifiquen las iniciativas y las mantengan para acabar con la epidemia mundial de la violencia contra la mujer.
Los expertos se manifestaron en ocasión de una mesa redonda sobre “Cómo romper el círculo de la violencia contra la mujer: estrategias, políticas y acciones”, organizada por la OPS/OMS como parte de los “16 días de activismo contra la violencia de género” al año tras la celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Los datos de la OPS/OMS indican que una de cada tres mujeres en la Región de las Américas ha sufrido violencia física o sexual a manos de un compañero íntimo, o ha sufrido violencia sexual a manos de alguien que no es un compañero íntimo ni expareja. Por otro lado, 38% de todos los asesinatos de mujeres en la Región son cometidos por la pareja o expareja.
Esta violencia despoja a las mujeres de la posibilidad de realizar todo su potencial y se exacerba en aquellas con discapacidad, pertenecientes a minorías étnicas o sexuales, entre las más pobres o quienes están inmersas en situaciones de conflicto, desplazamiento o refugio: Cuauhtemoc Ruiz, director interino del Departamento de Familia, Género y Curso de Vida de la OPS/OMS.
La buena noticia, según los panelistas, es que se han logrado muchos avances a escala internacional y en muchos países para concientizar con respecto a este problema y fomentar programas nacionales e internacionales a fin de abordar eficazmente la violencia contra la mujer.
En los Estados Unidos, por ejemplo, la Ley de la Violencia contra la Mujer del año 1994 introdujo una serie de medidas que combinaban el cumplimiento de la legislación con servicios para las víctimas de la violencia, lo que ha contribuido a una disminución del 64% en la tasa de violencia infligida por el compañero íntimo, explicó Caroline Bettinger-López, asesora de la Casa Blanca en materia de violencia contra la mujer.
Antes de que se aprobara esta ley, “nuestro sistema político, nuestro sistema legal, nuestro sistema de salud y la opinión pública eran, en el mejor de los casos, testigos de lo que posiblemente era la forma más generalizada de violencia en nuestro país”, afirmó Bettinger-López. La ley de 1994 modificó la manera de caracterizar la violencia contra la mujer, que pasó de ser considerada un asunto familiar a convertirse en una violación de los derechos de las mujeres.
Vikki Stein, directora de la Oficina de Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), dijo que en esta institución hay iniciativas que abordan las múltiples manifestaciones de la violencia contra las mujeres y las niñas, incluidos el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina, así como iniciativas para modificar la percepción pública de que la violencia doméstica es un asunto privado. “Uno de nuestros objetivos es aumentar el porcentaje de la población que comprende que la violencia contra la mujer es algo malo”, sostuvo Stein.
Diana Arango, especialista principal del Banco Mundial sobre violencia de género y desarrollo, presentó una nueva guía de recursos, Violence against Women and Girls Resource Guide, elaborada por el Banco Mundial conjuntamente con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Mundial de la Mujer de la Universidad George Washington y el Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer. Explicó que la publicación aporta evidencia y “prácticas prometedoras” para ayudar a las personas y las organizaciones a integrar la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas en una variedad de proyectos de desarrollo de múltiples sectores, y a prestar además servicios de buena calidad a las sobrevivientes de la violencia por medio de estos proyectos.
Teresa Valdés, jefa de la Unidad de Género del Ministerio de Salud de Chile, describió las iniciativas que su país ha llevado adelante en los 25 últimos años para abordar la violencia contra la mujer. Incluyen una serie de leyes y políticas que promueven la igualdad y la no discriminación contra las mujeres, protegen a las madres, y sancionan y ponen freno a la agresión sexual y otras formas de violencia contra la mujer.
A pesar de estos esfuerzos, observó, sigue habiendo muchos retos. “Tenemos las leyes y las políticas, pero no tenemos suficientes recursos”, dijo Valdés y agregó que los programas a menudo no tienen la calidad necesaria ni la capacidad de seguimiento.
Alessandra Guedes, asesora regional de la OPS/OMS en materia de violencia familiar, presentó la Estrategia y plan de acción sobre el fortalecimiento del sistema de salud para abordar la violencia contra la mujer, que fue aprobada por los ministros de Salud de la Región de las Américas en octubre del 2015.
“Esta estrategia y plan de acción reflejan el reconocimiento de nuestra Región de que la violencia contra la mujer es un problema de salud pública y de derechos humanos, y además muestran su compromiso con el cumplimiento de sus responsabilidades en cuanto a la prevención y la respuesta a este tipo de violencia”, señaló Guedes. “Al aprobar este documento, la Región se convirtió en la primera de la OMS en la que las autoridades más altas respaldan un marco de acción sobre la violencia contra la mujer y esperamos que sirva de inspiración para que otras regiones sigan el mismo camino.”
OPS/OMS
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