Por: Mafalda Duarte.
Gerente del “Climate Investment Funds (CIF)”, Banco Mundial
La energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) es una de las principales tecnologías energéticas de las que probablemente haya escuchado hablar. Aunque no sea tan conocida como otras fuentes de energía renovable, no existen dudas sobre su potencial: la Agencia Internacional de la Energía calcula que en 2050 hasta un 11 % de la generación mundial de electricidad podría provenir de la CSP.
Y esta semana en Marruecos, Su Majestad el rey Mohammed VI, inaugura oficialmente la primera fase de lo que será con el tiempo la planta de CSP más grande del mundo, con un tamaño similar al de Rabat, la capital marroquí. Felicito a Marruecos por asumir el liderazgo que lo ha situado en la primera línea de una revolución que está haciendo posible el desarrollo con bajas emisiones de carbono en las economías emergentes y en desarrollo en todo el mundo.
En colaboración con el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo, los fondos de inversión en el clima (CIF, por sus siglas en inglés) ya han proporcionado USD 435 millones (dólares estadounidenses) para el complejo de CSP de Noor en Marruecos, que consta de tres fases.
Una vez que las plantas Noor I, Noor II y Noor III estén construidas y en funcionamiento, se prevé que el complejo suministrará 500 megavatios (MW) de electricidad para 1,1 millones de marroquíes en 2018, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de carbono en 760 000 toneladas por año.
La central podría eventualmente comenzar a exportar energía al mercado europeo. Esta planta permitirá aumentar la independencia energética de Marruecos y crear 1600 puestos de trabajo durante la etapa de construcción y 200 empleos necesarios para su operación. Además, la central incrementará la capacidad instalada de las estaciones de energía solar de 22 MW en 2013 a 372 MW en 2018.
Los mayores beneficiados serán la población y las empresas marroquíes, y los sectores como el transporte, la agricultura, entre muchos otros. Todos ellos no solo van a obtener un mejor suministro de energía eléctrica, sino que también tendrán a su disposición una electricidad menos contaminante. Entonces, ¿qué hace que la energía solar concentrada sea diferente a la energía solar común? La primera utiliza espejos de 12 metros de altura para impulsar las turbinas de vapor o los motores con la energía del sol y generar luz eléctrica. Por lo tanto, puede proporcionar una energía confiable en gran escala, incluso cuando no hay sol.
Sin embargo, a pesar de sus buenos auspicios, la actual capacidad mundial de energía solar concentrada es muy inferior a su potencial. Los altos costos de la tecnología y un número limitado de proyectos de CSP de demostración desalientan a los inversores, especialmente en los mercados emergentes de alto riesgo. De modo que más proyectos exitosos como el de Marruecos pueden mostrar que la energía solar concentrada es una inversión viable.
En Sudáfrica, los CIF están otorgando unos USD 290 millones a las primeras centrales de CSP públicas y privadas del país, incluido el proyecto KaXu, la primera planta de energía solar concentrada a escala que funcionará en África al sur del Sahara. La fase de construcción ha permitido crear más de 1000 puestos de trabajo en Cabo del Norte, una provincia empobrecida de Sudáfrica que tiene una alta tasa de desempleo juvenil. Se prevé que la planta suministre electricidad a 80 000 hogares sudafricanos, evitando al mismo tiempo unas 250 000 toneladas de emisiones de CO2 por año, lo que equivale a las emisiones anuales de casi unos 53 000 automóviles.
Estos son solo dos ejemplos de cómo el financiamiento en condiciones concesionarias de los CIF puede movilizar otras fuentes, tales como otros bancos multilaterales de desarrollo —entre ellos, el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC)—, y reducir los costos de las inversiones en energía solar concentrada. La CSP se encuentra entre las tecnologías que tienen el mayor potencial para reducir los costos, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés).
Los costos de las plantas de CSP con torres solares podrían disminuir considerablemente en 2020 si se acelera su implementación, dado el bajo nivel actual de aplicación, pero el alto potencial de la tecnología.
Encontrar modos de satisfacer de manera sostenible las demandas energéticas del mundo es un imperativo global, y Marruecos está demostrando cómo la energía renovable puede jugar un papel clave en ayudar a las economías emergentes a producir electricidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y estimular las inversiones privadas a nivel local. Y el futuro para la energía solar concentrada podría ser tan brillante como los espejos que destellan en el desierto de Marruecos.
Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización
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