Oxfam ha advertido en un nuevo informe, titulado “Factores clave para impulsar un acuerdo contra el cambio climático en París“, de que si no se incrementan los objetivos de reducción de emisiones para el año 2050, las economías de los países en desarrollo podrían verse sometidas por unos costes de adaptación de cerca de 800.000 millones de dólares o, en su defecto, por unas pérdidas económicas anuales de más del doble de esa cifra.
En su nuevo informe publicado de forma previa a la COP21, Oxfam presenta siete medidas cruciales para lograr un acuerdo en París que proteja mejor a las personas pobres ante los efectos del cambio climático.
La organización internacional revela que un aumento de la temperatura global del planeta de 3°C podría suponer un incremento de los costos de la adaptación en los países en desarrollo de 270.000 millones de dólares adicionales para el año 2050, con lo que ascenderían a un total de 790.000 millones de dólares aproximadamente. Esto significa que los países en desarrollo necesitarían más de un 50% de fondos adicionales para protegerse ante los efectos del cambio climático que en el caso de que el calentamiento global se limitase a 2°C, objetivo al que aspiran a los líderes que se reunirán esta semana durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París.
Asimismo, si la temperatura global del planeta aumentase en 3°C, las economías de los países en desarrollo podrían sufrir pérdidas anuales por valor de 1,7 billones de dólares para mediados de siglo. Esto supone 600.000 millones de dólares más que si el calentamiento se limitarse a 2ºC (el cuádruple de lo que los países ricos proporcionaron el pasado año en concepto de ayuda al desarrollo).
La directora ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima, ha señalado: “Estamos viendo que cada vez es más factible lograr un acuerdo contra el cambio climático, pero las propuestas que hay actualmente sobre la mesa no son suficientes. El informe que hemos publicado hoy muestra la enorme magnitud del reto al que se enfrentan las personas más pobres del mundo como consecuencia del cambio climático, un fenómeno que apenas han contribuido a provocar”.
Los líderes mundiales deben tomar medidas. Necesitamos mayores objetivos de reducción de emisiones y más financiación climática para que las comunidades vulnerables, que ya están resultando afectadas por inundaciones y sequías impredecibles y, en consecuencia, más hambre, puedan adaptarse y sobrevivir. Los debates que tengan lugar durante las negociaciones de París deben centrarse en el coste humano del cambio climático para, así, poder lograr el mejor acuerdo posible para las personas pobres. Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam.
Si todos los fondos públicos que hoy en día se destinan a adaptación se dividiesen entre los 1.500 millones de agricultores a pequeña escala de los países en desarrollo, cada uno de ellos apenas recibiría tres dólares al año –lo que en muchos países ricos equivale a una taza de café– para protegerse ante inundaciones, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos.
Se espera que las propuestas realizadas por más de 150 países para reducir sus emisiones, las denominadas Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés), constituyan la piedra angular del acuerdo de París. Pero, incluso si los países cumpliesen con estos objetivos, es muy probable que el mundo experimente un calentamiento global de en torno a 3°C. Este aumento de la temperatura estaría muy por encima del objetivo fijado por las Naciones Unidas de limitar el calentamiento global a 2°C, y muy por encima de los 1,5°C que más de 100 países en desarrollo y Oxfam demandan.
Los actuales compromisos de financiación climática para ayudar a los países pobres a adaptarse e impulsar su desarrollo con bajas emisiones de carbono solo estarán vigentes hasta 2020. Por otro lado, hasta ahora se han realizado escasos avances a la hora de acordar cuántos fondos estarán disponibles posteriormente, una cuestión que es urgente abordar durante las negociaciones de París.
Es necesario proporcionar más fondos si se desea cumplir con la promesa realizada hace seis años en Copenhague de destinar 100.000 millones de dólares al año para 2020. Una mayor parte de estos fondos debe destinarse a adaptación, a la que actualmente se destina una fracción muy reducida de la financiación. Oxfam estima que en 2013-2014 los países desarrollados proporcionaron una media de 20.000 millones de dólares para la lucha contra el cambio climático pero, de estos, tan solo se destinaron a adaptación 3.000-5.000 millones de dólares, una cifra muy por debajo del 50% mínimo necesario según Oxfam.
En su nuevo informe, Oxfam muestra cómo ha cambiado el contexto internacional desde las “fallidas” negociaciones de Copenhague. Entre otras cosas, destaca el acuerdo de Estados Unidos y China contra el cambio climático, el espectacular crecimiento de las energías renovables y las intervenciones a favor de combatir el cambio climático de destacadas figuras como Ban Ki-Moon, el Papa Francisco y diversos líderes religiosos islámicos. Las INDC también han desempeñado un papel importante a la hora de dar forma al futuro acuerdo. Sin embargo, han sido principalmente los países en desarrollo (incluidos China y la India) quienes han incrementado sus objetivos de reducción por encima de lo que justamente les correspondería. Los países ricos aún deben hacer un mayor esfuerzo.
En el informe, Oxfam también señala factores clave que podrían impulsar un mejor acuerdo para las personas pobres en París, entre ellos:
- Abordar la falta de fondos para ayudar a los países a adaptarse a los efectos del cambio climático, bien acordando que al menos un 50% de toda la financiación pública se destine a adaptación, o bien estableciendo un objetivo fijo de al menos 35.000 millones de dólares para el año 2020 o de 50.000 millones de dólares para 2025.
- Más allá de los países ricos que tradicionalmente han proporcionado financiación para la lucha contra el cambio climático, los nuevos países contribuyentes –entre ellos Rusia, la República de Corea, México, Arabia Saudita y Singapur– deben dar un paso al frente.
- Acordar un mecanismo sólido de revisión de los objetivos de reducción de emisiones que comprometa a los Gobiernos a ampliar su ambición a partir de 2020, y posteriormente cada cinco años, a fin de evitar un cambio climático fuera de control.
- Acordar como objetivo a largo plazo el fin del uso de combustibles fósiles, liderando el proceso los países ricos.
- Incrementar y mejorar la predictibilidad de la financiación climática para que los países en desarrollo puedan diseñar sus planes de adaptación y desarrollo sabiendo con qué fondos podrán contar.
- Anunciar nuevas fuentes de financiación climática, como el comercio de derechos de emisión de la UE, y dejar de utilizar fondos destinados a ayuda al desarrollo para financiar la lucha contra cambio climático.
- Incluir disposiciones en torno a las pérdidas y los daños generados por el cambio climático, que garanticen que las personas pobres recibirán el apoyo necesario cuando la adaptación ya no sea una opción viable.
Winnie Byanyima ha señalado que “el acuerdo de París debe establecer la base sólida desde la que emprender mayores acciones globales para combatir el cambio climático. Cuanto más se tenga en cuenta a las personas pobres en el núcleo del acuerdo, más fuerte será”.
Oxfam hace un doble llamamiento para avanzar en materia de financiación climática, especialmente en el ámbito de la adaptación y el de las mujeres (que son quienes más la precisan), y para aumentar la ambición en la reducción de emisiones.
SOURCE: Oxfam
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