Por: Marlowe Hood.
Probados maestros en la gestión sostenible de los bosques que protegen del calentamiento global, los pueblos indígenas tienen un lugar en la mesa de la reunión alternativa sobre el clima en San Francisco, que reúne de manera inédita a alcaldes, gobernadores y empresarios en lugar de jefes de Estado y de gobierno.
Los nuevos “principios rectores” para la colaboración, respaldados por tres docenas de provincias y estados de nueve países, en su mayoría tropicales, refuerzan los derechos de los indígenas sobre la tierra, el autogobierno y los presupuestos destinados a salvaguardar los bosques.
La asociación entre los gobiernos y los líderes indígenas marca un cambio de paradigma para la participación tribal e indígena: Mary Nichols, presidenta de la Junta de Recursos del Aire de California, en la Cumbre Mundial de Acción Climática.
Las comunidades nativas en los bosques de América Latina, África y Asia han visto hasta ahora cómo se degradaban y destruían sus tierras ancestrales por las industrias extractivas (petróleo, oro) y la grandes explotaciones agrícolas (soja, aceite de palma, ganado), frecuentemente con el beneplácito de gobiernos locales o nacionales.
Incluso los esfuerzos liderados por la ONU para involucrar a los pueblos indígenas en la prevención de la deforestación se desarrollaron “en un contexto de abusos de derechos, desplazamiento y despojo, amenazas y hostigamiento sobre territorios y la represión y asesinato de activistas ambientales por parte de fuerzas estatales y privadas”, afirmó el año pasado el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), entidad sin ánimo de lucro.
Al menos 207 activistas ambientales, la mitad de tribus indígenas oriundas de bosques tropicales, fueron asesinados en 2017, según Global Witness.
La deforestación, responsable de alrededor de un quinto de las emisiones de gases de efecto invernadero, intensifica el calentamiento global de dos maneras.
Una reducción anual de superficie boscosa del tamaño de Grecia no solo reduce la capacidad de la Tierra para absorber dióxido de carbono, sino que libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Los principios se negociaron hace una década por los gobernadores del Grupo de Trabajo del Clima y Bosques, formado por líderes de estados o provincias de ocho países tropicales, así como los gobernadores de California, Illinois (Estados Unidos) y Cataluña (España).
Mantener carbono en los árboles
Hoy reconocemos el papel esencial de las comunidades locales y los pueblos indígenas en la conservación de los territorios boscosos y el desarrollo de estrategias efectivas contra el cambio climático: Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, México.
Los líderes tribales dijeron que el estatuto nuevo, que ayudaron a confeccionar, marcaría la diferencia.
Vivimos, dependemos y administramos nuestros bosques, y lo hemos hecho durante siglos. Estos principios nos proporcionan una plataforma más sólida para negociar en igualdad de condiciones con los gobiernos: Francisca Arara, líder de los indígenas araras, de la región brasileña de Acre.
Los expertos describieron el estatuto como “un importante paso adelante”, pero advirtieron que se necesitaba más.
Reconocer los derechos es realmente clave para mantener el carbono en los árboles y el suelo. Pero la pregunta real es cuánto dinero ponen para implementar estos compromisos: Andy White, coordinador de el grupo de investigación Rights and Resources Initiative.
Los bosques tropicales proporcionan los medios de vida y permiten la subsistencia de las identidades culturales de decenas de millones de indígenas.
Las investigaciones han demostrado que la gestión de las comunidades locales ralentiza significativamente el ritmo de la deforestación.
Un paso importante porque representa el 37% de lo que se necesita para mantenerse por debajo de los dos grados centígrados, el objetivo fundamental del Acuerdo de París firmado por 196 países. Pero solo el 3% del financiamiento público para la mitigación se destina a cuestiones de tierras y bosques. Eso tiene que cambiar: Andrew Steer, presidente y director ejecutivo de World Resources Institute, con sede en Washington.
En un anuncio paralelo, nueve fundaciones prometieron casi 500 millones de dólares en los próximos cinco años para impulsar la gestión indígena de los bosques ricos en carbono.
La solución del cambio climático requiere que los bosques y la tierra en general se gestionen bien: Los pueblos indígenas son la clave para desbloquear esa solución: Darren Walker, presidente de la Fundación Ford.
Posts relacionados:
Cita sobre clima en EEUU cierra entre la incertidumbre y el catastrofismo
Agenda 2030: una estrategia diferente para un tiempo diferente
La amenaza del cambio climático para el turismo caribeño
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora