El aporte de la desaparecida Radio Sutatenza a la educación de Colombia mediante la alfabetización de unos ocho millones de campesinos es rescatada por una exposición que abre al público hoy en el Museo Nacional en Bogotá.
La muestra “Memorias del mundo campesino: escuelas radiofónicas (1947-1988), una experiencia educativa forjada en el campo”, estará abierta al público durante todo 2015 para que los colombianos recuerden o conozcan este legado cultural reconocido por la Unesco.
Radio Sutatenza y la iniciativa Acción Cultural Popular (ACPO) nacieron en 1947 como un proyecto de escuelas radiofónicas del sacerdote José Joaquín Salcedo y se convirtieron en una de las industrias culturales de mayor impacto social en América Latina hasta su desaparición a finales de los años 80.
El historiador Libardo Sánchez, que coordinó la exposición, aseguró a Efe que el objetivo principal es mostrar a los campesinos y la forma como la emisora contribuyó a su desarrollo cultural mediante la alfabetización. “El centro y eje de la exposición son las escuelas radiofónicas y el campesino. Queremos mostrar cómo estas personas se acercaban al conocimiento cuando a los 40 años nunca habían cogido un lápiz y de pronto en seis meses empezaban a escribir”, explicó Sánchez.
En la exposición los visitantes encontrarán fotografías, textos y audios sobre la metodología usada por ACPO y Radio Sutatenza para enseñar a leer y escribir a los campesinos mediante emisiones hechas desde el municipio del mismo nombre en el departamento de Boyacá (centro) con la ayuda de cartillas entregadas los domingos en los pueblos a la salida de misa.
Las emisiones radiales se hacían diariamente al alba, para que los campesinos pudieran aprender antes de iniciar sus labores, especialmente en lugares del territorio nacional donde no había acceso a la educación. Uno de los métodos empleados por ACPO y Sutatenza era la escritura de cartas en las que “los campesinos contaban cómo se sentían y de esa forma los ayudaban a reforzar el proceso de aprendizaje en la parte escrita y lectora”, aseguró el historiador.
Para explicar esta metodología, una de las paredes de la sala está cubierta por un fragmento de una carta redactada el 16 de octubre de 1965 por la estudiante Gloria Judith Perdomo, habitante del municipio de Puerto Rico en el sureño departamento de Caquetá. “Les cuento que soi alumna de la escuela numero 6 de la bereda de… ase sinco meses estamos estudiando… el ausiliar es mi papasito, estamos arreglando la casa y sembraremos arboles frutales” (sic), señala uno de los apartes de la carta.
Para mostrar el modelo de enseñanza empleado por ACPO, denominado Educación Fundamental Integral (EFI), donde los oyentes recibían además clases de salud, trabajo, economía, espiritualidad y alfabeto, la sala reproduce un audio original de una de esas emisiones.
Con esta ambientación el Museo Nacional busca “que el visitante cuando llegue tenga una experiencia y se conmueva, y también que sienta cómo era una escuela radial para los campesinos”.
La Colección Documental de Radio Sutatenza y de ACPO, que forma parte del acervo de la Biblioteca Luis Ángel Arango, en Bogotá, fue incluida en 2013 en el Programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El organismo internacional recomendó además que la colección se postule para hacer parte del Registro Internacional de Memoria, un paso crucial para que en el futuro sea reconocida como Patrimonio Documental de la Humanidad. (EFE)
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